Por qué nos frustramos con frecuencia y cómo dejar de hacerlo

Ese sentimiento se genera cuando no se puede satisfacer un deseo planteado y, ante este tipo de situaciones, las personas reaccionamos en un plano emocional , como enfadarnos, aumentando la ansiedad , la ira, la cólera y, con ello, se bloquea el poder seguir persiguiendo los objetivos planteados. Por ejemplo, si estudiamos mucho y siempre suspendemos, nuestro cerebro aprende que hacemos un esfuerzo pero no logramos la meta, la de aprobar. Esto genera una indefensión aprendida y, tal como explica Irene López Assor, es muy complicado de resolver en el sentido de que se general un código interno que se traduce en que «hagas lo que hagas, no vas a llegar a la meta: Caemos así en la indefensión y, por tanto, en un elevado nivel de frustración ».

Dentro de la frustración , y gracias a López Assor, podemos distinguir cuatro subtipos de frustración:

1. Frustración por barrera : sería lo que intentamos aplicar o postular. «Es una barrera que no depende de nosotros, competimos con más gente que cumple unos criterios en un momento determinado, por ejemplo una solicitud para una beca en la que la tuya no es apta y la de otros sí», pone de ejemplo la experta. En definitiva, la atribución del fracaso no es por tus competencias, es un factor externo. Si no tienes la nota, te quedas fuera.

2. La frustración por incompatibilidad de dos objetos positivos, la segunda categoría, significa que «tenemos dos objetivos que queremos alcanzar, pero son incompatibles en su ejecución entre sí». Un ejemplo de ello sería tener un abrigo de nutria y ayudar a estos animales, algo completamente incompatible.

3. El tercer tipo es la frustración por conflicto evitación-evitación . Significa cuando una persona está evitando situaciones particulares porque siente una doble repulsión. Cuenta la psicóloga que si por ejemplo ella obligara a su hijo a estudiar psicología para que le ayudara, él sentiría un doble rechazo tanto por los estudios como por el trabajo, que no son de su agrado.

4. El último subtipo de frustración combina los anteriores , y no es otra que el conflicto por aproximación-evitación . Tal como explica la psicóloga, a lo largo de la vida tenemos situaciones que van a provocar consecuencias tanto positivas como negativas, pero de una forma equiparada.

Si nos sentimos frustrados en alguna ocasión, estos son los cuatro pasos que deberíamos seguir, según López Assor:

1. No dejarte llevar por las emociones intensas. Significa que no hay que dejarse arrastrar por la tristeza, la cólera, el enfado, la ira o la rabia porque lo único que vamos a conseguir dejándonos llevar por esa emoción intensa es arrepentirnos de las consecuencias de nuestros actos.

«Si sientes rabia, lo mejor es que te encierres en tu cuarto, vayas a dar una vuelta o te aisles de los demás hasta que se te pase para no hacerles daño. Cuando estés más tranquilo investiga qué es lo que te ha hecho daño», dice la experta. Si por el contrario, cuando estás con esa ira y esa rabia, te pones a contarlo a todo el mundo, lo que estás haciendo es «reforzar el victimismo»; no es que no lo cuentes, es que lo cuentes tranquilo.

2. Date un momento de pausa . Los tiempos son imprescindibles en la gestión emocional y, después de un enfado o de una frustración, debes tomarte tu tiempo, relajándote, aunque sientas dolor, puedes controlar ese estado. Después analiza qué ha ocurrido realmente. ¿Qué te frustró tanto? Igualmente, puedes renunciar a un objetivo cuando quieras porque lo que querías en un pasado no tiene que ser lo que quieres en el presente. Todo apunta a que para conseguir tus metas «necesitarás dedicarte tiempo».

3. Siente la libertad de tu toma de decisiones . Analiza las estrategias que has utilizado hasta ahora para alcanzar tus objetivos porque lo mismo no lo estás haciendo bien, o posiblemente, el objetivo no es tan atractivo como pensabas. Puedes decidir parar... «No tienes ninguna obligación con los demás porque son objetivos personales e intrasferibles. Quizá eran objetivos impuestos por tus padres, por tus amigos. Eres libre para decidir por ti mismo lo que quieres y con quien quieres compartir tu vida», asegura la experta.

4. Técnica de las cinco alternativas . Una vez marques el objetivo, y aunque aparentemente parezca que estás fracasando, busca cinco alternativas para conseguir la meta. De las cinco alternativas que te marques, pon para cada una las ventajas y los inconvenientes. Dice López Assor que no existe una solución ideal, ya que lo importante de esta técnica es que «nos ofrece un amplio abanico con ventajas e inconvenientes» y esto proporciona que, cuando un plan A no sale, tienes preparadas las alternativas: un plan B, plan C, plan de D...

Por tanto, prueba a ser más flexible con tus objetivos y a crear diferentes estrategias, de esta forma, si una idea falla, quedan otras opciones.