Por qué las redes sociales pueden producir ansiedad y depresión y cómo prevenirlo

El vínculo entre las redes sociales y la salud es complejo. Por un lado, las primeras nos ayudan a mantener conexiones sociales importantes con amigos y familiares que se encuentran lejos - y también cerca-, pero al mismo tiempo algunos contenidos pueden aumentar los sentimientos de ansiedad y depresión, eso sin contar la envidia que puede llegar a generar en algunas personas.

Se necesita más investigación para comprender la compleja relación entre las redes sociales y nuestra salud, pero hay muchas maneras en que podemos tomar medidas hoy para proteger nuestro bienestar mediante la práctica de hábitos saludables en las redes sociales. Por ejemplo, tal como dice Álvaro Cano, médico de familia y gerente médico de Aegon, siendo conscientes de su uso, especialmente los jóvenes.

«Es importante tener en cuenta que el adolescente se encuentra en plena construcción de su propia identidad y donde los límites y la gestión de su uso están un poco difusos. Por una parte, encontramos aspectos positivos como las posibilidades de aprendizaje, el entretenimiento, el desarrollo de la creatividad o la socialización, pero por otro lado también el distanciamiento afectivo, la pérdida de límites en cuánto a comunicación se refiere o la capacidad de atención o escucha», explica el experto.

Los «nativos digitales», nacidos ya bajo el paraguas de las redes sociales, han adquirido de forma natural tiempo en su día a día para expresar a través de las redes sociales sus gustos en relación a la moda, la música, el ocio… Indica el gerente médico que la vida cotidiana y las rutinas de estos perfiles «tiende cada vez más al uso de la tecnología y, además, de una forma totalmente natural». Por eso, en muchos casos, es muy difícil concienciar a los jóvenes de que hacen mucho uso de las plataformas sociales ya que, de alguna manera, no entienden el mundo ni su día a día sin ellas.

Las redes sociales ayudan mucho en nuestro día no solo para conectar con los demás, también para estar enterados de lo que ocurre en el mundo. Además, es un lugar idóneo para buscar inspiración. sin embargo, gestionarla indebidamente es lo que hace que muchas personas vivan con ansiedad o incluso depresión. Álvaro Cano asegura que un mal uso de estas plataformas afecta gravemente a nuestra vida: «Los profesionales llevamos tiempo viendo cómo a nivel emocional los problemas en nuestros pacientes en este sentido van creciendo y, últimamente, de forma bastante significativa».

Para el experto también es bastante revelador que son ellos mismos «los que relacionan los efectos que hace el mal uso de las redes sociales en su salud mental», es decir, cada vez son más conscientes del daño que puede hacerles pero no siempre da lugar a una disminución del uso de estas. «El mero hecho de ver una red social genera la producción de dopamina en nuestro cerebro, lo que puede desencadenar en una auténtica dependencia emocional y consecuencias igual de negativas que la adicción a otras sustancias», alerta.

Según las conclusiones del estudio que ha llevado a cabo Aegon, la falta de autoestima se posiciona a la cabeza con un 30% del total debido mayoritariamente a la constante comparación con otras personas. De manera natural, evaluamos nuestros logros, habilidades, incluso errores, único momento donde podemos encontrar un pequeño espacio para encontrarnos mejor, pero por norma general, la sensación es la contraria. Los usuarios encuentran infinidad de momentos que les hacen sentir inferiores lo que afecta directamente en el bienestar de estos.

Por detrás, y en segundo lugar, la dependencia es otro de los grandes problemas. «Muchos pacientes pierden el control de su uso y dejan de lado lo que debería ser el funcionamiento normal de su vida causando deterioro, aislamiento social, cambios en el estado de ánimo y descenso del rendimiento laboral o académico. Los trastornos de sueño y la depresión se sitúan en tercer y cuarto lugar sucesivamente según los perfiles encuestados», comenta. Otro dato, del que se habla mucho últimamente debido a su gravedad, es el acoso que sufren algunas personas a través de las redes sociales con el único objetivo de humillarles o degradarles: «Es un problema que los especialistas aconsejamos solucionar desde la matriz, desde la educación más primaria en materia de educación y concienciación».

Somos responsables de alguna manera de educar en materia de concienciación desde edades tempranas para no llegar a sufrir los distintos problemas que aparecen por un mal uso de estas.

Según los resultados del V Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon, hay casi un 40% de los encuestados que considera que las redes sociales impactan negativamente en nuestro bienestar, lo que hace pensar que todavía queda mucho trabajo por hacer en este sentido. «Por este motivo desde consulta siempre sugerimos seguir una serie de consejos para hacer un uso responsable de las redes sociales».

Reflexionar sobre la finalidad y el uso de tus redes, respetar la privacidad de los demás, separar la vida personal y profesional, consumir contenido con criterio y verificar las fuentes son algunos de los puntos sobre los que deberíamos hacer hincapié. En definitiva, las redes sociales son una herramienta con muchísimo poder pero su uso debería ir siempre vinculado en conseguir algo positivo para uno mismo y para la sociedad.