Meditar no es poner la mente blanco: la verdad sobre para qué sirve realmente

En una sociedad en la que todo se mide en base a los beneficios, los objetivos y las expectativas el mindfulness plantea un camino alternativo a través de la meditación

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Una mujer practica meditación en un parque. adobe stock

«¡No consigo poner la mente en blanco!», «Esto de la meditación me pone de los nervios en lugar de calmarme», «No me gusta porque o me aburro o me duermo», «A mí eso de meditar no me aporta nada y es una pérdida de ... tiempo»... La práctica de la meditación está rodeada de prejuicios, mitos y creencias equivocadas que hacen que muchas personas se alejen de ella sin plantearse la posibilidad de probarla. Y lo cierto es que, tal como reconoce Ludovic Dujardin, ingeniero y fundador de la app de meditación Petit Bambou, no es algo fácil. Él descubrió la meditación en un momento de su vida en el que necesitaba una reconexión con el momento presente y fue precisamente el que después sería su socio, su amigo Benjamin Blasco, el que le inició en la práctica. Pero se encontró con que le resultaba algo más complejo de lo que inicialmente pensaba, así que decidió poner su experiencia profesional y sus conocimientos tecnológicos al servicio de la creación de algo que ayudase a facilitar la experiencia: «Mi práctica me ha llevado muy lentamente a un lugar donde me siento más presente, más conectado con lo que estoy viviendo. La dificultad que experimenté para desarrollar el hábito de la meditación y mi deseo de contribuir a una sociedad que vive demasiado hacia afuera fue lo que me llevó a emprender, a crear una aplicación, para facilitar que cada uno pueda empezar a practicar la meditación a su propio ritmo. Me pareció una buena manera de dedicar mi vida profesional a algo que creo que es necesario para todos».

«No hay que meditar con un objetivo, pues vivimos en una sociedad en la que todo parece medirse en base a lo que se consigue o los posibles beneficios. Lo que defiendo es la experiencia de meditar para meditar»

Ludovic Dujardin

Fundador de Petit Bambou

Su planteamiento se basa, por tanto, en que cada uno pueda meditar a su propio ritmo y con la periodicidad que considere, sin obligaciones, objetivos o exigencias. «Siempre me piden que explique cuáles son realmente los beneficios de la meditación y claro que los tiene pues es algo que ya ha demostrado la ciencia, pero lo que sucede es que son muy distintos para cada persona y por eso a mí me gusta hablar de consecuencias en lugar de beneficios. Todo aquel que empieza a relacionarse con la meditación vive la experiencia de meditar a su manera. No se trata de meditar con un objetivo, pues vivimos en una sociedad en la que todo parece medirse en base a lo que se consigue o a los posibles beneficios que se obtienen. Lo que defiendo es la experiencia de meditar para meditar. No para conseguir esto o lo otro. Porque lo que sí que puede sentir todo aquel que medite es que esa práctica tiene consecuencias relacionadas con el bienestar en su vida», argumenta Dujardin.

Por eso el fundador de Petit Bambou comenta que cuando le preguntan si hay que meditar todos los días él siempre responde que no pues para él lo importante es que cada uno haga lo que realmente le va bien o con lo que se siente satisfecho. «Es cierto que la práctica continuada puede ayudarnos a entendernos mejor y eso siempre tiene consecuencias positivas, pero si nos obligamos a hacerlo todos los días simplemente para hacer un check más en nuestra lista de cosas que hay que hacer podemos perder esa capacidad para conectar con nosotros», aclara.

Otro de los aspectos que Dujardin intenta desmitificar en torno a la práctica de la meditación es que no es ni la panacea ni tampoco es la solución a los problemas de salud mental. «Cuando alguien necesita sanar algo a nivel emocional necesitará acudir a una terapia y tal vez en esa terapia le digan que puede venirle bien la meditación. Pero intentar buscar una solución única para algo que nos preocupe creo que es un error. Hay que caminar hacia el bienestar usando todo aquello que nos permita estar mejor y la meditación puede ser una de las vías», explica.

Para ayudar en ese camino acaban de publicar bajo el sello Aguilar de Penguin Random House el libro 'Medita con Petit Bambou', que incluye meditaciones breves, así como ejercicios y metáforas para adentrarse en la práctica. En la obra se explica que la meditación permite adquirir un estado de consciencia de lo que estamos viviendo y sintiendo en el momento presente y que además ayuda a reconectar con nuestra vida sin interpretaciones ni juicios.

«Meditar es amarse»

Durante la presentación de la obra la psicóloga Ana Sierra, experta en meditación, recordó algunas de las claves sobre las que se basa la práctica meditativa. Así, la experta se sumó a la propuesta de Dujardin que invita a vaciar la práctica de objetivos y expectativas. «Meditar es amarse, un acto de autoamor que permite volver a conectar con nosotros, sin exigencias y aceptando lo que venga pues todas las emociones sirven para algo. Los pensamientos no cesarán en nuestra cabeza y es importantes que los escuchemos pero que después los dejemos ir. No tenemos que evitarlos pero tampoco debemos dejar que nos bloqueen o que nos hagan sufrir, simplemente hay que dejarlos ir», revela.

Coincide con este planteamiento la psicóloga Belén Colomina, experta en meditación y colaboradora de Petit Bambou, quien además desarrolla en su libro 'El poder sanador del silencio' algunas de las claves que ayudan a entender lo que sucede en nuestra mente. Así, la psicóloga explica que los pensamientos no solo se suceden unos detrás de otros sino que se superponen, se mezclan, se interconectan, se deforman y a veces nos atrapan en estados de inquietud, miedo o desesperanza. Por eso Belén Colomina (@belencolomina) invita a convertir nuestra mente en un refugio seguro entrenando la mente a través de la meditación y a descubrir en ese silencio de la calma una puerta que nos permita transformar el sufrimiento en bienestar.

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