«Jordi Pujol es un impostor que se cree su propio relato»

–En su libro afirma que varios magistrados que decidieron archivar la querella de la Fiscalía contra Jordi Pujol no se leyeron el sumario.

–La magistrada Margarita Robles explica que cuando hacían el aperitivo los magistrados decían que no se iban a leer el sumario porque esto es una venganza de los socialistas, a los que acusaban de instrumentalizar la justicia. Esto es tremendo.

–Usted bucea en el sumario del caso y entrevista a sus protagonistas ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención?

–La impostura de que Jordi Pujol mantuvo durante más de 30 años y que se crea su propio relato.

–Si Banca Catalana estallara hoy, ¿llegaría a juicio?

–Creo que sí, porque había indicios suficientes para procesar a Jordi Pujol y hay que recordar que procesar no es condenar, es sentarle en el banquillo. Hay una caracteristica histórica entre algunos jueces consistente en ser débil con el fuerte y sumiso con el poder. Es terrible que no valoraran siquiera la prueba. Si la judicatura hubiera actuado entonces como cortafuegos de la corrupción, se hubiera lanzado un mensaje a la sociedad.

–¿Ha sido el caso más grave de corrupción en España?

–Fue el primer caso de corrupción política grave de la democracia. Pero ha cuajado el discurso victimista del nacionalismo, según el cual atacar a CiU es atacar a Cataluña. Eso se mantiene treinta años después. Pero con el libro intento demostrar que no es cierto que el Gobierno socialista quisiera meter a Jordi Pujol en la cárcel. Nunca vio con buenos ojos la querella. Fue el fiscal general de entonces, Luis Burón, quien intentó que el caso siguiera adelante, pero dimite cansado de las presiones del Gobierno para que no prospere. Cuando Javier Moscoso es nombrado para ese cargo, a propuesta de Felipe González, lo primero que hace es vetar el recurso contra la exculpación de Jordi Pujol. También intento demostrar que Jordi Pujol sí gano dinero con Banca Catalana, no se arruinó como miles de accionistas. Para entonces ya se había deshecho de algunas acciones a través de una compleja trama societaria y de una caja B.

–¿El patrimonio de los Pujol comienza con el expolio de Banca Catalana?

–Creo que sí.

–No nace de la famosa herencia del padre, Florenci, como él dice…

–No. En 1974, Jordi Pujol cobró 84 millones de pesetas en concepto de dividendos ilícitos. Eso equivale ahora a cuatro millones de euros. Cuando una empresa está en quiebra, pagar dividendos resulta incluso delictivo.