Duran i Lleida, aferrado al pasaporte diplomático de la Comisión de Exteriores

Esta movimiento de Duran es una forma de hacer explícita su discrepancia con la manera en que el presidente de la Generalitat de Cataluña y sus socios están conduciendo el proceso hacia la consulta ilegal del 9 de noviembre .

El político democristiano está comprometido con el referéndum, pero es partidario de pactar las condiciones con el Gobierno. Precisamente por este juego de equilibrios, Duran ha recibido críticas desde Cataluña y desde Madrid. En la capital muchos han cuestionado su papel como máximo responsable la Comisión de Exteriores del Congreso.

A finales de 2012, el portavoz del Grupo parlamentario Popular, Alfonso Alonso, instó a Duran i Lleida a elegir entre «romper España» y representar al país al frente de la Comisión de Exteriores del Congreso. Este es uno de los órganos con más peso político e institucional dentro del Parlamento, y con mayor fuerza de representación fuera de nuestras fronteras.

«Tiene que optar y le recomiendo, con todo el cariño, que opte por ejercer la responsabilidad y la sensatez, y que resuelva su incoherencia porque no se puede estar en dos actitudes contrapuestas, incongruentes e incompatibles. Creo que eso es lo parlamentariamente correcto porque en esta situación no se puede seguir».

Duran optó por seguir haciendo equilibrios en la cuerda floja , balanceándose entre la representación diplomática del Parlamento nacional y el discurso soberanista que tanto agrada a Artur Mas y a los suyos. Lo hizo, entre otras cosas, porque contaba con el respaldo del Gobierno. UpyD registró una pregunta recordando que el lema de la manifestación de la Diada del año 2012 era «Catalunya nou estat d'Europa» (Cataluña nuevo estado de Europa).

«¿Considera oportuno el gobierno que personas que reivindican, pancarta en mano, la secesión de Cataluña de España se hallen en posesión de un pasaporte diplomático del Reino de España con los privilegios y prerrogativas que éste otorga?», era el interrogante. La contestación del Ejecutivo, que «la expedición de un pasaporte diplomático se realiza para facilitar a sus titulares el ejercicio de la acción exterior del estado, al margen de actuaciones que puedan realizar en otros ámbitos».

Nacido en la provincia de Huesca, el líder de UDC ha sido presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso en la VIII Legislatura, en la IX y ahora en la X, la actual. La última vez que resultó reelegido fue el pasado 17 de enero, cuando contó con 37 votos a favor, frente a cuatro en blanco y uno nulo.

Fue presidente gracias a los votos del PP, que con mayoría absoluta podía haber tenido un presidente de su color político. Sin embargo, se ha convertido en una tradición parlamentaria que la Comisión de Exteriores la presida CiU, igual que la de Presupuestos la presidente el principal partido de la oposición.

Una vez elegido presidente de la Comisión, es difícil sustituirlo, a no ser que se vaya por su propia voluntad. De hecho, los diputados populares consultados no recuerdan un caso en que un presidente haya renunciado a su puesto.

Como presidente de la Comisión, a Duran Lleida le corresponden 1.431,31 euros más al mes, solo en gastos de representación. En este primera año de legislatura, la Comisión de Exteriores se ha reunido una decena de veces, aunque no en todas ha estado Duran, quien en ocasiones ha faltado por indisposición.

En su toma de posesión, el 17 de enero de 2012, pronunció unas palabras de cortesía y agradecimiento, aunque no habló de «España» en ningún momento. «Esperamos no defraudarles durante esta legislatura», afirmó Duran Lleida. Hoy, en la rueda de prensa en la que ha explicado los motivos de su dimisión como «número dos» de CiU, ha sostenido que hace un papel «en beneficio de Cataluña», así que no renunciará a su pasaporte diplomático, «aunque les duela». Se compromete a defender las reivindicaciones de Cataluña cuando Margallo, ha dicho, cargue contra la independencia.