El otro Sant Jordi: palabra de (pequeño) editor

—¿Qué significa el día de Sant Jordi para una editorial como la suya?

—Para cualquier editor es especial. Los libros toman la calle por un día, y eso lo hace un día especialmente alegre.

—A nivel de ventas, ¿representa una jornada tan importante como celebran los libreros o se quedan un poco al margen de toda esa euforia?

—Estamos un poco al margen, nuestros libros no están pensados para que se vendan solo en unas determinadas fechas. No hacemos libros para lectores o compradores ocasionales;editamos libros para lectores habituales, que en Sant Jordi no son mayoría. No obstante, nos sumamos a la fiesta: ponemos un puesto en la calle donde tenemos la oficina, abrimos las puertas de la editorial e invitamos a un café a todo el que se pase.

—¿Tienen la sensación de estar un poco arrinconados en un día tradicionalmente consagrado a los grandes sellos y a los escritores con más tirón?

—Lo que está arrinconado es la literatura. Ese día es especialmente evidente el servilismo de los medios a las estrategias de marketing de las editoriales comerciales, que intentan hacer pasar por literatura libros sin ningún valor escritos por escritores famosos. Estamos arrinconados, sí, pero igual que la mayor parte de escritores que tienen cierto valor literario.

—¿Qué papel cree que deberían jugar los sellos más pequeños en un día como el de Sant Jordi?

—Creo que habría que reivindicar el día cómo una fiesta de la literatura y de la lectura, y reivindicar que los libros no tienen valor «per se», por ser hojas de papel encuadernadas, si no por el texto que está impreso en ellas.

—¿Qué significa el día de Sant Jordi para una editorial como la suya?

—Todo se magnifica. Hay mucha gente que no pisa una librería que este día compra y regala libros, pero también hay lectores que saben qué buscan, que eligen libros que hace tiempo que persiguen por lo que para una editorial como Periscopi también es un gran día. Además, nos permite tener contacto directo con los lectores, y este es un momento muy bonito y  que nos aporta mucho. El simple hecho de ver a tanta gente con un libro bajo el brazo es un espectáculo que nos hace felices .

—A nivel de ventas, ¿representa una jornada tan importante como celebran los libreros o se quedan un poco al margen de toda esa euforia?

—No nos podemos quedar al margen, porque formamos parte del ecosistema editorial catalán, y queremos que a las librerías les vaya lo mejor posible. Nuestros libros se venden todo el año, pero el día de Sant Jordi y, de hecho, todo el mes de abril, supone un porcentaje importante. Las cifras de los autores mediáticos nos quedan lejos, pero hay bastante gente que nos busca y nos encuentra.

—¿Tienen la sensación de estar un poco arrinconados en un día tradicionalmente consagrado a los grandes sellos y a los escritores con más tirón?

—Por un lado, sí que parece que cada vez hay más tendencia a mostrar sólo los autores mediáticos, los famosos, y dejar en segundo término a los escritores más literarios. Y cuando ves que las paradas se parecen entre sí, con unos pocos títulos que se repiten una y otra vez, quienes amamos la buena literatura nos sentimos un poco fuera de lugar. Pero si nos fijamos bien, encontraremos que también hay espacio para los buenos libros y cada vez más libreros recomiendan nuestros títulos.

—¿Qué papel cree que deberían jugar los sellos más pequeños en un día como el de Sant Jordi?

—Debemos conseguir ser más visibles. Dar a conocer que publicamos un tipo de libros que pueden gustar a mucha gente, que editamos con cuidado y pasión, y que esto acaba llegando al lector.

—¿Qué significa el día de Sant Jordi para una editorial como la suya?

—No sé muy bien qué esperar. Es el primer Sant Jordi de L’Altra. Antes, cuando trabajaba en Empúries, Sant Jordi era un día clave en la facturación anual, y siempre tenía la sensación de que me lo jugaba todo en un día, pero ahora no sé muy bien cómo será. Está claro que es el día del año en que se venden más libros, y también pienso que, aunque los superventas son generalmente autores de tirón mediático, también hay espacio para más minoritarios.

—A nivel de ventas, ¿representa una jornada tan importante como celebran los libreros o se quedan un poco al margen de toda esa euforia?

—Puede ser importante, sí. Tenemos los libros muy bien colocados y una buena campaña de prensa para los dos autores catalanes, Toni Sala, que ha publicado «Els nois», y Yannick Garcia, que ha ganado el premio Documenta con «La nostra vida vertical». Se ha hablado mucho, la acogida ha sido brutal y los dos firmarán, por lo que creo que puede acabar siendo un muy buen día.

—¿Tienen la sensación de estar un poco arrinconados en un día tradicionalmente consagrado a los grandes sellos y a los escritores con más tirón?

—Es evidente que Sant Jordi está muy orientada a los autores más mediáticos y los libros de vocación muy comercial, pero en 2010, por ejemplo, el libro más vendido fue «Maletes perdudes» de Jordi Puntí, una novela literaria y ambiciosa de un autor nada mediático. Me parece que hay espacio para todos. Además, hablando con libreros del centro de Barcelona , los mitos caen enseguida: lo que más se vende por Sant Jordi es el fondo editorial, los libros de hace años, clásicos o no, pero no novedad estricta.

—¿Qué papel cree que deberían jugar los sellos más pequeños en un día como el de Sant Jordi?

—El mismo que el del resto del año: apostar con firmeza y convicción por libros que el editor crea importantes y contribuir así a la diversidad del oferta literaria para que los lectores catalanes encuentren en su lengua todo tipo de autores y de libros .

—¿Qué significa el día de Sant Jordi para una editorial como la suya?

—Es un día muy importante para el mundo del libro, pero para nosotros es un día en el que nos damos cuenta de varias cosas: de lo pequeños que somos, de qué manera extraña nos conoce la gente, y cuánto nos cuidan muchos libreros independientes.

—A nivel de ventas, ¿representa una jornada tan importante como celebran los libreros o se quedan un poco al margen de toda esa euforia?

—No, ni mucho menos. En la mayoría de stands, el poco espacio que hay se dedica a una selección de libros que ya son bestsellers o están vendiendo mucho, para asegurar el tiro. Nosotros rara vez tenemos más de uno o dos libros entre esa selección.

—¿Tienen la sensación de estar un poco arrinconados en un día tradicionalmente consagrado a los grandes sellos y a los escritores con más tirón?

—Sí, pero nosotros también tenemos nuestra fiesta a parte. Autores firmando, una pequeña caseta que montamos debajo de nuestras oficinas, y una comida con todos los escritores para celebrar.

—¿Qué papel cree que deberían jugar los sellos más pequeños en un día como el de Sant Jordi?

—El día de Sant Jordi es el día de las librerías, y así tiene que ser. Están pasando un momento muy duro, y es un día muy importante para su supervivencia. Se podrían hacer otras actividades fuera de Sant Jordi, como una Feria del Libro independiente. Pero en Sant Jordi tienen que mandar las librerías. Y nosotros estarles agradecidos.