«Si te ocurrió algo malo de pequeño, te marcará toda la vida»: la mentira que esconde esta frase

De alguna manera esto que acabamos de contar es similar al viaje que hacemos durante la niñez . Evidentemente cada vivencia va a formar parte del álbum de fotos, no se pueden borrar por muy dolorosas que sean, pero no necesariamente van a marcar quién eres y cómo te enfrentas a la vida. Eso dependerá, entre otras cosas, de si pudiste resolver o no esas situaciones con éxito . También dependerá de los apoyos que hayas tenido y de la proporción entre las situaciones desagradables, las agradables y las estrategias de afrontamiento que hayas adquirido.

Si durante nuestra infancia hemos vivido muchas situaciones complicadas será más probable que pensemos que este mundo es peligroso y que no encajamos con sus habitantes. Pero, ¿qué pasa si, a lo largo del viaje, el paisaje cambia y se hace más amable? Esta es la clave. Tenemos la capacidad de, tras sufrir un trauma, buscar otros caminos para seguir desarrollando nuestra personalidad. Y además, según crecemos, cada vez tenemos más capacidad de elección, más estrategias para hacer frente a los días lluviosos y más capacidad para transformar el mundo en que vivimos.

A lo largo de nuestra historia vamos añadiendo páginas a nuestro álbum que van a hacer que la idea que teníamos del mundo y de nosotros cambie. No vamos a ser los mismos siempre, nuestra infancia no nos va a definir en el futuro como tampoco nos define lo que hacemos en el presente. Lo que hagamos hoy nos definirá el día de mañana.