Psicología del olor: la forma en la que tu olfato influye en tus emociones
Algunos olores nos recuerdan a un momento vivido, a personas, a un lugar...
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Iniciar sesiónAunque a menudo se subestima, el olfato es uno de los sentidos más poderosos del cuerpo humano. Mientras que la vista y el oído suelen situarse en la cima de la jerarquía de los sentidos humanos, este desempeña un papel crucial en la interacción ... y la comprensión de nuestro entorno. Ya nuestros antepasados lo desarrollaban para la supervivencia y pese a que con un constipado perdemos la capacidad olfativa, muchos de los aromas que olemos tienen el poder de evocar recuerdos y transportarnos inmediatamente al pasado.
La creencia de que es uno de los sentidos menos importantes o secundario es errónea, de hecho al nacer, es el más importante junto con el tacto. Tal como indica el psicólogo Andrés Quinteros, también director de Psicólogos Madrid Cepsim, «el bebé huele y chupa para reconocer a las personas y las cosas». Además, es el sentido que tiene un vínculo muy cercano al cerebro emocional; es el único sentido que no tiene filtro y entra en contacto directo con las neuronas que llevan la información química directamente al cerebro para que lo procese.
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El término olfato se refiere al sentido del olfato humano. Como muchas funciones corporales, el olfato se produce de forma involuntaria la mayor parte del tiempo. Aunque no te des cuenta conscientemente, cada respiración que tomas activa este sentido. Tu cerebro procesa e identifica olores utilizando una compleja red de receptores olfativos, integrándolos con la información recibida a través de los otros sentidos. El procesamiento de la información sensorial involucra dos regiones clave del cerebro: el hipocampo y la amígdala, ambas relacionadas con el aprendizaje y la memoria.
La memoria olfativa
Y, hablando de memoria, no es de extrañar que algunos olores te recuerden a personas, cosas o a un instante vivido. Tal como afirma Andrés Quinteros, «por supuesto que existe la memoria olfativa que nos rememora lugares, personas y momentos pasados. El olfato está relacionado con la memoria emocional».
El experto indica que, si al nacer el principal sentido es el olfato, en nuestro desarrollo temprano la memoria estará marcada por los aromas tanto para lo negativo como para los positivo, «por ello hay aromas que nos generan bienestar y otros que nos evocan malestar».
Tal como indica la psicóloga Paloma Rey, esto ocurre así:
1. Percepción: en este paso un aroma capta nuestra atención.
2. Sensación: hacemos una interpretación subjetiva del olor.
3. Emoción: se refiere al impulso para actuar sobre el estímulo olfativo.
4. Asociación: es el significado que le da nuestra mente y lo relaciona con otro acontecimiento que ocurrió en torno a ese aroma.
5. Impronta: es la conexión entre la emoción y la experiencia, o, lo que es lo mismo, qué significa para ti y cómo te sientes al volver a olerlo.
6. Recordación: es el recuerdo que llega a nuestra mente cuando percibimos ese olor específico.
Olores que nos ponen de acuerdo
Mira que habré oído veces que qué bien huele la tierra mojada, la gasolina o el café. Sin revelar en cuál de estas tres no estoy de acuerdo, sí tengo que reconocer que son olores que ponen de acuerdo a la mayoría de los mortales. También los perfumes de bebé y cualquier producto pensado para su uso o los libros nuevos son olores que gustan a la inmensa mayoría. ¿El motivo? Los recién nacidos siempre sacan nuestro lado más tierno y la emoción de entrar en una historia aún por descubrir son factores que hacen que estos olores nos gusten.
Todas las personas -o casi todas- sentimos aromas que nos transportan a la infancia o a diferentes momentos y lugares: el aroma de tu casa, del hogar, el desayuno o la comida que preparaba tu madre, el perfume que usaba... El olor del pueblo o la ciudad o barrio en que creciste, etc. Tal como indica Andrés Quinteros, también los aspectos culturales y sociales influyen en cómo percibimos los olores y nos gustan o los rechazamos, hay olores que para una cultura son agradables mientras que para otra no.
«Aunque hay estudios que sostienen que hay componentes biológicos humanos que hacen que haya olores que gusten a personas de diferentes culturas y sociedades, creo que nacer en un lugar determinado, en una cultura específica y además tener nuestra propia historia y vivencia moldea el modo en que percibimos los olores y también el significado que les damos, que hará que unos aromas nos gusten sobre otros», concluye el director de Psicología Madrid Cepsim.
Pero no siempre ocurre así. Tal como indica Paloma Rey, es evidente que no todos los olores pueden resultarnos agradables o atraer recuerdos positivos: «Esto dependerá, de forma inexorable, de las circunstancias que acompañen al recuerdo». La experta en psicología señala que el hecho de que unos olores nos gusten a unos sí y a otros no ocurre porque entra en juego nuestra interpretación subjetiva del aroma.
En un estudio realizado por investigadores del Instituto Karolinska (Suecia) y de la Universidad de Oxford (Reino Unido), en el cual participaron un total de 225 personas, determinaron que los olores que se consideraban más agradables son el de la vainilla y el butirato de etilo, que huele a melocotón. Por el contrario, los olores que se consideraron como menos agradables fueron el ácido isavalérico, el cual se encuentra en gran variedad de alimentos, como la leche de soja, el queso y el zumo de naranja, y el olor característico del sudor de los pies.
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SuscribeteGraduada en Periodismo y Máster en SEO/SEM. Pasé por diferentes medios especializados en moda y belleza y actualmente elaboro contenido sobre bienestar y estilo de vida. Viajar y leer son mis pasiones.
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