Esto dice la ciencia sobre el amor a primera vista
¿Existe el amor a primera vista o solo se trata de la fase de enamoramiento?
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Iniciar sesiónEl amor a primera vista, ¿es posible? ¿Las personas realmente se ven y en momentos simplemente saben que están destinadas a ser pareja? La idea es maravillosamente romántica: dos extraños cruzan miradas, estando solos o rodeados de decenas de personas, y automáticamente se produce ... una chispa eléctrica. Según se informó hace años, el príncipe Harry lo experimentó con Meghan Markle, y Catherine Zeta-Jones con Michael Douglas, asegurando que la primera vez que se vieron supo «que sería el padre de sus hijos».
Por supuesto, las celebridades no tienen el monopolio de este fenómeno y varios estudios demostraron que un alto porcentaje de encuestados (por encima del 60%) han tenido un amor a primera vista. Marta Aliño Costa, Doctora en Neurociencias y directora del Máster Universitario en Neuropsicología Clínica de la VIU, tira por tierra esta ilusión.
«El amor a primera vista, en realidad, es considerado por los estudios científicos como una atracción o un impulso de apareamiento. Únicamente consideramos aquellas características físicas de la persona, sintiéndonos atraídos por ellas. Asimismo, en el momento en que se realiza un contacto cercano con esta persona, además de sentir esa atracción sexual y esa química (primando sobre todo los andrógenos y estrógenos), en la cual nuestro deseo sexual se encuentra totalmente disparado, idealizamos a dicha persona», aclara la experta.
Es decir, solamente vemos sus virtudes, haciendo caso omiso a todos aquellos aspectos que, de alguna forma, podrían no encajar con nuestros ideales. La Doctora indica que esta primera fase, considerada científicamente como fase de enamoramiento, «no es eterna», sino que tiene un rango de duración entre 6 meses y dos años, pudiendo dar paso a una nueva fase denominada amor o intimidad para, en último término, llegar a la fase de apego o compromiso.
¿Existe el amor a primera vista?
El amor a primera vista para la ciencia no existe puesto que, en ningún caso podría ser considerado como «amor», reservando ese término para fases posteriores. No obstante, sí que podemos considerarlo un impulso o atracción. Es decir, se trata de un deseo o apetito sexual gobernado por nuestras hormonas sexuales, cuya finalidad es simplemente reproductiva (sin que necesariamente este deseo reproductivo se concentre en una única persona).
Cuenta Marta Aliño Costa que en esta fase, además de las características físicas o aparentes que nos atraen y nos hacen querer pasar tiempo con esa persona, «esta liberación de hormonas se ve reforzada continuamente por todos aquellos gestos y actos que se tienen por esta persona o recibimos por parte de nuestra persona de interés» (las conocidas «locuras por amor») que, en sí mismas, son refuerzos para nuestro sistema cerebral de recompensa.
«Como en cualquier conducta adictiva, durante esta fase es habitual la sensación de querer estar siempre con la persona por la que nos sentimos atraídos y, además, las acciones que se generan durante esta fase de enamoramiento son las que, al fin y al cabo, van a sentar la base y serán el recuerdo para las subsiguientes fases, generando un hito importante que puede ser punto de referencia positivo para la futura pareja», aclara.
Por tanto, el enamoramiento en sí se trata de una liberación de hormonas (estrógenos y andrógenos) y otros neurotransmisores (dopamina y serotonina) que, a su vez, produce un deseo sexual acompañado de un proceso de idealización de la persona por la que nos sentimos atraídos física y sexualmente. Una vez transcurrida esa fase y con la presencia de la liberación de oxitocina se potencia, precisamente, las siguientes fases de amor y fase de apego o compromiso.
Los hombres, más propensos al enamoramiento fácil
Al parecer, una nueva investigación realizada en los Países Bajos (Zsok, Haucke, De Wit y Barelds, 2017), los hombres reportan más amor a primera vista que las mujeres. ¿Podrían las mujeres estar menos inclinadas a esta experiencia porque son más selectivas con quién podrían salir, como lo han demostrado otras investigaciones? Además, una comparación de los informes de los participantes sobre el amor a primera vista mostró que suele ser un fenómeno unilateral; no suele ser recíproco. Los investigadores sospechan que la intensa experiencia inicial de uno de los miembros de la pareja podría ayudar a moldear los recuerdos de la otra persona, cambiándolos hacia la creencia de que él o ella también experimentó el amor a primera vista.
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