Taller de resiliencia IV: Esta es la actitud que de verdad ayuda a superar los problemas

Podemos afirmar que una actitud determinada no cambia la realidad, en absoluto, pero sí que da instrucciones a nuestra mente sobre qué debemos atender y qué debemos ignorar de la realidad y, además, decidirá cómo debemos responder a lo que nos pasa.

Me gusta asimilar la actitud a una especie de gafas que filtran lo que percibimos, pensamos, sentimos y hacemos, es decir, en función de las gafas que elegimos vemos la vida de uno u otro modo.

Vamos a analizar qué pasa en la vida con tres actitudes diferentes .

Empecemos por una actitud negativa. Una actitud negativa no cambia la realidad pero sí que la filtra de tal manera que tendremos atención selectiva y subrayaremos y daremos más importancia a todo aquello que esté en consonancia con nuestra actitud.

Si nuestra actitud es negativa nos sentiremos menos capaces, más inseguros y menos competentes para gestionar la adversidad por lo que nos quedaremos sumidos en la preocupación, la ansiedad o la desesperanza.

Una actitud positiva tampoco nos resulta de gran ayuda ya que creeremos que aparecerá un príncipe azul que nos salvará la vida. El positivismo nos dejará sumidos en una especie de inactividad , una dulce espera edulcorada que hará que todo se complique más de lo necesario ya que el tiempo, por si solo, nunca soluciona nada.

La actitud de elección que te propongo para poder desarrollar un afrontamiento resiliente de la adversidad es una actitud constructiva. Una actitud constructiva nos permite vivir la realidad con más intensidad y plenitud, nos permite enriquecer nuestra experiencia y nos ofrece oportunidades para disfrutar de la vida.

Una actitud constructiva también nos permite confiar en nosotros mismos y en nuestra capacidades y nos da impulso para pasar a la acción de manera constructiva ante la adversidad, sin expectativas de fracaso, adoptando un papel activo, sin esperar que el tiempo lo cure todo, sabiendo que tenemos en nuestras manos la clave para superar la adversidad.

En resumen, una actitud negativa nos deja anclados en el dolor, la queja y la culpa , una actitud positiva nos deja anclados en la espera y la inactividad y una actitud constructiva nos pone en el centro del problema y nos empodera como agentes de cambio y de solución con capacidad para entender, gestionar y afrontar la adversidad.

Una actitud constructiva te proporciona una predisposición más vital, abierta, receptiva y confiada y te proporcionará el enfoque necesario para aprender de lo ocurrido, asimilarlo y transferirlo a situaciones parecidas por lo que no volverás a caer en la misma piedra.

Para tener una determinada actitud no hace falta hacer un máster ni tampoco aprender nada en especial. La actitud es una elección , un enfoque vital, una manera de ver la vida y en lo referente a la adversidad una actitud constructiva es el primer paso para dejar de mirar a otro lado, aceptar el reto y mirarlo de frente, sabiendo que puedes gestionarlo.

Disponte a solucionar esa adversidad sin dilación, aprovechando el tiempo, de manera expeditiva, cuanto antes mejor, transformándola en un reto, confiando en tus recursos y buscando ayuda cuando la necesites.