Autocompasión, la herramienta que pasa por la aceptación y ayuda a iniciar el camino hacia la resiliencia
Abrazar la imperfección y aceptar los fallos y los errores ayuda a proteger la autoestima
Cuando el éxito ajeno duele: la ciencia detrás de la envidia
Teresa Pousada
No somos perfectos. Todos cometemos errores. A la hora de realizar nuestro trabajo, manejando nuestras relaciones personales y profesionales pero.. ¿Respondemos igual si esos fallos los comete un amigo que si los cometemos nosotros mismos? Muy habitualmente cuando los errores son nuestros tendemos a juzgarnos ... y a castigarnos. Y esto es algo que resulta perjudicial pues tratarnos con tanta dureza ante nuestros fracasos baja nuestra autoestima y dificulta nuestro aprendizaje para futuras situaciones.
Cuando en lugar de eso nos tratamos con amabilidad, siendo comprensivos con nosotros y nuestras circunstancias cuando cometemos un error, hablamos de autocompasión. Se trata de abrazar nuestro fallo y enfocarlo con el mismo cariño con el que lo haríamos si un familiar o amigo nos mostrase su vulnerabilidad y su sensación de fracaso.
Como todas las emociones, la autocompasión es necesaria en nuestro mundo emocional y cumple con una función adaptativa de aceptación de nosotros mismos y de potenciación de nuestra resiliencia. Cuando hablamos de resiliencia nos referimos a la capacidad de crecernos ante nuestros errores, de salir adelante a pesar de ellos. Si nos tratamos duramente ante los mismos como decíamos al principio, es más probable que nos hundamos en la tristeza y que se minimice nuestra capacidad para volver a intentarlo.
El mensaje que traería la autocompasión sería la frase con la que comienza este artículo, «no somos perfectos», y por tanto el mensaje busca que abracemos esa imperfección y que nos aceptemos como personas que se equivocan. Para ello, será necesario que trabajemos en la necesidad de separar nuestra valía de nuestros éxitos, aprendiendo a reconocernos como valiosos por nuestra humanidad imperfecta.
Habitualmente se confunde la autocompasión con el victimismo o la debilidad y se da más importancia a la autoexigencia como valor personal. De alguna forma se entiende que si somos autocompasivos quizá nos convertimos en conformistas, y nada más lejos de la realidad.
-
Mindfulness: por qué funciona la técnica del aquí y ahora con conciencia plena
Teresa Pousada Fonseca
La autocompasión nos invita a tratarnos a nosotros mismos con amabilidad y a aceptar nuestros errores, pero no está reñida con que sigamos trabajando para corregirlos y perseguir nuestras metas y objetivos. Podríamos decir que es una protectora de nuestra autoestima, y por lo tanto, en realidad, nos ayudará a esforzarnos más en el futuro por hacernos sentir capaces a pesar de que las cosas no salgan siempre como esperamos.
En resumen, practicar la autocompasión y aprender a querernos con nuestras virtudes y defectos, con nuestras luces y nuestras sombras, lejos de frenarnos en el esfuerzo y colocarnos en una posición victimista nos alentará a levantarnos cada vez que tengamos un tropezón en el camino.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete