Roberto Verino adelanta el invierno a julio

Él fue pionero en esto y le costó dejar una colección sin presentar para ajustarse a los tiempos. Así nos presenta en esta Mercedes-Benz Madrid lo que cree que es más conveniente, por lo menos para su firma.

Su colección está dividida en dos partes que se identifican por los colores y las formas. Dedicadas las entreguerras. La primera la dedicada al final de la I Guerra Mundial, los años 20, «pero solo la parte más sofisticada, con tejidos dorados, con tejidos brocados, en satenes y muselinas de seda, terciopelos, tafetales... De los años veinte hay muchas cosas que me gustan », comentaba el diseñador. Y la segunda parte de la colección, que es la siguiente posguerra, «donde a posteriori surge el prêt-à-porte del que ahora vivimos casi todos. De ahí salen mis trajes de la calle, del día a día, de hombre y de mujer. Las mujeres y los hombres visten igual pero en distinta talla», nos explica del motivo de su colección.

En las looks dedicados a los años 20 , la parte sofisticadas con el brillo de lúrex, sedas, tules con pasamanería y unos abrigos y capas exquisitos. Y para ellos, sastres de pata de gallo, cuero y esmoquin combinado con jersey de punto y sobrecamisa. Mientras que para los años 40 destaca el tweed, pana, napa, sastres sobrios y cuellos exagerados para las chaquetas.

Las botas victorianas, zapatos de salón y grandes bolsos son los complementos perfectos para una colección que, si bien es más comercial que de pasarela, tiene el encanto y el buen hacer de un gran diseñador como es Verino.