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La regla 80-20 para saber si tu relación de pareja es realmente sólida o puede tener grietas

La psicóloga Verónica Portillo Serrano aporta en su libro 'Amar bien, querer mejor' una guía para construir vínculos sanos

Escucha el pódcast: El método infalible para encontrar la pareja perfecta

La desconexión emocional puede perjudicar mucho a la pareja. freepik
Raquel Alcolea

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No, el amor no puede con todo. Y aunque puede ser un requisito indispensable en una relación sana de pareja, pero no es suficiente. Construir conexiones afectivas y equilibradas resulta difícil en un mundo en el que prima la inmediatez y el consumismo. Por eso en su libro 'Amar bien, querer mejor' (RBA) la psicóloga y experta en terapia de pareja, Verónica Portillo Serrano, defiende que lo ideal es partir de esta base: las relaciones no tienen que ser perfectas, pues a lo que deben aspirar es a ser «suficientemente buenas».

Abordamos con la psicoterapeuta algunas de las claves para entender dónde se debe poner el foco para construir relaciones amorosas sanas.

¿Qué señales indican que hay una crisis en la pareja?

Hay que diferenciar una crisis de lo que son conflictos naturales o incluso normales en la pareja. En el segundo caso lo habitual es sentarse, abordarlo, llegar a conclusiones en común y usar los recursos necesarios para enfrentar la situación de un modo distinto. Y eso hace que exista conexión en la pareja pues ambos sienten que pueden resolverlo en común y seguir adelante con el vínculo. Por tanto cuando existe el factor de la conexión emocional y hay voluntad de resolución, la pareja sale adelante.

El problema se da cuando existe algo o sucede algo que desconecta a la pareja emocionalmente y ambos se sienten lejos el uno del otro, o incluso cuando existe algo que a ambos les genera mucho daño, pues todo esto puede derivar en crisis más serias. Es importante abordarlo cuanto antes porque si se deja que eso madure, puede ir a más. Las crisis no se resuelven solas.

¿De qué manera se puede manifestar esa desconexión emocional?

Se muestra con falta de interés por el otro, apatía, poca escucha, escasa intención de comunicación... Y también cuando se dan cuestiones que hacen daño y que, más que molestar, enfadar o considerar injustas, lo que sucede es que realmente duelen.

¿Y qué hay de esas parejas que viven juntas pero «en piloto automático», como si fueran compañeras de piso?

Ese tipo de relaciones se sostiene por la comodidad. Y aquí hay un matiz, pues conviene aclarar que la comodidad es un factor que tiene que estar en una relación sana, es decir, una buena relación tiene que se cómoda, pero además tiene que aportar, sumar y enriquecer la vida, es decir, uno tiene que sentir que estar con el otro le aporta, que su vida es mejor, que está más a gusto eligiendo a esa persona que no eligiéndola. Por eso siempre hablamos de la importancia de enriquecer la relación, con detalles cotidianos en el día a día que hagan que ambos sientan que se tienen en cuenta el uno al otro. Tenemos que sentir que la relación es un equipo. Pero si solo estamos con alguien porque estamos cómodos esa relación no está basada en un amor de calidad. No quiere decir que no se quieran pero tal vez lo que les une no es amor sino otra cosa. Quizá sea un proyecto de vida en común, pero no amor.

¿Qué es la regla 80-20 y por qué es importante para conocer la solidez de una pareja?

Tiene un par de interpretaciones que abordo en el libro pero en lo que me centro al explicar esta regla es en la valoración subjetiva de la calidad de la pareja. Puede suceder que la pareja se encuentre a menudo en un punto en el que desee que todo sea redondo o perfecto. Pero lo que realmente dice esta regla es que si una persona está en un 80% satisfecha en la relación, puede considerarse que ya es una relación muy óptima, pues se puede entender que el 20% restante es el que corresponde a cuestiones en desacuerdo. Y si partimos de ese porcentaje óptimo podemos concluir que un nivel de satisfacción del 70% puede funcionar. Y si es un 60% empiezan a darse algunas incompatibilidades que en realidad pueden ser salvadas si existe un vínculo fuerte.

Otra lectura de la regla 80-20 es aquella que plantea que las parejas que tienen una comunicación efectiva pueden resolver con el 50% de las conversaciones el 80% de sus problemas. Y para ello es importante que dentro de la pareja sea posible abordar los temas de esta manera: que quien habla se intente explicar de la mejor manera posible y que el que escucha quiera entender de la mejor manera posible. La clave en este tipo de comportamiento es buscar soluciones en común, ser empático con el otro y negociar.

¿Qué sucede cuando una pareja se siente desalineada o en momentos vitales diferentes?

Cuando hay una situación de cambio individual que no necesariamente tenga que ver con la relación sino con algo que le ha pasado a uno de los dos, lo que sucede es que cambian las necesidades afectivas en la pareja. Podría decirse que lo que antes funcionaba deja de servir y se necesita algo diferente. Y en este tipo de situaciones habría que hacer algo que es de sentido común pero que no se suele hacer y es preguntar a la otra persona qué necesita: «¿Cómo puedo ayudarte?», «¿Qué necesitas de mí?», «¿Qué puedo hacer yo por ti en esta situación?»... Porque a partir de ahí, de esas preguntas necesarias, se puede abrir el camino para que la otra persona se exprese. Y si es uno mismo el que está viviendo esa situación de cambio también habría que preguntarse qué necesitamos y procurar comunicárselo a la pareja. Hay que tener en cuenta que la pareja no tiene por qué saber lo que necesitamos y que puede estar viviendo la situación con mucha frustración ya que se da cuenta de que lo que antes funcionaba, ahora no parece suficiente o ya no cuadran las cosas de la misma manera.

Imagen - «Los indicadores de calidad en una relación de pareja son la complicidad, el proyecto futuro y el cuidado mutuo»

«Los indicadores de calidad en una relación de pareja son la complicidad, el proyecto futuro y el cuidado mutuo»

Verónica Portillo

Psicóloga y terapeuta de pareja

¿En qué casos suele darse esa falta de alineación en la pareja con más frecuencia?

Un caso muy habitual de esta situación es cuando se tiene un bebé. Es algo que afecta a la pareja pero lo cierto es que es probable que cada uno lo viva de forma diferente o necesite cosas diferentes. Y en esos casos quizá es adecuado replantear muchas cosas, incluso desde lo más básico. Desde la necesidad de buscar ratos para cultivar la relación hasta organizarse para que la logística sea menos demandante.

Cuando hace referencia a la interpretación que se hace en la pareja de lo que nos pasa explica que muchas veces se comete el error de hacerlo desde el ego... ¿Cuál es la consecuencia?

Puede darse, en un caso ya más extremo, que se den conversaciones en las que uno persona esté esperando a que el otro acabe para lanzar su argumento, su opinión o su posición de forma inflexible, sin tener en cuenta al otro o incluso sin haberle escuchado. O también puede darse el caso de esas personas que se anticipan pensando en lo que el otro les va a decir o preguntar y ya actúan en base a lo que ellos creen que deben contestar a eso. Y todo eso implica que actuamos a la defensiva y que no somos capaces de apartar ese ego para escuchar, intentar entendernos con el otro y desde ese entendimiento procurar gestionar lo que está pasando. Si la pareja quiere entenderse hay que partir de un pacto de buena fe que implica confiar en que el otro tiene buena intención al expresarme las cosas. De esta manera ambos pueden bajar las defensas y recordar que si están intentando hablar y entenderse es porque se quieren.

¿Cuáles son los aspectos más significativos o determinantes para conocer el estado de una relación?

Habría que poner el foco en llevarse bien, ser cómplices y caerse bien. Creo que hay que ser amigo de la pareja porque aunque parezca algo obvio, en realidad hay parejas que no se caen bien entre sí y el hecho de llevarse bien es un buen indicador de calidad en la pareja. Y también es importante revisar cómo nos estamos queriendo, si se dedica tiempo, atención, cuidados y detalles o si se da por hecho que la relación funciona sola y ya está. Es importante tener en cuenta que hay que dedicarle tiempo a la relación y sentirse un equipo. Igualmente hay que revisar las necesidades afectivas tanto propias como del otro. Los indicadores de calidad en una relación de pareja son la complicidad, el proyecto futuro y el cuidado mutuo.

¿Qué tipo de conversaciones incómodas conviene atender de vez en cuando en la pareja?

Todo aquello que en algún momento creamos que puede afectar a la pareja habría que compartirlo. Tal vez haya cosas cotidianas que uno pueda gestionar y que no sea necesario involucrar al otro, pero si en algún momento uno ve que ese tema se le está yendo de las manos o le está ocupando más espacio mental del que uno quiere, habría que ponerlo sobre la mesa. Por tanto aquello de lo que uno pueda hacer un manejo individual, una gestión personal y que suponga que se respeten los pactos y el cuidado en la pareja puede abordarse sin tener que contarlo a la pareja. No hace falta contarlo todo pues la confianza también pasa por creer que la otra persona hará una buena gestión de lo que le va sucediendo en la vida.

¿Qué cuestiones dentro de la pareja implican ya una ruptura y van más allá de una crisis?

Es cierto que a la hora de citar cosas concretas habría que atender a las particularidades de cada relación, dependiendo de cómo se ha construido y las dinámicas que tengan. Pero en general lo que sí es un factor de determinante de posible ruptura es cuando ya no hay ganas de trabajar en pareja, o bien porque lo que sucede duele mucho o genera mucho sufrimiento o porque ya se ha intentado de varias maneras y no resulta posible que funcione. Hay que tener en cuenta que todos tenemos un tope o que la paciencia tiene un límite y está bien que sea así, pues cuando una persona no quiere seguir poniendo empeño ni esforzarse en algo, es lícito dejarlo y romper. Y paradójicamente esa ruptura también implica resolver la situación pues aunque se viva socialmente como un fracaso, en algunos casos puede llegar a ser la mejor decisión que se puede tomar en ese momento.

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