Taller de resiliencia V: Cómo aprender de lo vivido de forma constructiva

Uno de esos dos aprendizajes es constructivo , el otro no. ¿Pero qué necesitamos hacer para aprender de lo vivido en clave constructiva y resiliente? En función de las valoraciones que realizamos de lo que nos sucede podremos extraer un aprendizaje constructivo o precipitarnos en nuestras conclusiones, adoptar una actitud tremendista o caer en la desolación o en la autocompasión.

Nada de lo que ocurre es en vano si somos capaces de aprender de ello, de lo que nos pasó, del sufrimiento que sentimos y del dolor que nos causó; pero a veces nosotros mismos somos nuestro peor juez y nos juzgamos y castigamos sin compasión a partir de una conclusión precipitada. Creemos que merecemos sufrir por alguna adversidad que estamos padeciendo o que creemos que hemos provocado y nos abandonamos al sufrimiento.

Me gustaría compartir contigo algunos pasos para aprender de lo vivido en clave constructiva y resiliente .

Da un nuevo significado a lo vivido libre de culpa y de vergüenza. Las emociones nacen de nuestras percepciones y también de nuestro diálogo interior. Así que, ¿cuál es tu diálogo interior? ¿Qué te dices a ti mismo? ¿Te estás culpabilizando? Pues has de saber que, de ser así, te estás castigando sin sentido. Mira a lo que pasó para analizar lo ocurrido con la perspectiva que tienes ahora y poder así cerrar definitivamente el cajón en el que guardas lo ocurrido.

No hay peor juez que uno mismo. Nos castigamos con una exigencia irreal, disculpamos a los demás lo que no somos capaces de perdonar en nosotros y nos tratamos mal. Presta especial atención a tus relatos íntimos , a tu lenguaje interior, a las preguntas que te formulas, al origen y a la causa de lo que te ha ocurrido, así como a lo que tienes que entender, aprender y hacer para poder superar la adversidad.

Ahora eres más sabio, así que podrás reinterpretar tu pasado con más perspectiva. Redefine tu pasado y contextualiza lo que te ocurrió. Trata de entender lo que viviste con una nueva perspectiva.

Guarda los buenos recuerdos y obvia el resto. Es mejor que ese tiempo que vas a invertir en remover recuerdos vagos, imágenes distorsionadas y hechos confusos mezclados con opiniones y confabulaciones lo dediques a dibujar tu futuro.

Reconócete, reconstrúyete y date una oportunidad. El pasado , pasado está. Lo que has vivido explica algunas cosas de tu vida, pero no es más que una influencia, no lo olvides. No consideres que tu pasado condiciona toda tu vida. Lo vivido no tiene por qué condicionar tu presente ni tu futuro.

A veces hacemos cosas extrañas para demostrarnos que somos fuertes, que pudimos superar una situación y que no volveremos a pasar por ella. Ten cuidado con las rutinas que incorporas, ya que aparentemente pueden parecer buenas, pero a veces no es así. Si lo necesitas, haz un acto simbólico que te recuerde lo fuerte que has sido, pero nunca lo que has sufrido. Tus rutinas han de ser positivas y mostrar tu capacidad para recomponerte.

¿Qué has aprendido de lo que te ha ocurrido? Antes de incorporar algo como una lección asegúrate de que lo que incorporas es real, es decir, que está libre de sesgos y distorsiones. Aprende bien de lo ocurrido, ya que lo que concluyas lo incorporarás a tu diálogo interior y pasará a formar parte de tu marco de referencia ante la vida como la versión oficial de los hechos.