Antes de tirar la toalla con tus propósitos del año, aprende a replantearlos así
Siete estrategias prácticas para reformular y readaptar los objetivos que se desean conseguir de una manera más concreta y eficiente y evitar el abandono prematuro
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Iniciar sesiónLos propósitos que se plantean en los últimos compases del año que se va o en los primeros del que viene suelen considerarse una especie de «palanca de cambio» para corregir aquellas situaciones con las que no estuvimos conformes durante el año anterior. Así, como ... explica la consultora Ana Isabel Hernández Vázquez, coach y experta en regulación de estrés en entornos corporativos, muchas veces están relacionados con mejoras físicas (cuidar la nutrición y practicar ejercicio), intelectuales (dominar una segunda lengua o leer más) o incluso sociales (aumentar el círculo de amigos o recuperar amistades perdidas).
La cuestión es que, aunque suelen plantearse con ganas gracias a los efectos «reflexión« y »cierre de ciclo« que permiten tomar una mayor conciencia de las prioridades, lo cierto es que no siempre se consiguen alinear las expectativas con la intencionalidad a través de un plan claro. Y el resultado de esa indefinición suele ser una pérdida de motivación temprana que lleva a algunas personas a abandonar sus propósitos del año incluso antes de que acabe el mes de enero.
Uno de los errores que suelen cometerse a la hora de plantear nuevos propósitos es querer resultados diferentes haciendo lo mismo. Algo que, según explica Hernández, es un patrón común y que lo único que consigue es aumentar la frustración de haberlo intentado de nuevo sin éxito.
Por eso la experta asegura que una de las claves para lograr aquello que se nos resiste es dejar de hacer siempre lo mismo: «La mayoría de las personas suelen plantearse unos objetivos vagamente definidos, pero no porque no deseen conseguirlos, sino porque no se han parado a definirlos de una manera correcta y estratégica. Una vez que los propósitos están bien filtrados, las opciones y el plan de acción suele salir rodado», asegura.
Pero además es importante acompañar este plan de acción de un análisis previo y una redefinición más clara, concreta y eficiente a través de estas siete claves que propone la experta:
1. Pregúntate qué quieres. Si usáramos la analogía del navegador del coche, tendríamos al mejor maestro para definir objetivos. Saber qué es lo que se quiere y para qué ayuda a definir el punto de llegada. «Visualizarse habiéndolo conseguido y valorando si lo que sentimos a la hora de visualizarlo es como nos gustaría sentirnos y resuena en nuestro interior es fundamental», explica.
2. Plantéate si ese objetivo, propósito o intención depende sólo de ti. Si la respuesta es negativa y depende de otras personas, recursos o procesos, volverás a dar con la misma piedra que en otras ocasiones hemos ido poniendo en nuestro camino hacia la consecución de lo que se desea lograr. «Debemos plantearnos metas que solo dependan de nosotros porque si no es así, encontraremos la excusa perfecta cuando el plan se tuerza. Todo lo que esté fuera de nuestro control es un objetivo a otro nivel y deja de ser un objetivo personal», aclara.
3. Define en qué ámbito concreto quieres que tenga lugar. Pregúntate dónde y cuándo. «Si no somos capaces de contestar a estas dos preguntas, estaremos de nuevo creando intenciones que están lejos de ser definidas», sentencia.
4. Analiza cómo sabrás que te estás acercando a la meta. Cuando nos fijamos un objetivo necesitamos medir nuestro progreso. Usando de nuevo la analogía del navegador, si nos desviamos de la ruta el sistema puede recalcularla de nuevo para llegar al destino, pero nunca perderá el foco para llegar a donde tiene que llegar. Por tanto, si somos nosotros los que de manera consciente cambiamos la ruta, tendremos que analizar si es una nueva ruta o si lo que vamos a hacer es una parada intermedia.
5. Estudia con qué recursos cuentas y cuáles te faltan. Si una meta no es realista, creeremos que es imposible. Si no es algo desafiante, es que no hay motivación. Y es la motivación o lo que nos mueve a hacer algo lo que tenemos que buscar en el mundo de objetivos y crecimiento personal en el que vivimos.
6. Calcula si es alcanzable. Ahí tendremos que alcanzar hacia dónde vamos y si puede o no ser demasiado grande o en realidad tiene el tamaño adecuado y tal vez sólo tengamos que redefinir cómo abordar cada uno de los pasos para llegar a él.
7. Recuerda pensar en cómo afectará cumplir ese objetivo a tu vida. La experta apela aquí al la llamada ecología que el objetivo, según la cual éste debe guardar el equilibrio con el entorno, tanto a nivel personal como interpersonal.
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