Mantra para el amor: «Que dure mientras sea bonito, que sea bonito mientras dure»
El psicólogo Tomás Navarro revela cuáles son las características que definen a las relaciones de pareja sanas, gratificantes y duraderas
Cómo acertar al elegir pareja con la regla de las cuatro patas de la mesa
"Casi todas las rupturas de pareja tienen algo de duelo anticipado: siempre hay indicios"
MADRID
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa pareja perfecta no existe. Esto es algo que he dicho en más de una ocasión. Y la cuestión es que no sé en qué momento hemos creído lo que nos han contado del amor pero cuando hablamos de amor, cuando buscamos a una ... pareja, a menudo buscamos una quimera que no existe. De repente nuestra quimera, nuestro ideal sale de nuestra mente y pasea al encuentro de un molde que le de forma. Proyectamos nuestro ideal sobre esa persona como si fuera un lienzo en blanco. Incluso cuando vemos un atributo que nos encaja imaginamos el resto y lo proyectamos en base a ese ideal que tenemos. Y no sólo eso, sino que si en algún momento vemos algo que no nos encaja, pensamos que ya lo cambiaremos o que ya se ajustará. Pero con esto conviene tener las cosas claras: si una persona no te gusta cómo viste, no te gusta cómo habla, no te gusta cómo piensa y no te gusta cómo ve la vida... es que no te gusta. No es lícito cambiar al otro, así que si lo primero que piensas es en lo que quieres cambiar de esa persona, es mejor que no sigas adelante con esa relación.
Un psicólogo explica cómo analizar a las personas para saber si puedes confiar en ellas
Tomás NavarroEl psicólogo Tomás Navarro revela algunas pautas básicas que pueden ayudar a distinguir una relación simbiótica de otra parasitaria
Es cierto que coincidir, estar disponible y estar receptivo es complicado, pero lo que hay que tener claro es que las mejores parejas son aquellas que se conocen bien, no de un día, o de dos, o de una noche o dos, sino que se han interesado en conocerse de verdad, a fondo.
Para conocer bien a alguien hay que pasar horas de calidad. Si sólo ves a esa persona el sábado, por ejemplo, o la ves muy vez en cuando, resultará difícil conocerle bien pues cada vez que estés con esa persona procurarás mostrar tu mejor versión y lo mismo le sucederá a él o a ella. Por eso lo ideal es conocerse compartiendo tiempo, conviviendo en distintos ámbitos, lugares y contextos pero sin precipitarse y de modo que podamos ver a esa persona en muy diferentes momentos: cuando se enfada, cuando está contenta, cuando está triste, cuando tiene un problema, cuando cuenta sus sueños, cuando planifica... Es curioso pero esto es precisamente lo que hace que las parejas que hayan surgido en los entornos laborales tengan un mejor pronóstico que aquellas que han salido de encuentros fortuitos o de fin de semana. La explicación está en que en un trabajo es posible ver a un compañero o compañera en sus múltiples facetas y desplegando los diferentes rasgos de su personalidad y esto aporta mucha información sobre sus valores, sus preocupaciones y sus intereses. Y en los temas de pareja, como en casi todo, la información es clave para saber si puedes conectar o no con esa persona. De lo que se trata, digamos, es de incorporar a tu pareja a tu universo, a tu día a día, porque eso es lo que hace que esa relación fluya y se vaya construyendo poco a poco.
También es importante que haya reciprocidad, que los dos más o menos aporten lo mismo o incluso que se vayan equilibrando las necesidades. No siempre tiene que renunciar uno a determinadas cosas ni tampoco tiene que ceder siempre el otro, sino que hay que intentar equilibrar la balanza.
Otro aspecto necesario para construir una relación de pareja sana es que hay que enriquecer el día a día. Pongamos un ejemplo. Cuando uno empieza una relación celebra cada semana, por ejemplo los jueves, que se han conocido. Y recuerdan que se conocieron un jueves y todas las semanas hacen ese pequeño homenaje. Luego eso es algo que pasa a celebrarse cada mes, o cada cierto tiempo, luego una vez al año y después llega un momento en el que casi ni se celebra o se olvida. Este tipo de cosas hay que tenerlas en cuenta pues lo ideal es seguir abonando y cuidando esa planta que es nuestra relación de pareja.
Estas son las hormonas que más intervienen en un cerebro enamorado
Melissa GonzálezTambién conviene incorporar en la dinámica de pareja una mirada amable para tolerar, o al menos para restar importancia, a aquellas cosas que no son irrelevantes pero que, de alguna manera, nos molestan; pues tal vez puedan pasarse por alto sin que tengan que dar pie a una discusión.
La intimidad y la sexualidad son aspectos que también deben funcionar porque si no funcionan y se buscan «compensadores» fuera de la pareja esto es un signo claro de que hay que tomar tarde o temprano la decisión de dejar la relación.
¿Y si se acaba el amor?
En consulta he llegado a ver algunas relaciones tocadas de muerte. Y cuando los muertos no se entierran se convierten en zombis. Y cuando percibes que la relación se está muriendo, hay que dejarla morir porque a veces el amor se acaba, se gasta, y no pasa nada. No digo que haya que renunciar al amor, solo digo que no hay que intentar alargar lo que realmente no funciona.
Hay una máxima en relación al amor que puede convertirse en una especie de mantra: «Que dure mientras sea bonito, que sea bonito mientras dure». Y esto quiere decir que puede haber periodos más complicados por circunstancias concretas como enfermedad, falta de trabajo o exceso de trabajo, situaciones familiares complejas... Pero lo que no es normal es estar mal siempre.
Algunas señales de desamor pueden ser la falta de confianza, la falta de comunicación, las pocas ganas o las nulas gana de hacer cosas y planes juntos... Puede ser que a cada uno de ellos le apetezca tener su espacio y sus momentos con sus amigos, pero dejan de hacer juntos aquello que disfrutaban precisamente cuando estaban juntos, es una señal de que algo no va bien. O incluso puede significar que se está más a gusto con otras personas que con la pareja.
La intimidad y el sexo suele ser un momento de conexión, es el lugar en el que eres tú, te desnudas y eres vulnerable. De hecho para mí lo único que diferencia una amistad de una pareja es ese nivel de intimidad.
El momento de la ruptura
Si hay señales de que la relación de pareja está tocada de muerte, hay que ser valiente y romper, pero no de cualquier manera, sino de forma elegante. Para ello hay que analizarlo con calma, no precipitarse en las reacciones ni en las respuestas, dejar pasar algo de tiempo, recuperarse de la resaca emocional que se produce tras la ruptura y poner el foco en la nueva vida y en las nuevas rutinas.
A la hora de valorar lo que se hizo bien y lo que se hizo mal conviene no hacer demasiado a los motivos que el otro alegue para explicar por qué nos dejó pues no aportan luz ni verdad al tema. Hay que pensar que la culpa no es de uno ni del otro sino del propio amor, que se acaba. En realidad la culpa suele ser de los dos, a veces el porcentaje es de 60/40 y otras veces de 80/20, pero nunca es 100/0, es decir, nunca tiene uno solo la culpa. Pero cuando algo se ha acabado no hay que ser dramáticos sino elegantes y procurar acabar de la mejor manera posible.
¿Puede haber amor sin amistad? Abramos el melón: el secreto de una buena relación de pareja
Tomás NavarroEl psicólogo Tomás Navarro invita a reflexionar sobre las diferencias esenciales entre una pareja y un par de amigos. Es una de las claves de su libro 'Tus líneas rojas', cuyas ideas comparte cada 15 días en ABC Bienestar
En definitiva, amar es conocer a una persona poco a poco, crecer juntos, enriquecer la relación, aportar, comunicarse, expresarse con libertad, escuchar al otro, vivir, sentir... Y si se acaba, se acabó. Recuerda este mantra: «Que dure mientras sea bonito, que sea bonito mientras dure».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete