¿De verdad fue la monotonía la culpable de todo?

Pues el amor debería ser siempre bonito pero lo cierto es que me encuentro con infinidad de pacientes atormentados por el final de una relación tormentosa . Qué curioso. ¿Verdad? Sufrimos cuando estamos con nuestra pareja y sufrimos cuando nos deja nuestra pareja.

Muy típico de personas que han amado a perfiles narcisistas, abusivos, egoístas, manipuladores o inestables. Algunas personas no pueden ser amadas. El precio es demasiado elevado.

Personas que llaman la atención de almas nobles, a menudo ingenuas, pero buenas sin duda, almas que desean sanarlas, que quieren cambiarlas, que anhelan darles una oportunidad .

Quizás ese sea el error. Confundir el amor con un proyecto vital, con un servicio a la comunidad, con un proceso terapéutico.

El amor . Cuantas horas invertidas en tratar de imaginar cómo podría haber sido, qué hicimos mal o dónde fallamos. Horas y teorías, a menudo robadas al sueño, hurtadas al trabajo, malgastadas de nuestra vida; horas en las que tratamos de dar una explicación coherente a tanto dolor.

Ahí está el error. A menudo, esa persona tenía un trastorno, clínico, claro. Quizás tenía la inestabilidad emocional propia de un trastorno bipolar, la incapacidad para establecer relaciones sanas de un trastorno límite de personalidad, la irritabilidad de un trastorno de ansiedad o la indiferencia y el abuso de una psicopatía.

Y ahí andamos nosotros, tratando de comprender qué ha pasado, soñando, incluso, con volver a retomar esa relación, con tener otra oportunidad, con ser capaces de cambiar el rumbo de dos vidas.

Y seguimos perdiendo ese tiempo precioso, perdidos en un mar de recuerdos vagos, de ensoñaciones romantizadas, de dolor sordo y cruel…

Sí, se puede amar bonito. El amor no duele. El amor es recíproco. El amor no va de cambiar a la persona amada. El amor no va renuncias, va de elecciones. El amor es bonito. «Si duele, no es amor», como reza el título del libro de mi buena amiga Silvia Congost.

A veces tratamos de entender algo incomprensible para nosotros. No tengo elementos para comprender la macroeconomía, no sé lo suficiente como para comprender una compleja teoría de física cuántica, no tengo la menor idea de cómo funciona un vehículo. Puedo tener una ligera aproximación. Siempre parcial. Siempre sesgada. Siempre incompleta.

No trates de comprender qué pasó. Es tiempo perdido. Deja de mirar atrás.

Monotonía. Tendemos a simplificarlo todo. A veces no va mal. Culpa a la monotonía. Ese único tono.

Puedes descubrir otros consejos para pensar bonito de Tomás Navarro, @tomasnavarropsi en instagram, en su obra ' Piensa bonito '.