Manifiesto en contra de la autoayuda: ser feliz no es la solución

Hay libros y más libros bajo la etiqueta de ' autoayuda '. También charlas en Internet, conferencias de expertos en la materia (de la felicidad), cadenas de Whastapp... y aunque esto de la autoayuda no es nada nuevo, parece que últimamente ha alcanzado su máximo. Tenemos que querer ser felices, y claro que podemos hacerlo, porque está de nuestra mano.

La escritora y periodista Marian Donner es tajante en 'Manifiesto en contra de la autoayuda' (Libros Cúpula): «Crees que no es autoayuda, porque ahora lo llamas autocuidado». Argumenta que todas aquellas acciones que se presentan como buenas para nosotros —ordenar nuestra casa, dejar atrás la 'zona de confort', asumir las adversidades como oportunidades de crecer— tan solo son normas y mecanismos para 'funcionar mejor' dentro del status quo . La tesis principal que manera la escritora es simple: «el problema no somos nosotros».

«Lo que necesitamos no son pastillas, yoga o diarios de gratitud, sino darnos cuenta de que nosotros no somos el problema. Si sientes que no encajas en el mundo, decía Virginia Woolf, quizás no deberías preguntarte qué problema tienes tú, sino qué problema tiene el mundo », dice la autora al comienzo del libro. De esta manera, a lo largo de laspáginas defiende el individualismo como manera de ser fieles a nosotros mismos y encontrar en bienestar verdadero. Pone en duda la pertenencia al grupo, pues dice que incita a odiar cómo somos: rechazar nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestra situación.

Así, la periodista denuncia el canon de belleza actual , distorsionado por las redes sociales y los retoques digitales. Dice que nos instan a tener un cuerpo determinado que, en realidad, es inalcanzable pues no es real, y para ello se persiguen métodos, dietas y, claro, la ya mencionada autoayuda.

Toca todos los palos. Habla del incremento de los problemas de salud mental, y cómo puede ser incluso 'problemático' el hecho de que podamos adaptarnos bien a unos grupos sociales tan complejos como los que habitamos. Y dice que «la causa no se encuentra en un exceso de negatividad, sino en un exceso de positividad, característico de nuestra sociedad del rendimiento».

La autora arrasa con todo: la ideal del amor romántico cómodo; la sobriedad obligada, o la ebriedad como norma; o incluso la liberación de los cuerpos y la mente a través del baile . Un aparente batiburrillo de ideas que en realidad crean un todo a lo largo del manifiesto: una crítica mordaz al sistema por el que funcionamos, y la idea de que, incluso si creemos que sentirse desgraciado es algo a evitar, puede que sera el vehículo para alcanzar más que la felicidad, un estado de aceptación propia y del entorno.