Psicología
«Si algo te molesta es que hay heridas que te pesan»
Antonio Jorge Larruy, experto en meditación y reeducación mental, habla sobre el poder de la aceptación y todo lo bueno que trae consigo

Todos tenemos un sentido general de lo que significa aceptar algo porque hay muchos aspectos de la vida que simplemente podríamos aceptar y no dar muchas vueltas: aceptar la familia en la que hemos nacido, el país al que pertenecemos, las circunstancias financieras, encadenar ... trabajos insatisfactorios, etc. Sin embargo, en psicología, y tal como lo definen en Mentes Abiertas Psicología, la aceptación significa la «capacidad para aceptar la realidad por parte de una persona, y conlleva asumir que hay aspectos o situaciones que no podemos modificar y que hay asumirlos como son».
Para aprender a aceptar hay que recorrer un largo camino de autoconocimiento, tal como indica Antonio Jorge Larruy , experto en meditación y reeducación mental. Según cuenta el experto, vivimos proyectados hacia el mundo, hacia las situaciones que nos vienen, cuando en realidad la aceptación se hace en el plano interno: «Tenemos que aceptar aquellos malestares e incomodidades que nos proporcionan las personas, los eventos... y no podemos aceptar eso si no acepto antes el dolor que me provoca que esa situación haya sucedido de una manera y que una persona es de otra».
Según indica el experto, se trata de un proceso de orden subjetivo e interno. ¿Has oído alguna vez aquello de que «lo que te molesta de los demás tiene más que ver contigo que con él»? Esta idea la defiende Antonio Jorge Larruy porque está estrechamente relacionado Si estoy con alguien que me altera y su actitud me hace daño, tengo que aceptar que esa personas es así aunque tenga buenas intenciones: «Hay que prestar atención a las cosas del mundo y a las heridas que están latentes en nuestro interior. Aceptar es señalar que hay un dolor dentro de mí, por lo que si algo me molesta de otra persona es porque me molesta a mí por algo que llevo en mi interior».
El método de la aceptación
Antonio Jorge Larruy aconseja que, cuando algo te duela, lo primero que hagas sea distinguir la situación del dolor que te produce: «La actitud que has tenido y la resonancia que esto te provoca». En definitiva, que te des cuenta de que en tu interior algo cambia.
En segundo lugar, ubicar ese dolor . En palabras del experto, «darte cuenta de cuál es el diagnostico médico»; dónde está ese foco de dolor interno y malestar. «Si algo te molesta es que hay heridas que te pesan. Los disgustos son energía retenida porque las cosas no han salido como esperábamos, así que igual que una herida física la puedes localizar, ese malestar también». Necesitas determinar su peso y deshacer el nudo porque es la energía que los hace fluir. Una vez localizado, llega el tercer paso...
Cuando se aprende a encarar el sufrimiento, se vive con el corazón abierto
La curación. Según Antonio Jorge Larruy , el amor es lo que cura. Significa que ante este dolor «te abres y lo acoges», y que tu gesto interior sea el de «amarlo»: «El amor calma y amansa la fiera, por lo que aprende a sonreírle, abrazarlo y dejarlo entrar hasta lo más profundo de ti y hasta que veas que ese dolor desaparece. Y entonces verás la situación de otro modo y significará que has sanado. Si tienes que decir algo a esa persona, no lo harás desde el dolor porque toda acción desde el dolor, daña. Solo podemos emitir el bien si estamos bien. Si estamos libre de la carga, actuamos desde el bien y aportarás desde la luz. Siempre estamos protestando y esta actitud te hace ver que lo que viene, conviene». Así funciona el método de la aceptación de Antonio Jorge Larruy, seguir un camino de sabiduría.
La aceptación no es resignación
Eso sí, aceptar no significa resignarse ... La resignación es un ejercicio mental por el que uno se autoconvence de que esto es lo que hay y, por lo tanto, hay que aceptarlo. Viene a ser un «me quedo con ese sentir mal y acepto el problema sin solucionarlo». Tal como advierte el experto, «nunca hay que conformarse con el mal».
«No significa que todo tenga que estar como queremos porque eso sí que lleva a la resignación. Vivir bien es aceptar ese dolor y malestar y comenzar un proceso interno de aceptación , acogiendo y el sufrimiento, ubicándolo y limpiándolo, tal y como hemos comentado antes», aclara, y concluye diciendo que «cuando se aprende a encarar el sufrimiento, se vive con el corazón abierto».
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