Los seis tipos de amante que existen, según su personalidad

La forma de amar tipo «Eros» caracteriza a las personas que priman el sexo y la atracción física en una relación. No es raro que estas personas vivan situaciones como «amores a primera vista», o que sientan un deseo sexual intenso por la persona que les atrae, según revela la sexóloga Silvia Sanz . Su relación suele ser pasional y carnal y no conciben una relación con una persona que no les guste físicamente. A este tipo de personas les gusta seducir y ser seducidas a nivel físico. Priman el contacto visual, las caricias, el coqueteo y les gusta sentirse deseadas. También se fijan en cuestiones como el olor de las personas o si se cuidan o no a la hora de vestirse.

Para una persona cuya forma de amar es de tipo «ludus» lo importante es compartir momentos de diversión y disfrute con su pareja. El ocio y hacer planes es vital para ellos y no conciben una relación «casera» o aburrida. Buscan parejas con las que tengan aficiones comunes y se interesan por aquellas personas con las que puedan disfrutar. La conexión emocional o sentimental no es tan importante para ellos, pues se sienten plenos y satisfechos disfrutando de planes intensos con sus parejas.

La pasión o la conexión emocional no es lo más importante para las personas cuyo estilo de amor es pragmático, tal como define la sexólga. Para este tipo de personas lo importante es sentirse cómodos, tranquilos y seguros en la relación. No les gusta asumir riesgos y buscan en una relación de pareja con un compañero o compañera que tenga la misma filosofía de vida o incluso un nivel cultural o económico similar. No quiere decir que la relación sea aburrida, pues también disfrutan gustos o aficiones o cultivar la amistad entre ellos. Pero pasión, lo que se dice pasión, no hay en su relación.

Esta forma de amar, la de tipo «amistoso» es lo más similar al cocinado a fuego lento en materia sentimental. Para las personas que aman de esta manera es importante dar pasos poco a poco. Primero son amigos e incluso en algunos casos muy buenos amigos y poco a poco, casi sin darse cuenta, se convierten en pareja. Empiezan a vivir juntos y llega un momento en que lo comparten todo. La confianza, el compañerismo, el apoyo mutuo y las confidencias son habituales en su relación. No conciben que su pareja no sea su amiga o amigo y, aunque disfrutan del sexo, no es lo primordial para ellos.

Muchas de las personas que manifiestan esta forma de amar, que se corresponde con un tipo «obsesivo» suelen estar inmersos en una relación de dependencia emocional. «Son personas que necesitan sentirse queridos, que son muy demandantes tanto de tiempo como de atención y que intentan acaparar a su pareja y que sea solo para ellos», explica Silvia Sanz.

El amor entregado y desinteresado que practican las personas que aman de forma «altruista» prima el interés del otro en lugar del de uno mismo. Tal como explica la sexóloga, este tipo de personas se sienten bien si ven felices a su pareja, sean o no correspondidos en el amor. «Si tu estás bien, yo estoy bien» es su lema y en ocasiones olvidan sus propios intereses, aficiones o gustos para interesase en los del otro. Su concepto de amor es romántico en cuanto a la entrega desmedida hacia el otro.

Lo habitual, según explica, es que a lo largo de la vida se experimenten algunas (o incluso en algunos casos todas) las formas de amar descritas (eros, altruista, ludus, amistosa, obsesiva y pragmática), bien con parejas distintas o incluso con la misma pareja. «Esta evolución o estos cambios en la manera en la que amamos son normales y, de alguna manera, implican que estamos madurando y creciendo a nivel sentimental», explica Silvia Sanz.

Pero también se dan casos en los que una persona puede llegar a mantener el mismo paradigma de amor a lo largo de toda su vida. Entonces, ¿puede llegar esta inmovilidad a hacernos infelices? Tal como explica la experta esto dependerá de si ambos miembros de la pareja tienen o no el mismo código del amor. «Aunque no hay certezas en este sentido lo habitual es que las relaciones funcionen mejor si mantengo una relación sentimental con alguien que comparte un mismo estilo de amar, es decir, que si amo de una forma pragmática lo más probable es que mi relación sea más duradera y más satisfactoria si mi pareja también tiene esa forma de amar», argumenta la psicóloga y sexóloga.

Lo ideal, no obstante, es tal como explica Silvia Sanz, que no existan formas puras o inamovibles de amar tal como se han descrito, sino que las formas de amor vayan evolucionando y fluctuando con el sentir y con el vivir de la pareja. «Con las relaciones de pareja pasa lo mismo que con el sexo: uno no puede estar permanentemente en un estado de orgasmo. Sería algo irreal. Deben cambiar, evolucionar, fluctuar y, lo más importante, no deben acomodarse ni darse por seguras. Porque eso puede acabar con el amor», comenta.