La Venta, un restaurante de 110 años

Eran los tiempos de tranvías en una avenida del Tibidabo conocida como del Frare Blanc, como la casa de Puig i Cadafalch... En el nomenclator gastronómico barcelonés reinaba la cocina francesa: el Justin, feudo dels «sopars a duro», el Continental de los hermanos Pompidour, el Suizo, Chez Martin o la Maison Dorée. Recién cumplida la treintena, el cocinero Ignasi Domènech, autor del manual «La Teca», aplicaba en los fogones lo que había aprendido al lado de Auguste Escoffier, patriarca de la coquinaria gala.

Celebrar 110 años es todavía más meritorio en una ciudad abducida por el turismo mientras otros añejos establecimientos fenecen por la Ley de Arredamientos. La Venta, donde Paco Bosch imprimió desde 1975 ese estilo marca de la casa, también habría cerrado sus puertas en 2012... pero Lluís Vinyes y Josep Vilella acudieron a su rescate.

La salvación de la atalaya gastronómica de 110 años merecía un homenaje y sus propietarios compusieron una carta con las recetas que causaban furor en 1904. Canelones de «rostit», a la barcelonesa como los de Chez Justin; el «arròs a la gandula», como el Parellada del Suizo, también conocido como «arrós dels rics»; el rape Orly, rebozado y acompañado de la salsa ligada con mantequilla de cangrejos de río; el filete de buey «en croute», esto es, envuelto en masa pastelera... Para concluir, el esponjoso biscuit glacé elaborado con los moldes que utilizaba Ignasi Domènech.

Una carta de sabores «proustianos» y una historia gastronómica de La Venta, acogedor refugio de una Barcelona que no quiere vender su alma.