'Quedarse atrás': cómo superar este sentimiento y dejar de compararse
La constante comparación y la percepción de fracaso personal erosionan nuestro bienestar emocional y afecta a nuestras relaciones personales
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Llega un momento en la vida en el que nuestro entorno no está en nuestra sintonía aunque reunamos los mismos valores: unos ya tienen pareja cuando otros no conocen el amor; unos sin intención de convertirse en padres y otros amigos ya están esperando un bebé; unos viven con sus padres y otros ya han firmado una hipoteca; mientras unos ascienden en su puesto de trabajo otros están en paro... Es decir, no llevamos el mismo paso y eso no debería generar malestar sino más bien hacernos entender que cada uno tiene un ritmo.
Sentir que se va tarde aflora en numerosas situaciones y a veces resulta complicado lidiar con ello... La sensación de quedarse atrás es una emoción común hoy en día. Surge cuando sentimos que los demás avanzan más rápido o logran más que nosotros. Como si nuestros pasos tuvieran que seguir lo que los demás quieren... porque no olvidemos que, por ejemplo, el hecho de que un amigo tenga un hijo no deja en peor posición a quienes no lo quieren en este momento o han decidido no tenerlo nunca. Simplemente, hay un reloj para cada persona y no todos hacemos y conseguimos todo al mismo tiempo. Ni siquiera tenemos por qué aspirar a lo mismo.
Los factores que generan esta sensación de quedarse atrás
La psicóloga Beatriz Gil Bóveda, CEO de Psique Cambio, asegura que esta sensación existe desde siempre pero señala que las redes sociales y los éxitos profesionales y personales de otros pueden intensificar esta percepción, más ahora, cuando mostrar cada detalle de la vida que vivimos parece necesario en el día a día.
1. Redes sociales y comparación constante. Las redes sociales nos bombardean con imágenes de éxito y felicidad, creando una ilusión de perfección. Beatriz Gil Bóveda indica que este flujo constante de información «nos lleva a compararnos y sentirnos inadecuados». «Al observar los logros de otras personas, podemos sentir que no estamos alcanzando nuestros propios objetivos», dice.
2. Éxito profesional y personal. «Ver a compañeros y amigos alcanzar metas profesionales y personales puede desencadenar envidia y autocrítica. La presión social para cumplir ciertos hitos, como tener una carrera exitosa, formar una familia, comprarse una casa o un coche, etc., juega un papel crucial. «Esto puede hacer que nos sintamos inadecuados si no cumplimos con dichos estándares», expone la psicóloga.
Consecuencias psicológicas
Al parecer, y tal como advierte la experta en psicología, este sentimiento puede derivar en problemas de salud mental como ansiedad, depresión y baja autoestima. La constante comparación y la percepción de fracaso personal erosionan nuestro bienestar emocional y afecta a nuestras relaciones personales.
Cómo manejar esta sensación
Aunque a veces es inevitable compararse, salir de esta conducta tóxica y dañina es posible si seguimos los consejos de los expertos:
Practicar la gratitud. Enfocarse en lo positivo y agradecer lo que tenemos ayuda a contrarrestar los sentimientos negativos. Beatriz Gil Bóveda recomienda llevar un diario de gratitud ya que puede ser muy útil: «Al escribir diariamente sobre lo que valoramos en nuestra vida, podemos cambiar nuestro enfoque hacia lo que realmente importa».
Establecer metas personales. En lugar de compararnos con otros, es mejor fijar y trabajar en nuestras propias metas. Esto nos permite medir nuestro progreso basado en nuestro crecimiento personal y no en estándares externos. «Establecer metas realistas y alcanzables nos proporciona un sentido de dirección y propósito», recalca la experta.
Limitar el uso de redes sociales. Reducir el tiempo en redes sociales puede disminuir la comparación constante. Hay que recordar que lo que se muestra en RRSS no refleja la realidad completa de las personas, y al limitar nuestra exposición a estas plataformas, podemos concentrarnos más en nuestra vida y menos en las vidas idealizadas de los demás.
La sensación de quedarse atrás, estancada o de no avanzar es una experiencia común, exacerbada por las redes sociales y las expectativas sociales. Sin embargo, es posible gestionar estos sentimientos a través de la gratitud, la fijación de metas personales y la limitación del uso de redes sociales. Beatriz Gil Bóveda concluye que al centrarnos en nuestro propio crecimiento y bienestar, «podemos reducir la comparación negativa y mejorar nuestra salud mental».
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