Síndrome de la chica con suerte: el peligro de invalidar las emociones negativas

Pero lo cierto es que los 'tiktokers' no han descubierto nada nuevo ya que el síndrome de la chica con suerte existe desde que nació la psicología, aunque no es un síndrome reconocido por la misma, sino un punto de vista. La psicóloga Paloma Rey comenta que «no es nueva la creencia de que los pensamientos positivos atraen aquello que deseamos». Por tanto, han existido diversas teorías que han puesto en auge esta creencia, pese a no contar con apoyo empírico.

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En concreto, el síndrome de la chica con suerte sugiere que si nos convencemos de que somos merecedores de cosas positivas, estas pueden llegar a ti eventualmente. Es decir, por creerlo estás abriendo la puerta a que sucedan.

La ventaja principal de incorporar esta creencia en nuestra rutina radica en que la forma en la que nos hablamos y referimos a nosotros mismo tienen un impacto significativo en nuestras emociones y comportamientos. «Puede ser algo positivo, siempre y cuando este enfoque sea auténtico y validemos y nos permitamos sentir mal cuando surge algún contratiempo o situación difícil en nuestro día a día».

Desde Instagram, @typwell, la plataforma para aprender a cuidarte, comentan la importancia de recordar que «no podemos convertir en realidad nada que no dependa solo de nosotros mismos y habrá cosas que se salgan de nuestro control». Además, comentan lo siguiente:

- Tú te presentas al mundo como una chica con mucha suerte, a la que siempre le va bien en la vida.

- Se trata de tener la confianza de que las cosas van a salir bien y de que todo lo que pasa actúa en tu favor.

- Establece que cuando te convences de que te mereces cosas buenas, abres la puerta a que estas sucedan.

- Establece que hay cosas que no salen como quieres porque no tenían que pasar así. Y esa es tu suerte.

- Establece que una vez crees en tu valor, tomas riesgos y decisiones que con miedo no harías.

- No es una forma de positividad tóxica: se trata de afirmar lo que quieres a la vez que te esfuerzas por conseguirlo.

- Este síndrome utiliza la Ley de Asunción, una teoría que establece que lo que asumimos que es verdad es lo que manifestamos inconscientemente.

Pero como todo, siempre existe la cara B de la moneda. Tal como garantiza Paloma Rey, obligarnos a ser felices e invalidar nuestras emociones negativas tiene sus riesgos: «Para alcanzar la felicidad, debemos experimentar otras emociones menos agradables como la frustración o la decepción. Si interpretamos los contratiempos y las preocupaciones como señales de que estamos fracasando en el alcance de la felicidad, no tendremos una visión realista de la vida y generaremos sentimientos de culpa cuando no alcancemos los resultados esperados».

Esta espiral de culpabilidad y autoexigencia en el que se puede llegar a caer si no se produce el efecto esperado, afectará de forma significativa a la autoestima de las personas que ya se sentían vulnerables previamente.

Entonces, según informa Paloma, «el síndrome de la chica con suerte no sería aplicable a todas las personas», únicamente a aquellas que empleen este enfoque para adaptar una mentalidad más optimista pero, a la vez, establezcan metas realistas, hayan desarrollado tolerancia a la frustración, validen las emociones negativas, permitiéndose estar mal cuando lo necesiten y establezcan un plan de acción para alcanzar sus objetivos, podrán beneficiarse de él. «No obstante, si lo empleamos como única estrategia de afrontamiento, encontraremos muchas situaciones en las que nos resulte difícil o imposible aplicarlo. Y esto conllevaría las consecuencias antes descritas», concluye.