A pocos meses de cumplirse el tercer aniversario del último festejo taurino en Cataluña, el futuro de la Monumental de Barcelona sigue en el aire. Sede del mercado de los Encantes (como propuso ERC en su momento), base permanente del Cirque du Soleil (como sugirió el alcalde Xavier Trias)... mucho se ha especulado con el destino del centenario coso, sin que por el momento nada se haya concretado. Ahora, la posibilidad de que la plaza se convierta en una macro mezquita, que por tamaño sería la tercera del mundo, está abriendo una amplia controversia en la capital catalana.

Según publicó el martes «20 minutos», el emir de Qatar, Tamin bin Hamad al Zani, habría puesto sus ojos, y su extraordinaria capacidad financiera, en la Monumental, en una operación que contaría con el sí de la familia Balañá, propietaria del coso. Un negocio tan redondo para la propiedad como el albero de la centenaria Monumental.

No obstante, ayer mismo, en un comunicado, el Grupo Balañá negaba conversaciones con Qatar en relación al proyecto. Por su parte, fuentes municipales, y directamente el alcalde Xavier Trias, mostraban su incredulidad sobre el asunto, asegurando además que el Consistorio no tiene conocimiento, ni directo ni indirecto, del mismo. La cifra barajada en la operación, 2.200 millones de euros, también genera muchas dudas. Trias, con todo, rereconoció como carencia que la ciudad no tenga una mezquita. Únicamente Mowafak Kanfach, director de la Casa del Libro Árabe en Barcelona, que actuó como intermediario, confirma la operación.

En cualquier caso, y dada su grado de protección, la reconversión de la Monumental no es fácil, en tanto que deberían conservarse en su integridad «fachadas, exterior e interior del anillo (incluidas las gradas) y mantenimento del espacio libre de la arena», tal y como se recoge en el Catálogo del Patrimonio Arquitectónico de la ciudad, donde está calificada de «bien de interés local». En este sentido, una aplicación estricta de la protección llevaría a tener que mantener la Monumental en su arquitectura actual, con lo que difícilmente se podrían construirse niveles en su interior, limitando mucho la edificabilidad interior.

Indemnización y venta

Fuentes conocedoras de las negociaciones deslizan en este sentido que la familia Balañá podría estar jugando la carta de la mezquita para intentar forzar al Ayuntamiento a una negociación de carácter más amplio. La prohibición de las corridas de toros —con una indemnización para los propietarios de la plaza que la Generalitat limita a poco más de 300.000 euros—, acabaría convirtiéndose así, por la vía de la carambola urbanística, en una interesante operación para los Balañá.

Las informaciones aparecidas ayer llevaron a la oposición a criticar la falta de planes de Trias con respecto al recinto. Quien más contundente se mostró fue el líder municipal del PP, Alberto Fernández, que rechazó un proyecto que «viene de países que no están en nuestras antípodas, sino que son contrarios a nuestros valores democráticos y a nuestras normas de convivencia».