Psicología
Taller de resilencia III: Diez pasos para transformar la adversidad en un reto
En esta tercera entrega de su Taller de Resiliencia, el psicólogo Tomás Navarro enseña a los lectores de ABC Bienestar el camino que deben recorrer para convertir una adversidad o dificultad en un reto
Segunda entrega: Cinco estilos de reacción ante la adversidad, cómo detectar cuál tenemos y cómo actuar
MADRID
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Iniciar sesiónLa adversidad es consustancial a la vida y ya que la tendremos que afrontar varias veces a lo largo de nuestra vida; precisamente por eso es interesante que contemos con una estrategia para poder transformarla en un reto. Los problemas nos bloquean y ... los retos nos activan.
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Ante un reto nos disponemos a dar lo mejor de nosotros mismos, activamos toda nuestra creatividad y tenemos un objetivo claro al que dirigir toda nuestra energía. ¿Pero cómo transformar una adversidad en un reto? Pues aquí tienes diez claves que te serán de gran ayuda. Pero antes de leerlas, escucha el vídeo que puedes encontrar bajo estas líneas en el que te explico por qué te beneficia convertir la adversidad en un reto.
1. No huyas de la adversidad
Afróntala, cuanto antes mejor. La adversidad siempre estará ahí, esperándote, así que cuanto antes te ocupes de ella antes desaparecerá. Ocúpate activamente de solucionar la adversidad.
2. No caigas en la impotencia
A veces creemos que no podemos hacer nada y nos olvidamos de que siempre hay más opciones de las que creemos. Necesitas distancia para analizarlas y calma para poder llevarlas a la práctica. Cuando caemos en la impotencia pensamos peor, nuestra creatividad se nubla y nos focalizamos en una única alternativa: la huida.
3. Encuentra una salida para tus emociones
Encontrar una salida para tus emociones te ayudará a descargar la tensión y retomar fuerzas. Regenérate, la guerra con la adversidad no se gana en una única batalla. Crea oportunidades para experimentar emociones positivas ya que te van a permitir regenerarte y recuperar la perspectiva que tanto necesitas. No es tan importante si tienes la culpa de lo que ha pasado o no, como si estás dispuesto a gestionar lo que ha pasado y a aprender de lo ocurrido.
4. Fija tu atención en el largo plazo
A menudo le damos demasiada importancia al corto plazo y acabamos desestimando buenas soluciones porque suponen cierta incomodidad o esfuerzo a corto plazo. Las mejores decisiones son buenas a largo plazo pero incómodas en el corto. Define como quieres verte, esa será la mejor de tus motivaciones.
5. Centra tu energía en el corto plazo
Pasito a pasito, tomando decisiones sobre la marcha. La gestión de la adversidad requiere de acción, da los primeros pasos, es posible que estés desorientado, no pasa nada, empieza a caminar.
6. Acepta aquello que no puede ser cambiado
Y una vez que aceptes lo que no puede ser cambiado focaliza tu energía en aquello que sí que puede ser cambiado. Canaliza tu energía hacia tu objetivo.
7. Analiza tu diálogo interno
Es posible que tu diálogo interno te esté bloqueando y provocando falta de confianza e inseguridad. No existe ninguna razón por la que no seas capaz de superar ese reto, pero hasta que no te lo creas no te pondrás en marcha.
8. Toma tus propias decisiones
Hazlo sabiendo que todo requiere de un proceso y de un tiempo. Desde la calma, desde la serenidad, pasa a la acción enfocada a conseguir tu reto. Solucionar un problema requiere sí o sí de que tomes algunas decisiones, algunas de ellas incómodas. Sé tú el que tome la iniciativa y el timón de tu vida y empieza por tomar tus propias decisiones.
9. Cultiva el optimismo
No te confundas, una actitud optimista no tiene nada que ver con una actitud ilusa. Una persona ilusa cree que todo se solucionará por arte de magia, mientras que una persona optimista sabe que puede ser parte de la solución del problema y que es capaz de dar respuesta a las adversidades que vaya sufriendo.
10. Trata la adversidad como una oportunidad
Eso te ayudará a aprender y reorientar tu vida. Una adversidad, a veces es fruto de la mala suerte, pero a veces es la consecuencia de algunas acciones, esquemas o ideas. Quizás ha llegado el momento de replantear la forma en la que estás viviendo, de las decisiones que tomas, de las que dejas de tomar, de las personas que tienes cerca o de las prioridades por las que riges tu vida.
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