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CALLE30 ESTE
El arco Este de la M-30, más funcional y seguro tras las obras
Desde Manoteras hasta las conexiones del sur, el arco Este de la M-30 ha sido el primero en funcionar a pleno rendimiento desde que en septiembre de 2004 se iniciaran las obras de remodelación de la vía con más tráfico de todo Madrid. Al inicio de este año todos los proyectos –el nudo de la Paloma, Costa Rica, el de la Avenida de América, O’Donnell y el de la A3– estaban en funcionamiento cumpliendo los plazos e incluso, en alguno de ellos, adelantándose a las previsiones. Los trabajos se concentran ahora en mejorar la comunicación de los peatones con la ubicación de nueve plataformas peatonales que salven los obstáculos a ambos márgenes de la M-30. Las obras de remodelación y mejora de las conexiones del tráfico en el este de la vía de circunvalación han recibido una inversión de unos 300 millones de euros, tal y como estaba previsto. Las repercusiones se han dejado sentir desde el primer día, con una mejora en la fluidez del tráfico, reduciendo la congestión en el tronco central de la vía, como en el aumento de la seguridad (evitando al menos 300.000 maniobras peligrosas) y el recorte de la contaminación con la eliminación del tráfico en superficie y creación de nuevas zonas verdes.


ABRIL RUÍZ

El Nudo de La Paloma evita 58.000 maniobras peligrosas

 

El Nudo de la Paloma ha sido la quinta actuación de la M-30 que entró en funcionamiento hace ahora un año. Seis meses antes de lo previsto, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, inauguraba unas infraestructuras con las que se evitan 58.000 maniobras peligrosas para los más de 281.000 conductores que transitan diariamente por la zona.

 

El objetivo principal de este proyecto era la supresión del trenzado del lateral este entre los vehículos que procedían del sur de la M-30 y querían acceder hacia la avenida de Burgos o el paseo de la Castellana y los que, procedentes de la avenida de Pío XII, querían tomar el lateral Oeste de la vía para incorporarse al sentido norte.

 

Esta situación producía grandes retenciones de tráfico en estos ramales del enlace desde Pío XII con la M-30 y en la propia vía de servicio de la M-30 Este, que llegaba a afectar a las calles próximas.

 

La fórmula escogida en este caso para solucionar los problemas de congestión del tráfico se ha materializado en la creación de un paso inferior con carriles específicos para cada dirección que evitan que los conductores que quieren ir en sentidos opuestos se crucen. Además, se construyó otro paso inferior de menor tamaño y se redujo la circulación entre las avenidas de Burgos y Pío XII con otros dos túneles que permiten convertir la vía en una zona de tráfico local. Estos subterráneos han reducido el tráfico en superficie en un 60%, pero además desde la puesta en marcha de esta actuación los accidentes se han reducido un 50%.

 

Estas obras también mejoran la movilidad y seguridad del tablero del paso elevado de la avenida de San Luis.

 

El tráfico que conecta Chamartín, Ciudad Lineal y Hortaleza es ahora más fluido, tanto en las calles aledañas como con los municipios del norte de la región. El Nudo de la Paloma también sirve de enlace con el oeste de la Comunidad a través del túnel de Pío XII y del eje de Sinesio Delgado.

 

Los cambios han mejorado las conexiones de transporte público y, según cálculos municipales, se han acortado los tiempos de 700 trayectos de autobuses de la EMT, de lo que se han beneficiado más de 30.000 viajeros.

 

Las obras se completaron con los trabajos de reforestación y ajardinamiento de más de 17.100 metros cuadrados, 2.000 de los cuales son de nueva creación. El Consistorio decidió sustituir a los 472 ejemplares afectados durante los trabajos plantando 945 árboles y 18.577 arbustos y ha ajardinado 17.152 metros cuadrados, 1.936 más de los que había. Así, el Nudo de la Paloma cuenta ahora con el doble de árboles que a principios de 2004. Dentro del tratamiento paisajístico general y, dado que la estructura del puente ha quedado vista, se recubrió la estructura de acero corten, incorporándose así al conjunto escultórico de La Paloma, situado apenas a unos metros en sentido norte.

 

Las empresas adjudicatarias han empleado caucho de distintos colores como material tapizante en cerca de 1.500 metros cuadrados de la superficie del puente que conecta la avenida de Pío XII con la M-30 Norte. La reforma se ha extendido además a la renovación del pavimento de 17.000 metros cuadrados de acera y la mejora de la pasarela peatonal.

 

El proyecto inicial sufrió algunas modificaciones, como la instalación de pavimento en la nueva pasarela, la construcción de dos rotondas en la calle de Serrano Galvache o la creación de una salida rápida y directa hacia el centro de Madrid de los vehículos de las instalaciones policiales de Pío XII. Los cambios partieron de los propios vecinos que dejaron más de 2.000 sugerencias en el punto de información municipal instalado en la zona.

El enlace con la A3 abre el camino al mar

 

Completando el arco Este, seis meses antes de lo previsto y ante la llegada de la Semana Santa de 2006, los vehículos comenzaron a circular por el nuevo enlace de la A3 con la M-30. La conexión con la carretera de Valencia contó con una inversión de 63,5 millones de euros para mejorar la seguridad de la vía y ahorrar a los conductores unas 260.000 horas de viaje al año y seis millones de kilómetros.

 

El tramo cuenta con un túnel de entrada a Madrid que comienza en el lateral de la A3 y discurre bajo la M-30, cuyo objetivo es realizar el movimiento M-30 sentido sur en dirección A3 de forma directa evitando el paso de miles de vehículos por la plaza del Conde de Casal y la calle de los Hermanos Fernández Shaw y las retenciones que se producían en esta zona. El proyecto perseguía, además, aumentar la funcionalidad del antiguo trazado, especialmente en el entorno de la avenida del Mediterráneo y reducir la contaminación atmosférica y acústica.

 

Más de 31.000 vecinos de los barrios de La Estrella y Adelfas, los más próximos al enlace, y los 478.000 residentes en los distritos de Moratalaz, Puente y Villa de Vallecas y Vicálvaro han visto como las conexiones han reducido los tiempos de acceso o salida al centro de la ciudad más de 15 minutos de media.

 

Las aportaciones de los vecinos modificaron algunas partes del proyecto, como por ejemplo, el mantenimiento del puente de La Lira como zona peatonal cuando en un principio iba a ser derribado al dejar de ser necesario para canalizar el tráfico desde la Autovía de Valencia a la M-30 en sentido sur.

 

La seguridad fue otro de los ejes sobre el que gira toda la remodelación de la M-30, también en este punto. El paso subterráneo, con dos carriles de 3,5 metros de ancho, tiene varias salidas de emergencia y sistemas de control y seguridad dotados con las últimas tecnologías en la construcción y mantenimiento.

 

El proyecto se ha completado con el ajardinamiento de 32.000 metros cuadrados, en los que se han plantado cerca de 40.000 arbustos y 980 árboles, más del doble de los 459 afectados por estas obras, de los cuales 27 fueron transplantados.


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