Fobias que aumentan en verano: del miedo al agua al pánico a viajar

La aerofobia es un trastorno que se encuentra dentro del tipo fóbico. La persona que lo presenta sufre un fuerte miedo ante la experiencia de volar y todo lo que está relacionado con ello. Es algo que, según explica la psicóloga, genera una fuerte ansiedad, rechazo, miedo y pensamientos negativos sobre el vuelo y lo que le rodea.

A la hora de evaluar las causas la experta revela que la persona puede haber adquirido un aprendizaje erróneo durante el vuelo de modo que esto le haya llevado a asociar una situación desagradable con el hecho de volar. Por ejemplo, vivir una mala experiencia o escuchar que alguien ha sufrido un accidente aéreo... Además, presentar otro tipo de fobia como la claustrofobia o la agorafobia pueden ser detonantes de la aerofobia.

La talasofobia es el miedo incontrolable que se produce frente a la proximidad de grandes masas de agua. En concreto se trata de fobia al mar abierto o al océano y es algo que llega a provocar ataques de pánico al acercarse al mar. Lo cierto es que, tal como revela Lozano, no hay un inicio racional a esa fobia e incluso puede darse la circunstancia de que esa persona manifieste ese pavor incluso en la imaginación, es decir, que no es necesario que la persona esté cerca del mar para sufrirlo. «La persona puede disparar sus síntomas de angustia por encontrar masas de agua en diversos contextos como películas, imágenes, piscinas, depósitos de agua, etc…», explica.

En cuanto a las causas , la psicóloga precisa que la principal razón puede ser haber vivido una experiencia negativa en relación con el entorno marítimo: desde visualizar un accidente acuático, un naufragio, un hundimiento de un barco, hasta ver personas ahogándose, por ejemplo, o que la propia persona hubiese formado parte de alguna de esas situaciones. Algo menos usual, es que la talasofobia se deba a la falta de conocimientos sobre el océano.

La hodofobia es un miedo irracional a los viajes que puede darse de diversas formas y síntomas. En algunas personas su temor engloba cualquier tipo de viaje. Para otras en cambio se focaliza en los viajes y/o en medios de transporte específicos. Y en otros casos lo que se teme es tener que alejarse del hogar. Es un miedo que, como aclara la experta de mundopsicologos.com, limita a la persona en diversos aspectos como los personales, sociales o laborales, llegando la hodofobia a paralizar a la persona por el propio miedo.

Puede ser causada por una vivencia pasada que fue traumática para esa persona mientras viajaba: desde una enfermedad hasta recibir una mala noticia o sufrir un robo en casa mientras se estaba de viaje. Existen factores, por tanto, que pueden hacer que esa persona haya adquirido un aprendizaje erróneo frente al hecho de viajar.

El temor irracional y/o ansiedad desproporcionada ante situaciones en las que el individuo se debe desnudar delante de los demás se denomina deshabiliofobia . Genera un nivel de ansiedad muy elevado y, como precisa Lozano, interfiere en la conducta sexual normal de la persona.

La causa más habitual está relacionada con el hecho de haber tenido una situación traumática en un momento asociado a la desnudez (vestuario, baño o sitios similares..). También puede deberse al hecho de haber estado presente o haber observado una situación traumática que otra persona sufrió en un entorno de desnudez.

La acrofobia hace referencia a la fobia que padecen las personas que tienen un temor irracional hacia las alturas. Quien la presenta trata de evitar situaciones en las que se vea obligado a ubicarse en lugares altos o con diversas cosas que les asocie a su miedo a las alturas. Eso puede hacer que a esa persona le resulte difícil llevar una vida cotidiana sin sobresaltos. Cosas tan sencillas como vivir o trabajar en edificios altos, subir escaleras o visitar monumentos pueden ser retadores.

Al igual que sucede con otras fobias, puede deberse a una mala experiencia por haber escuchado un accidente en un lugar alto, y con ello asociar las alturas a un temor real. Eso implica adquirir un aprendizaje erróneo por asociación de una mala noticia en un lugar alto y por tanto activar así el temor real.

También el hecho de vivir una enfermedad o síntomas molestos en un lugar alto puede llevar a asociar esta experiencia a ese tipo de lugares.