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Psicología

No esperar nada para tenerlo todo, o cómo disfrutar las vacaciones sin decepciones

La época estival suele ser idealizada hasta el extremo dando lugar a una desilusión difícil de gestionar

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María Alcaraz

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¡Ay, el verano! Cuando los días se entremezclan unos con otros y mostramos los brazos y las piernas bronceadas y brillantes. Los amores estivales, los atardeceres en la playa, las pecas que nacen por la nariz y aguantan hasta los últimos días de octubre. ... Los cielos luminosos que nos evocan a cuando somos felices. O eso es lo que nos hacen (o nos hacemos creer). Porque, ¡oh, el verano! Cuando hace tanto calor que no puedes casi pensar, pasas las interminables jornadas frente a un incómodo ventilador y no dejas de ver fotos en las redes sociales de los paraísos en los que la gente pasa los días de calor, mientras tú te cueces en la ciudad trabajando.

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