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tribuna abierta

La confesión

Sólo nos queda saber con quienes pactó su silencio el expresidente Jordi Pujol

carina mejías

Así podríamos titular lo que hemos vivido estos días. Al más puro estilo de un guión cinematográfico que los productores podrán rodar sin duda en catalán. La confesión de Pujol ha desvelado que el mito político del nacionalismo catalán de los últimos treinta años era en realidad una estafa.

Que lo suyo, en realidad no tenía nada que ver con el patriotismo catalán y sí con la trama organizada para estafar a los catalanes y llenarse los bolsillos.

Que aquel que durante tantos años fue considerado como el ‘honorable referente político’ era en realidad un indigno delincuente que utilizó sus cargos para organizar desde el poder una trama de corrupción institucionalizada para cobrar comisiones ilegales, a cambio de atribuir a conocidos empresarios obras públicas y una fórmula para implicar a muchos y comprar su silencio.

A lo largo de estos años muchos han sido los casos de corrupción en los que se han visto salpicados estrechos colaboradores de Pujol, así, Prenafeta, Pallerols, Macià Alavedra, Javier de la Rosa, o Pasqual Estevill fueron juzgados y condenados por casos de corrupción producidos a la sombra del poder de Pujol, siempre con lejana sombra de sospecha pero siempre inmune.

Ahora, cuando las investigaciones policiales señalaban directamente el expresident, cuando las pesquisas judiciales iban ajustando el cerco en torno a los miembros de su familia, cuando han sido anunciadas las escandalosas imputaciones de sus hijos y cuando la policía ha puesto al descubierto su injustificable patrimonio en paraísos fiscales, el héroe se ha desmoronado sobre sus pies de barro y ha confesado que todo era una engaño y que no tuvo tiempo durante treinta y cuatro años para decir la verdad.

Solo quedaba una solución, que Catalunya obtuviera la independencia y con ella su impunidad y así sustraerse a la acción de la justicia.

Solo nos queda saber, con quienes pactó su silencio. Si aquellos que pactaron con él la gobernabilidad de España, sabían con quién estaban tratando, aquel que se atrevió a decirles que «de ética y de moral ahora hablaremos nosotros» y le dejaron hacerlo resultando así cómplices de su inmoralidad.

Carina Mejías es la portavoz del grupo parlamentario de Ciutadans en el Parlament.

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