El CCCB saca de las sombras al fotógrafo Antoni Arissa

El Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) dedica la primera muestra antológica al fotógrafo catalán Antoni Arissa, un autor prácticamente desconocida durante décadas, a pesar de haberse convertido en uno de los máximos exponentes de la Nueva Visión. El movimiento, surgido en Alemania a mediados de los años veinte, buscaba encuadres sorprendentes y contrastes en las formas y la luz.

Las fotografías expuestas fueron tomadas entre 1922 y 1936 y comprenden las diferentes etapas de la vida artística del fotógrafo, que se inició muy joven en la fotografía vinculado a la corriente pictoralista, aprovechando sus viajes con círculos excursionistas.

El trabajo de Arissa está caracterizado por una intención artística y de investigación, un aspecto importante que lo convierte en «rara avis» y lo diferencia de la fotografía documental, más frecuente en la época, han valorado los comisarios de la muestra, los teóricos y fotógrafos Valentín Vallhonrat y Rafael Levenfeld.

Según Levenfeld, no necesitaba grandes escenarios épicos, y fotografiaba ambientes cotidianos, «llevando al sumum de la expresividad y la plasticidad lo que otros consideraban vulgar» con una mirada especial.

El trabajo de Arissa termina con la Guerra Civil, igual que el de la mayoría de sus contemporáneos: la penuria fue material y conceptual, desaparecieron revistas y galerías, muchos murieron o se exiliaron, y con el drama que sobrevolaba la situación en el país, Arissa volvió a trabajar en la imprenta para alimentar a su familia, explica Vallhonrat.

En la exposición barcelonesa, las fotografías de Arissa dialogan con en una instalación audiovisual en 3D del artista japonés Kazuhiro Goshima, dos artistas separados por un siglo pero conectados por su investigación alrededor de las sombras, la composición y la luz.