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Día de la menopausia

Carla Romagosa, autora de 'Menopower': «Los ginecólogos tienen que actualizarse y formarse más sobre la menopausia»

entrevista

La nutricionista y divulgadora sobre menopausia aporta en su obra una guía sobre nutrición, ejercicio y emociones para vivir el climaterio en plenitud y con bienestar

'Nosotras, las menopáusicas': desterrando ese viejo cuento tan pasado de moda

Carla Romagosa, divulgadora sobre menopausia y autora de 'Menopower'. Diana editorial
Raquel Alcolea

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Pasar por alto lo que pasa en la menopausia y esconderlo, invisibilizarlo, ningunearlo o ignorarlo quita a las mujeres más energía de lo que creen. Esta es la tesis que plantea nutricionista y divulgadora sobre menopausia, Carla Romagosa (@carla_romagosa), que con su libro 'Menopower' (Diana/Planeta) invita a interesarse por esta etapa de la vida para comprender lo que sucede en ella y a reenfocar esa energía en su propio beneficio. «Si ya tienes síntomas y encima mantienes la fachada pensando en que si lo cuentas vas a ser menos deseable, menos 'empleable', menos sexual, menos estética o menos 'lo que sea' en lo que te estés proyectando, gastas energía. Y esta energía la necesitas para crecer, fluir, renovarte y gozar viviendo esta nueva etapa de tu vida», plantea en su libro.

Afortunadamente cada vez hay más profesionales de la salud que tratan el climaterio con rigor y acompañamiento. Y también es cierto que cada vez se habla más de ello, tanto es así que ya se considera como un tema «de moda». Por eso ahora es más importante que nunca abordar la divulgación desde el enfoque que plantea Carla Romagosa: evolutivo, integrativo, preventivo y optimista. Veamos cómo....

Desde hace tiempo se percibe un interés especial por parte de las empresas en comercializar productos destinados a las mujeres con menopausia, ¿se ve este colectivo como la gallina de los huevos de oro?

Por una parte es maravilloso que cada vez haya más personas y más profesionales de la salud que hablen de la menopausia de una manera rigurosa, con respeto y acompañando a las mujeres que viven esta etapa vital que, además, es la más larga de nuestras vidas.

Pero por otra me viene a la mente esa frase frecuente que recojo en mi libro y que le escuché a una vecina: «Yo me bajo de la menopausia». Es importante porque se trata de una llamada de atención sobre el riesgo de pasar del exceso al hastío o incluso de llegar al punto de no querer saber nada del tema. Y lo cierto es que hay personas que prefieren no saber sobre la menopausia y que además prefieren no cuidarse.

Pero además hay otro punto que me recuerda al 'pink whashing' que en su día se promovió con buena intención tomando el lazo rosa como símbolo para recaudar fondos en defensa de la investigación del cáncer de mama, pero que en realidad ha sido usado a menudo por las empresas para ganar visibilidad o incluso lavar su imagen con acciones que a menudo son poco transparentes pues no se comunica a qué se destinan esos fondos.

De hecho en su obra ya habla del llamado 'menowashing'...

Si, de hecho es un término que ya se ha acuñado este término, 'menowashing' para hablar y también para alertar sobre la cantidad de productos y servicios que se orientan a las mujeres en menopausia. Pero quiero aclarar que no es una crítica a la industria farmacéutica pues la ciencia está para dar seguridad y para ayudarnos a confiar en el desarrollo de los productos que tomamos y también para impedir que las mujeres se automediquen con supuestas cosas naturales en un herbolario porque hayan oído decir a alguien que una planta determinada es buena para paliar síntomas concretos.

Tenemos que ser prudentes y elegir bien a los profesionales a los que acudimos para informarnos y tenemos que dejarnos orientar por aquellas personas que estén especializadas en menopausia y se hayan formado para ello porque también aquí, como en otros tantos temas, hay intrusismo.

Tal vez el 'menowashing' pueda ser una señal de alerta pero no tendría que generar hastío pues tenemos que sentirnos afortunadas de que por fin se hable del tema.

De hecho asegura en su obra que la salud de las mujeres en esta etapa ha estado a menudo condicionada por cuestiones polémicas...

Un ejemplo es el caso del estudio publicado en el 2001 en el que se investigaba la incidencia de la terapia hormonal sustitutoria sobre la enfermedad coronaria. Una de las conclusiones que se extrajo es que podría haber una cierta incidencia de la terapia hormonal sobre el cáncer de mama. Sin embargo ese estudio, del que hace más de 20 años ya ha sido corregido incluso por los propios autores, que aseguraron que estaba mal planteado y que las conclusiones eran erróneas. Podría decirse, por tanto, que durante más de 20 años no se le ha aconsejado esta terapia a muchas mujeres que lo necesitaban como en los casos de menopausia precoz o con muchos síntomas, con osteoporosis o con riesgo cardiovascular.

Y por otro lado también está el patrón estético que predominó durante décadas, que ha condicionado durante décadas a las mujeres. Son muchas las que han hecho alguna dieta alguna vez en su vida y casi siempre lo han hecho desde un punto de vista restrictivo. Y esto no solo está lejos de la coherencia y el amor hacia nosotras para favorecer la salud y el bienestar, sino que además implica silenciarnos desde una especie de uniforme estético: misma nariz, mismos labios, mismos pómulos, mismos pechos...

Y tal vez suceda lo mismo con la sexualidad...

Si, de hecho hay dos cosas que se han dicho durante décadas en este sentido. Una es que a las mujeres se les acaba el deseo en la menopausia. Y yo me pregunto: ¿El deseo de qué? ¿De verdad? El deseo brota y surge sensorialmente de cualquier cosa bonita: una caricia, una intimidad, un bosque, un cielo azul, un buen plato, una mesa servida... Todo eso proporciona estímulos que generan bienestar y que también pueden propiciar el deseo sexual si se buscan los espacios adecuados.

Y lo otro que se ha dicho es que "no somos tan capaces" en la menopausia. ¿No somos tan capaces de qué? ¡Por favor! Si las mujeres estamos abocadas a la multitarea y nos encargamos de la mayor parte de las tareas (tanto domésticas como extra domésticas) desde esa «losa de hormigón» (no un techo de cristal) a la que se refiere la activista pro-igualdad Laura Sagnier. Y no solo eso sino que además muchas de las mujeres de esta etapa forman parte de una especie de generación «sandwich», abocadas al cuidado de los mayores y de los hijos a la vez.

Si englobásemos a las mujeres en transición a la menopausia, o que están en la menopausia o incluso que se encuentran en la post menopausia uniríamos a tres generaciones potentísimas, las millennial, las de la generación X y las 'boomers'. No solo configuran el grueso de la población, de los 35 a los 65 años, sino que son mujeres que se encuentran, en su mayoría, en el mejor momento profesional, en el pico de poder adquisitivo, de experiencia, liderazgo, de conocimiento, de oportunidades...

Y además todas ellas tienen mucho atractivo a nivel comercial pues son el 50% de la población mundial y toman el 80% de las decisiones de compra.

En su obra recuerda que, según los datos de la Asociación de Estudios de la Menopausia, casi la mitad de las mujeres que tienen síntomas deciden no consultar sobre ellos, ¿a qué se debe?

Por un lado creo que son muchas las personas que simplemente tienen miedo de ir al médico. Y también hay una cierta tendencia a huír de los fármacos y a preferir cosas "naturales". Pero algunos medicamentos pueden ayudar mucho y existen suplementos alimenticios que, pautados por un profesional, también pueden resultar útiles.

Y también está la herencia de la manida frase de «ya se te pasará» porque aunque es cierto que la menopausia no es una enfermedad sí que impera una visión de ella que nos sitúa en la queja y en la carencia cuando en realidad habría que situarse en la inclusión y en la suma. Hay que comer más cosas que te benefician y menos de las que te perjudican, hay que moverse más, para optimizar esos niveles de energía para tender hacia la salud, hay que descansar más...

Pero es cierto que la carencia parece formar parte del discurso de las mujeres en esta etapa. Se come menos, se hace menos ejercicio, se duerme menos, se quieren menos...

Y todos esos "menos" potencian todos los "más" que son negativos: más ansiedad, más insomnio, más estrés, más obesidad, más sobrepeso, más depresión...

Hay que seguir una alimentación saludable con nutrientes de verdad, descansar bien y construir el sueño desde la mañana, generar músculo y propiciar las reacciones bioquímicas para que todo funcione bien.

Hablemos de los referentes. No es frecuente encontrar ejemplos de películas o series en las que aparezca mujeres en menopausia...

Me gustaría destacar dos películas que me han marcado desde el punto de vista de la sexualidad. Una es 'Poor things' (Pobres criaturas) de Emma Stone y Mark Ruffalo en el que hay referencias a la menopausia y en la que también se habla del deseo y de la sexualidad. Esta película generó incomodidad al poner encima de la mesa el placer de la mujer desde la experimentación es un 'zasca' en toda regla al discurso sobre que no seamos capaces de tener deseo.

Otro referente es 'Creatura' de Elena Martín en el que también se habla desde la experimentación y desde una mirada a la castración de la sexualidad femenina desde la infancia.

Son películas que ponen sobre la mesa preguntas sobre el deseo que son muy necesarias en el contexto de la menopausia.

En cuanto a las famosas en edad de menopausia como Sofía Vergara, Gwyneth Paltrow, Naomi Watts, Halle Berry, Salma Hayek, Drew Barrymore o Penélope Cruz... ¿qué implica que generen conversación sobre el tema?

Me parece genial que lo hablen y es súper importante que lo hagan porque todo suma. Y en cuanto al hecho de que algunas de ellas ya se hayan posicionado en negocios para propiciar el bienestar en esta etapa solo haría el inciso de lo que he comentado sobre el «menowashing», es decir, que hablemos de ello pero que al calor de la conversación sobre la menopausia no nos quieran vender milongas. Es importante discernir entre lo que te resulta útil y lo que es algo interesado. Aquello de lo que te hablen debe tener una base científica y debe ir avalada por profesionales.

Ese discurso de las famosas, además, tiene que ir más allá del «esto es lo que a mí me pasó o lo que me está pasando» porque además de generar conversación hay que aportar valor y soluciones.

¿Y cómo se puede discernir entre lo que vale y lo que no?

La mujer tiene que ir al médico, tiene que ir al ginecólogo. Y el ginecólogo tiene que actualizarse. Y es posible porqu esé que hay médicos muy especializados y también hay muchas formaciones disponibles sobre el tema porque formo parte de varios grupos de trabajo de la sociedad científica que estudia la menopausia en España.

También hay que entender la menopausia desde una visión integral. Un producto no te va a resolver las cosas. Yo hablo de acción y de incitar a un pensamiento que genere un cambio y que instaure un hábito.

Aunque tengo que matizar que claro que defiendo, como miembro de la sociedad científica que estudia la menopausia, que si hay que suplementar o si hay que dar un tratamiento, claro que hay que darlo. De hecho en el Día de la Menopausia el tema que se ha pedido que remarquemos los profesionales de la salud es que la terapia hormonal protege a las mujeres con síntomas y cuida de la salud ósea y de la salud cardiovascular.

La ciencia está para aclarar las opiniones y apagar eso de «me ha dicho una amiga», «me dice mi vecina», «he visto en internet»...

Cómo se puede ver la menopausia desde un punto de vista más optimista...

Debemos recordar y tener en cuenta que el cerebro de la mujer cambia con la evolución de las hormonas y tenemos que enfocarnos en tareas creativas que nos llenen, nos completen y nos vinculen a un acto de comunidad y de una visión optimista que se crea de verdad que somos las líderes de la sociedad. Somos la mitad del grueso de la población mundial, somos mayoría en esa franja de edad en la que se da el climaterio, tomamos el 80% de las decisiones de compra, tenemos cargos intermedios, liderazgo, experiencia, actitud... Se trata por tanto de buscar ese amor y esa coherencia que nos permita seguir una alimentación correcta, hacer ejercicio, descansar bien y después si es necesario informarse y asesorarse sobre esos productos que nos ayuden a solventar lo que nos pase, si tenemos síntomas. Pero no se trata de vivir desde la queja porque eso no te ayuda sino que te sitúa en el miedo y el miedo es la emoción más limitante y que más puertas puede cerrar en ese camino y en esa evolución que vive la mujer en la menopausia.

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