barcelona al día
Canta «L'Endemà»
"L'Endemà" es el título del mega-spot publicitario que ha hecho el secesionismo catalán para que veamos con claridad su producto. ¿Y qué vende "L'Endemà"?..., pues, vende eso, el mañana y lo envuelve en ese canto habitual: "compre mi mañana, buena, bonita ... y barata". El producto es un documental de ficción, y en sentido doble: es de ficción porque utiliza a unos jóvenes actores para tejer una historia paralela de metáforas sonrojantes: un hombre de nariz aguileña (España) que no acepta que lo abandone su pareja, una mujer libre y harta de la convivencia (Cataluña), y también es de ficción, porque lo, digamos, documental, consiste en una ristra de declaraciones de cantores del mañana bueno, bonito y barato, cuyos argumentos tienen exactamente el peso de quienes los pesan: ninguno. Cantamañanas. De ellos, sobresale la voz de la primadonna Xavier Sala i Martí, quien con una chaqueta morada garantiza (o sea, él) el apoyo de los Estados Unidos al proceso; y lo hace ante una audiencia "aldous huxley" que vive el momento de un mundo feliz con la boca dos dedos entreabierta. Da un poco la impresión de que la primadonna y el resto del coro pretenden venderle la colonia marca "seccesion" a los que ya van apestando a ella.
Cienamatográficamente, el producto lo firma Issona Passola, presidenta de la Academia del Cine Catalán y autora de un documental titulado Cataluña-España, de 2010, y lo mejor que se puede decir de él es que no corre el peligro de confundirse con "El triunfo de la voluntad", de Leni Rieffenstahl, en el que, tras la insidia del mensaje, se hallaba un monumento al lenguaje y a la inventiva del cine . Passola persigue y consigue un elogio a lo burdo, a lo reiterativo, a lo aburrido, a lo ineficaz: por muy secesionista que se sea, uno no dejará de verle los costurones a la tela gruesa con apariencia de traje. Y lo que no es intelectualmente grosero, es banal, naïf y buenista..., una sociedad perfecta, con sus ojos azulitos y su talante de solidaridad y progreso. Lo debieron de montar, todo el tinglado de imágenes y discursos, antes de que se destapara la olla garbancera del pujolismo, tan ausente en "l'Endemà" como cualquier opinión, por pequeña y fundada que fuera, sobre el hecho de que el mañana no tiene dueño. Quien sí tiene dueño es esta docuficción, que se ha pagado íntegramente con dinero público, o sea, también de los Pujol y del resto de los españoles que nos roban.
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