La Mari de Chambao: «Cuanto menos te creas y más puedas crear, más dejarás en este mundo»

Parte de ese camino es el que recoge en su libro 'En la cresta del ahora' (Alienta Editorial), una senda de reconstrucción en la que comparte lo que aporta la meditación, el descanso, la alimentación saludable, el cuidado de nuestro 'yo físico' y la sabiduría de nuestro 'yo íntimo'. A lo largo de sus páginas entona una oda sobre la importancia de amarse y comprenderse con nuestras carencias y necesidades, pero también un punto del que partir para reeducar la mente, alcanzar la atención plena y recuperar la sintonía con uno mismo.

¿Cómo puede ayudar tu libro a las personas que lo estén pasando mal?

Creo que ayudará a todo aquel que lo lea porque en él no sólo cuento mi historia. Se divide en tres partes y en la primera hablo de tres momentos complicados de mi vida en los que se pueden ver reflejados muchas personas, pues en realidad son situaciones comunes que le han podido pasar a cualquiera. Una tiene que ver con las adicciones, otra con la enfermedad y otra con la creencia de que la felicidad depende de otras personas y no de ti.

Por tanto, su importancia no radica en el cotilleo sobre mí o mi vida, sino en la propuesta de un sitio desde donde arrancar. De hecho en la tercera parte del libro comparto las herramientas y dinámicas que he aprendido y que creo que pueden ayudar a un entendimiento y una concienciación sobre para qué estamos aquí y sobre quiénes somos. Y todo ello con un trasfondo: Cuanto menos te creas y más puedas crear, más dejarás en este mundo. Porque creo que si cada persona llegase a tener esa conciencia y esa responsabilidad sobre uno mismo, sería más difícil que existieran tragedias como las guerras, por ejemplo.

¿Hay que tocar fondo para entender la importancia del autoconocimiento?

Hemos venido a este mundo a aprender, desde que nacemos hasta que somos ancianos. Aquí nadie ha llegado sabiendo. Todo eso de que la vida es una putada, de que el mundo es complicado, de que las personas son malas o de que todo es una batalla... en realidad no tendría sentido si nos diéramos cuenta de que simplemente hemos venido a aprender. La vida y el mundo tienen todo lo que tienen que tener para que aprendamos. Y cuanto más pongamos en práctica lo que vayamos aprendiendo, mejor.

Cuando uno inicia este camino de autodescubrimiento, ¿qué es lo primero que habría que cambiar?

A nadie le diré jamás lo que tiene que cambiar. Cada persona ha venido al mundo a aprender una cosa concreta; así que se trata más de tomar conciencia de uno mismo, no de criticar al otro, ni juzgar al otro, ni creerse mejor que el otro. Cuando uno quiera cambiar algo, tendrá que colocarse en un proceso de observación y de escucha para saber qué es lo que quiere cambiar y cómo lo quieres cambiar. Se puede vivir la vida de tantas maneras como personas hay en este mundo, pero lo cierto es que habría que intentar vivirla sin estar en conflicto con uno mismo constantemente porque esa sí que sería una manera sana de andar por aquí. Con más observación, más escucha y menos juzgarse y juzgar a los otros, mejor podrás concentrarte en aquello que quieras cambiar de ti.

Todos estamos vendiendo algo, pero lo interesante es saber qué estás comprando. Y a eso ayuda tomar conciencia sobre la vida, la muerte y sobre ese "para qué" estás aquí.

Uno de los conceptos potentes que planteas en 'En la cresta del ahora' es el de la 'mente mono'...

Lo que los tibetanos llaman 'mente mono' no es más que una mente dispersa, una mente divaga, una mente inquieta... Y puede que esa mente corresponda a una persona que coma de forma saludable, que haga ejercicio o incluso que duerma o descanse bien; pero sin embargo tenga esa mente mono en la que lo habitual sea que unos pensamientos se griten a otros. Es algo que se puede observar en soledad, en la naturaleza, por ejemplo... En esos momentos te puedes dar cuenta si estás en calma solamente estando de forma consciente en ese sitio, o si realmente estás dejándote llevar por tu mente mono, divagando y saltando de un pensamiento a otro a toda velocidad.

¿Cómo nos afecta esa 'mente mono'? ¿Nos aleja de nosotros mismos?

La 'mente mono' cansa mucho. Y no es que nos aleje de nosotros es que somos nosotros los que no tomamos conciencia. Si tomásemos conciencia, entraría en juego tu observador o tu observadora, que es la que llamo "la jefa", que es la que pone calma a ese aluvión de pensamientos, que no procede más que del ego. Nos creemos insustituibles, creemos que si tú no lo haces, nadie lo va a hacer; que si tú no lo dices, nadie lo va a decir; incluso creemos que nadie lo hace como tú... Hay muchas adicciones en este sentido. Y una de ellas es a creerse imprescindible en el trabajo. Y las adicciones están más cerca del ego que de otra cosa. Es como una enfermedad.

¿De qué manera influye la música en ti y cómo ha influido en tus distintas reconstrucciones?

La música proporciona creatividad y aprender a crear es lo más cercano que existe a estar vivo y a sentir. Y la música es una herramienta y una forma de vida. Para mí es sanadora. La vibración de cualquier sonido, hecho con tus manos, con tu voz o con un instrumento; reorganiza y reordena tus células. Imagina hasta qué punto es sanadora y salvadora la música.

En este mundo hiperconectado, con todo tipo de estímulos por todas partes, ¿cómo podemos entrenar una atención plena?

Eso puede depender de que tengamos alguna herramienta en nuestra vida diaria para concentrarnos en hacer una sola cosa y no varias a la vez. Eso nos ayuda o nos entrena para ello. Y puede que al principio cueste un poco más. De esto habla a menudo Nazareth Castellanos, una neurocientífica que me encanta habla de ello en su libro 'El espejo del cerebro', pues ella ha estudiado durante mucho tiempo cómo ayuda la meditación en la atención plena. Meditar no es estar concentrado. Hay personas que creen que concentrarse en la respiración, cerrar los ojos y poner postura de yogui es meditar. Pero en realidad meditar es estar en silencio, observar tus pensamientos y dejarlos ir, sin engancharte en ninguno. A eso ayuda la respiración, sí, pero meditar no es solo concentrarse en la respiración.

Hay personas a las que se les hace un mundo pensar en meditar. Piensan que no es para ellos o que es algo de frikis o de hippies o de colgados o que es algo que se hace porque está de moda. Pero si nos olvidáramos de todos esos prejuicios, nos daríamos cuenta de que la meditación nunca te hará nada malo.

Hemos comprado muchos prejuicios que seguimos dando por válidos pero tenemos que revisarlos. Vaciar de vez en cuando los cajones de todos esos prejuicios estaría muy bien.

«Cada persona ha venido a aprender una cosa concreta a este mundo. No hemos venido a aprender lo mismo. Se trata más de tomar conciencia de uno mismo, no de criticar al otro, ni de juzgar al otro, ni de creerte mejor que el otro»

La Mari

Vocalista y compositora de Chambao

¿En qué medida es importante el cuidado de la alimentación, el ejercicio, el ocio y el descanso?

Cada edad te enseña algo. Yo no he comido bien toda mi vida, pero tampoco comí exactamente mal. A lo largo de mis edades me ha importando más o menos y me he informado más o menos. Pero no hay que olvidar que somos finitos y que estamos en este mundo para ir hacia la muerte. Si no hay un equilibrio o una armonía, te descompensas y enfermas. En ese equilibrio influye también lo que comes, lo que bebes, cuánto duermes, cuánto te mueves y en qué gastas tu tiempo. Y enfermar no quiere decir que tengas mocos, por ejemplo, sino que puede que implique que te estén enfermando las emociones que escondes o las que no quieres aceptar o que ni siquiera te has parado a analizar. Si diéramos importancia a pasar tiempo en soledad para aclararnos con nosotros mismos y saber qué nos pasa, tal vez no estaríamos tanto tiempo malitos.

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¿Qué nos aporta la gratitud en la vida?

La gratitud me aporta bienestar, estar en calma, saberme muy pequeña y estar a gusto con ello. La gratitud nos aleja de la queja. Me hace sentirme en paz con lo que soy y con lo que he venido a hacer aquí. Cada mañana me pongo el despertador para ver salir el sol y le agradezco un montón de cosas porque para mí es como el inicio de una nueva vida y una nueva oportunidad de arrancar el día.

Vengo de una familia humilde, mi madre ha limpiado casas y mi padre ha sido albañil, y siempre he tenido presente la importancia de estar agradecido, aunque me criase más en la escasez que en la abundancia. Pero siempre he tenido esa enseñanza de gratitud, en lugar de la queja. Y todos tenemos derecho a quejarnos, pero es verdad que la queja te aleja de la gratitud. Y la gratitud es un don, es una gran herramienta que puedes usar siempre, a todas horas, durante toda tu vida y te va a poner en un plano muy diferente que hará que no te sientas más ni menos que nadie ni te hará que te pongas a la defensiva.

A lo largo de tu aprendizaje has creado tu propio Método, el Método LAMARI.

Me gusta formarme y sigo estudiando. Pero no lo cuento como un mérito para que me lo reconozcan, sino que lo incluyo para que los lectores sepan de dónde vienen esas herramientas. Este método, LAMARI, fue mi trabajo de final de master (TFM). Cada sigla explica un tipo de ejercicio o una dinámica que permite que cada uno encuentre su «para qué», es decir, sus razones para hacer lo que hace. Es una vía para profundizar en la gestión de cada vida y cada una de las capacidades de su persona para que eso ayude a que encuentre el compromiso y el esfuerzo necesarios para aceptarse a sí misma.

Dependiendo del trabajo de mejora que se desee realizar planteo una serie de herramientas que pueden ser útiles para soltar el juicio y todo aquello que nos pone a la defensiva y así abrirnos al modo 'ensayo-error' para aprender.