«Marie Kondo» verbal: cómo ordenar la información para decir las cosas mejor

La japonesa está convencida de que el orden de las cosas tiene un impacto emocional en las personas. Marie Kondo vino a poner orden a nuestra vida, ¿y si se lo ponemos también a nuestras cifra y letras?

«La paella estaba deliciosa, pero engorda», «la paella engorda, pero estaba deliciosa»... Son dos frases compuestas exactamente por las mismas cinco palabras, pero que, sin embargo, no dejan el mismo sabor de boca, ni a quien las dice ni a quien las escucha. Y es que en lo que al orden se refiere, esto es un poco como lo que dijo  Jesús: «los últimos serán los primeros» porque lo último que se dice se percibe como más importante que lo anterior .

No es lo mismo decir, «Somos líderes del mercado, pero hemos bajado un 10% las ventas» que «Hemos bajado las ventas un 10%, pero somos líderes del mercado». Las mismas palabras no suenan igual en un orden que en otro.

Por eso, a la hora de describir una estadística hemos de ser muy conscientes de que la forma en que la verbalicemos va a generar un impacto, y por ello hemos de elegir muy bien qué información es más relevante para darle el lugar donde inconscientemente vamos a darle mayor importancia, porque el orden de la presentación influye en la reacción .

Ahora bien, esto sirve en ambas direcciones: para dar una palmadita en la espalda, dejando lo mejor para el final, o para dar una patadita en el culo, dejando lo peor en el último lugar, porque nadie quiere arreglar lo que no está roto.

Por cierto, cada vez hacemos más ejercicio en casa (sobre todo después del coronavirus) y mucha gente se autoentrena . Pues aquí un truco : es mejor contar hacia atrás. Si tienes que hacer repeticiones de un ejercicio, tienes más posibilidades de acabarlo si cuentas hacia abajo que al revés, porque cuanto menor es el número, menor está asociado el esfuerzo que queda en el cerebro, así que si lo haces así el final de la serie resulta un poquito más fácil.

Así que sí: el orden sí altera el producto , así que alterémoslo a nuestro favor…