Seis consejos para quienes no disfrutan de la Navidad y hacer las paces con estas fiestas

Pero, el enemigo de la Navidad, ¿nace o se hace? Le hemos preguntado a la psicóloga de Clínicas Origen, Pilar Conde, y la balanza se ha inclinado hacia la segunda respuesta: el 'hater' se hace y suele tener que ver con lo vivido durante la infancia en las fiestas navideñas: «Influyen los valores que nos han inculcado en relación a estas celebraciones, así como las experiencias positivas y negativas asociadas a las mismas». Por supuesto, también la situación personal de cada uno y el estar atravesando momentos doloroso, así como la percepción que se tenga de la Navidad.

Por otro lado, la nostalgia también nos puede llevar del amor al odio. Hay personas que recuerdan con verdadera devoción las cenas de Nochebuena o Nochevieja de cuando ellos eran pequeños. Lo mismo, con la fiesta de Reyes. Su frase es «ya no es igual». A ellos la experta les aconseja entender que no hay una Navidad sino muchas, la de las distintas etapas de la vida, la de la infancia, la adolescencia, la juventud y la edad adulta, y que es importante cada año abrirse a las nuevas experiencias.

Hay esperanza de recuperar la ilusión, y, por eso, desde Clínicas Origen añaden estas recomendaciones para conseguir disfrutar (aunque sea un poquito) del árbol, la cabalgata y los polvorones:

- Aceptar las preferencias y el disfrute ajeno.

- Entender que es un evento limitado en el tiempo, apenas quince días que como vienen se van.

- Poner el foco en aquello que pueda ser agradable, por ejemplo la ilusión de los niños.

- Evitar horas punta y e lugares concurridos asociados a eventos navideños.

- Dirigir el tiempo libre hacia lugares y contextos libres de la «invasión navideña»

- Crear nuevas tradiciones propias o familiares no asociadas a eventos navideños y lo que representan.

«Una vez que se haya conseguido tolerar el jolgorio navideño, con su ruido y sus exigencias sociales, la persona podría reconectar con la ilusión perdida. Es más fácil cuando hay niños de por medio, los verdaderos protagonistas. Entonces solemos revivir los buenos momentos y tratamos de recrearlos para las nuevas generaciones, para que las vivan con la misma felicidad e ilusión », dicen los psicólogos.

La magia navideña puede hacer acto de presencia en cualquier momento, diría un 'lover', y así lo cuenta la tradición. O si no, que se lo preguntan al avaro Mister Scrooge, protagonista del clásico 'Cuento de Navidad', o al Grinch, este hombrecillo verde que quiere fastidiar las navidades a sus vecinos y, aunque roba los regalos de los niños, regresa, arrepentido y con el corazón henchido de amor, a devolverlos.