Rumiación mental: así puedes dejar de darle vueltas a todo
La rumiación mental es un síntoma de ansiedad y depresión
¿Cansado de dar vueltas a todo? Cómo resetear la mente para una vida serena
La rumiación mental lo envuelve todo. Quienes tienden a tener pensamientos obsesivos y repetitivos sobre un asunto en concreto le afecta a tal nivel que interfiere con otras formas de actividad mental. Por tanto, la rumiación mental consiste en darle vueltas a los problemas ... de manera continuada y el enganche mental a una situación negativa.
Y estos casos explican el 40% de los síntomas clínicos de ansiedad y del 30% de los de depresión. De hecho, en España, rumiar las emociones es el principal indicativo de estos síntomas clínicos. En este sentido, el 40% de las personas afirma haber sufrido problemas de salud mental; muy común entre los jóvenes, con un preocupante 54% de chicos y chicas de 18 a 29 años que admite haber atravesado este tipo de problemas.
La predisposición biológica, es decir, lo que se nos viene dado, y las experiencias vividas explican, en cierta medida, la aparición de los problemas de salud mental, pero lo que verdaderamente explica el mantenimiento o empeoramiento de las dolencias mentales son las estrategias que se utilizan para regular lo que se siente. En este sentido, la rumiación es la principal estrategia silenciosa que aleja a la población española del bienestar.
Esta es una de las principales conclusiones del estudio 'Comprender o rumiar nuestras emociones. Análisis de las estrategias silenciosas que nos acercan o apartan del bienestar emocional', elaborado por el seguro de salud de Línea Directa a partir de los resultados de 1.700 encuestas realizadas en toda España en las que se han incluido instrumentos psicométricos validados y utilizados a nivel mundial en el ámbito de la psicología y salud mental. Este informe se ha elaborado conjuntamente con la experta en Inteligencia Emocional, Ruth Castillo-Gualda, y el especialista en Intervención de la Ansiedad y el Estrés, Juan Ramos-Cejudo, ambos profesores de la Facultad de Salud de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) con el objetivo de conocer qué ocurre en la mente de las personas para desarrollar problemas emocionales, detectar sus principales indicadores de sintomatología clínica de trastornos y proponer estrategias de prevención o protección que ayuden a la población a gozar de salud emocional.
Estrategias que alejan o acercan al bienestar
Lo que las personas hacen con sus sentimientos les pueden alejar o acercar al bienestar emocional. En este sentido, se identifican tres respuestas poco útiles que conducen a la ansiedad y la depresión y, por tanto, alejan a los ciudadanos del bienestar: reprimir lo que se siente, rumiar la situación o el problema y desconocer las causas del malestar emocional.
- Supresión: comenta Ruth Castillo que negar o rechazar emociones que nos resultan desagradables nos hacen un flaco favor.
- Rumiación: centrar la atención en los aspectos que generan malestar, anclándose en el problema.
Dos ejemplos de estrategias poco útiles ante un problema de pareja pueden ser: darle vueltas a la forma en que se reaccionó en una discusión pasada, de manera obsesiva y en bucle (rumiar) o anticiparse a consecuencias negativas como la ruptura, sin que hayan llegado a suceder.
La buena noticia es que existen estrategias que acercan a las personas al bienestar y que previenen la ansiedad y la depresión y entonces ayudan a tener una mejor salud mental. Estas se basan en identificar las emociones, comprenderlas y reevaluarlas y son habilidades se pueden entrenar y mejorar, tanto en contexto clínico como en el educativo.
- Identificación emocional: reconocer señales emocionales en el cuerpo y la mente.
Comprensión emocional: entender qué causa lo que sentimos.
- Reevaluación emocional: saber reinterpretar las situaciones emocionalmente intensas para sentirnos mejor.
Un ejemplo de reevaluación de emociones es el de reinterpretar la frustración: «No conseguir algo que quiero no implica que no sea capaz, que no sea lo suficientemente válido».
La gravedad de no saber gestionar las emociones
No contar con estrategias adecuadas para manejar lo que sentimos puede derivar en un problema de salud mental. En España, según este estudio, la subida de la venta de ansiolíticos u antidepresivos en las farmacias en la última década es del 40%. Además, tal como dice Juan Ramos-Cejudo, más de la mitad de las personas con trastornos mentales que necesita tratamiento no lo recibe y es la segunda causa de baja laboral, en torno al 15%.
Además de ser un síntoma, el hábito de rumiar puede afectar la salud de una persona al:
- Prolongar o intensificar la depresión.
- Afectar su capacidad para pensar y procesar emociones.
- Agravar la ansiedad, problemas de sueño y conductas impulsivas.
- Exacerbar y mantener las respuestas al estrés, lo que lleva al estrés crónico.
-Aumentar el riesgo de inflamación y problemas de salud física, como resultado del estrés aumentar el riesgo de trastornos por uso de sustancias.
- La rumia puede convertir la preocupación en un hábito o una forma de vida.
Al parecer, Andalucía, Islas Baleares, Cataluña y Cantabria son las comunidades autónomas donde más problemas de salud mental hay. La Rioja, País Vasco y Asturias son las que sufren menos de problemas de salud mental.
Diferencias de género
Juan Ramos-Cejudo comenta que los hombres reprimen más sus emociones, tienen mayor consumo de alcohol/drogas y piden menos ayuda a profesionales. Las mujeres, por su parte, «cuentan con menor satisfacción vital, tienen mayor disposición a la inestabilidad emocional, peor calidad del sueño, mayores problemas psicosomáticos y mayor uso de la rumiación ante los problemas». Por tanto, podría decir que el sexo femenino sufre más este problema de salud mental.
Consejos para prevenir la rumiación
Rumiar, o darle vueltas al mismo pensamiento, nos alejará del bienestar, aumentando nuestra ansiedad y malestar general.
En ocasiones nos enfrentamos a situaciones adversas que nos hacen sentir mal. En este sentido, dice Ruth Castillo, debemos intentar que nuestra mente no se quede anclada en un mismo pensamiento de forma repetitiva.
«Por otro lado, hay que intentar buscar las causas, no juzgarnos ni culparnos, ni anticiparnos a los problemas porque solo nos mantendrá en ese malestar, intensificándolo y bloqueándolo», comenta. Del mismo modo, no hay que dejarse arrastrar por los mitos o creencias de que este estilo de pensamiento negativo repetitivo es bueno tenerlo. Y también hay que atender y afrontar aquello que sí es importante: «En términos generales, si nuestra mente está ocupada en este tipo de contenido se aleja de otras preocupaciones».
La experta dice que, para comprender nuestras emociones, debemos estar abiertos a la experiencia, a veces desagradable, que nos proporciona. Además, identificar las causas del malestar nos va a llevar a percibir control y prepararnos para dar una respuesta inteligente. Por otro lado, hay que reinterpretar aquello que nos está ocurriendo y, una vez hecho esto, nos permitirá comunicar nuestras necesidades de forma entendible.
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