Poliamor, poligamia, asexual... Diccionario para entender el 'nuevo' amor

Mientras que la monogamia va de la mano con la fidelidad, donde mantenemos una relación de afecto, amor y sexual solamente con una persona y además es recíproco y exclusivo, por otro lado encontraríamos el poliamor, que es cuando dentro de una relación se está abierto a otro tipo de prácticas, como también pueden serlo el intercambio de parejas o los tríos: «El poliamor es lo más parecido a las  relaciones abiertas , donde una pareja estable pacta poder tener relaciones sexuales con otras personas y solo existe el sexo en esa unión. No hay amor romántico propiamente dicho».

Lidia Alvarado, psicóloga experta en relaciones de pareja, manifiesta que la clave del poliamor es que «todos los que están involucrados en esa relación tienen que saber de la existencia del resto de personas». Los defensores del poliamor consideran que el amor no tiene que estar restringido porque si quieres a alguien deseas lo mejor para esa persona y eso incluye poder ampliar su vida amorosa y sentimental.

«Los poliamorosos defienden que cuando estás con alguien, quieres a esa persona, y quieres lo mejor para ella… Eso puede incluir el ampliar su vida amorosa y sentimental y es otra manera de entender las relaciones amorosas, por supuesto, siempre de manera empática y sana. La única diferencia es que sois más de dos en la relación», recuerda Alvarado.

La no monogamia puede tener sus desventajas. Traer a un tercero (o más) a la relación puede crear una distracción de la conexión emocional entre los dos miembros iniciales. Según cuentan las expertas, puede diluirse la intimidad en la relación cuando las parejas se dispersan más.

«Como conclusión, creciendo en una sociedad en la que la monogamia es la filosofía mayoritaria, el poliamor puede ser complicado pero hay muchas maneras de entender el amor y esta es una de ellas. ¿Es posible enamorarse de varias personas a la vez? El poliamor demuestra que sí, aunque hay personas que piensan que puede ser una moda pasajera y no una forma distinta de entender el amor», insta Lidia Alvarado .

Al parecer, según cuenta Silvia Sanz, es frecuente encontrar casos en consulta de parejas que quieren practicar el intercambio de parejas y, sorprendentemente, suelen ser relaciones estables, que llevan tiempo, con la confianza y complicidad suficiente como para iniciar este estilo de prácticas... «Acuden a terapia para saber los riesgos que pueden provocar practicar el intercambio de parejas, si están preparados o los límites que necesitan tener claros a la hora de tener sexo con otras parejas ». 

Y si pensamos que las ideologías políticas o religiosas tienen que ver en cómo vemos el amor, estamos muy equivocados porque «no existe un perfil definido» de personalidades que practiquen el poliamor. Eso sí, se podría decir que son personas de entre 30 y 50 años, parejas que han perdido la chispa o «buscan ampliar su abanico de encuentros» de forma consentida y sin contraprestación. «Son personas con una amplia tolerancia sexual que disfrutan sin tabúes», asegura la psicóloga Silvia Sanz. 

En otras palabras, uelen ser parejas reales con lazos afectivos y de compromiso, para los cuales sí hay exclusividad, siendo la parcela sexual la única que comparten con los demás: «Transgredir la línea de la posesión del otro es un elemento de excitación», cuenta. 

Tal como dice la autora de 'Sexamor', se identifican con las preferencias sexuales de la mayoría, pero se sienten diferentes en cuanto a la libertad de poder llevarlas a cabo, «sin la represión de las relaciones monógamas o la falsedad de las relaciones extramatrimoniales a escondidas».

«Muchos lo proponen como una alternativa a la infidelidad y es una buena forma de buscar estímulos para que el deseo no se pierda, aunque funciona mejora para quienes llevan poco tiempo juntos y no son celosos», concluye.