Lejos de ser un estado permanente, es una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. La felicidad es vista como una búsqueda continua. Un camino, no un destino. Una forma de interpretar el mundo que no se encuentra en la búsqueda desesperada o ... en el placer momentáneo, sino más bien en la capacidad de vivir plenamente. Según la literatura de Harvard y otras universidades, cerca del 50% de la capacidad para sentirse feliz, viene determinada por la genética, mientras que el entorno y las decisiones personales influyen en el resto.
Y es que querer ser feliz es un sentimiento universal, y el peor error para lograrla está en la obsesión. La clave para muchos pensadores contemporáneos modernos se llama resiliencia, un concepto que gana popularidad en nuestro día a día y que te permite ser feliz incluso con heridas en el alma. Algo que se cultiva día a día a través de hábitos coherentes y vínculos reales.
Los conceptos para alcanzar la felicidad, según el punto de vista de Arthur Brooks
En este contexto Arthur Brooks, reconocido experto en longevidad y catedrático de la Universidad de Harvard, ha compartido los pilares fundamentales para alcanzar una vida plena y feliz, según sus investigaciones y experiencia. El profesor es uno de los grandes referentes en el estudio científico de la felicidad, y enfatiza en una de sus últimas intervenciones en las plataformas digitales la importancia de cultivar relaciones y encontrar propósito en las actividades cotidianas.
Durante una conferencia reciente publicada en Tik Tok e Instagram, el gurú destacó que «las personas más felices hacen cuatro cosas cada día. Practican su fe, están cerca de sus familias, tienen amigos -amigos de verdad, no amigos por interés-, y se toman en serio su trabajo, obteniendo significado de él, lo cual proviene de sentir que están ganando su éxito, creando valor y sirviendo a los demás. Esas cuatro cosas son los secretos para una vida plena y feliz».
El profesor, que desde hace más de una década investiga la psicología positiva y los factores que inciden en una vida longeva y saludable, sostiene que la felicidad no es un estado fortuito ni una meta final, sino una habilidad que se aprende y cultiva. «El bienestar emocional surge de nuestras elecciones diarias y de cómo construimos nuestro entorno humano», comenta el especialista en sus recientes publicaciones. Según sus teorías, los vínculos personales y la capacidad de encontrar sentido en el trabajo son determinantes para desarrollar resiliencia y satisfacción duradera.
El experto de Harvard advierte sobre los peligros de la superficialidad en las relaciones. «No basta con tener una red amplia de conocidos. Es imprescindible tener amigos de verdad, personas con las que compartir momentos importantes y dificultades», señala. Su enfoque también incluye la espiritualidad o la práctica de creencias religiosas, que según sus estudios refuerza la sensación de pertenencia y propósito, factores clave en la longevidad.
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Practicar la fe
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Mantenerse cerca de la familia
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Construir amistades reales
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Encontrar significado en su trabajo
El experto también subraya que tomar en serio el trabajo y percibirlo como una fuente de valor y servicio hacia los demás genera bienestar. «El éxito real se encuentra en la contribución, en crear valor para la sociedad», afirma. Para él, una vida significativa se compone de pequeñas acciones repetidas, que construyen la base de la felicidad a largo plazo.
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