Eres mucho más de lo que dicen que eres y te ayudo a que te lo creas

Era el gran día. Antonio tenía que exponer ante todos sus compañeros y su mejor cliente el plan que había diseñado para dar respuesta a las necesidades detectadas en su principal cliente. Notaba que le faltaba el aire, tenía el corazón a mil por hora y la camisa completamente empapada en sudor. Mientras iba en el metro de camino al trabajo pensó que no podía hacerlo. «Ya sé, le enviaré un mensaje a José, el lo podrá exponer igual de bien que yo». No era la primera vez que no podía hacer una presentación en público. Tenía suerte de tener a José en el equipo. «Algún día podré presentarlo yo mismo», pensó.

María tenía gafas. Es increíble lo crueles que pueden llegar a ser los niños. En realidad ya estaba acostumbrada a que le llamaran cuatro ojos. No entendía porqué los profesores no hacían nada cada vez que iba a quejarse de que se estaban metiendo con ella. Siempre eran las mismas niñas. No era tan difícil castigarlas y darles una charla, pensó. «Mamá ¿cuándo me puedo operar de los ojos para quitarme las gafas?», preguntó cuando llegó a casa llorando, un día más…

Podría seguir y seguir. Tenemos miles de ejemplos en el día a día en el que limitamos nuestra vida por culpa de nuestra autoestima. Nuestra autoestima es la responsable de que podamos defender nuestros derechos, marcar límites o hacer peticiones, pero ¿qué pasa cuando tenemos baja autoestima? Pues que dejamos de pensar bonito.

De hecho uno de los ocho errores que nos impiden pensar bonito es la falta de autoestima . Cuando estamos bajos de autoestima, sea en un momento dado o como un rasgo de personalidad, es decir, de manera permanente, nuestra calidad de vida se resiente. Una provoca que tu pensamiento sea más cerrado y que limite tu vida. También provoca que te centres en todo lo que no puedes hacer, no ves todas las alternativas que tienes y que te enfoques en los problemas en vez de en las soluciones.

Tenemos más recursos de los que creemos, pero una autoestima baja nos hará creer que no podemos hacer más y nos dejará encorsetados en una realidad que no nos gusta. Sabemos, por ejemplo, que una persona con baja autoestima tiende a atribuir sus éxitos a la buena suerte, a pesar de que en realidad sean méritos propios y se culpa de fracasos propios y ajenos, aunque no haya tenido nada que ver.

La autoestima baja limita nuestras alternativas, no nos sentimos capaces y creemos que somos menos competentes de lo que realmente somos . Y, finalmente, una autoestima baja acaba provocando que no explotemos todo nuestro potencial y recursos.

Querido lector, querida lectora, es hora de que le des prioridad a desarrollar tu autoestima, a que te analices con perspectiva, con una mirada amable, descartando todo lo que han dicho de ti y dándote la oportunidad de reconocerte nuevo.

Eres mucho más de lo que han dicho de ti. Eres más fuerte de lo que crees . Tienes más recursos de lo que imaginas. Necesitas tener una autoestima sólida para poder hacer frente a este mundo exigente y para poder tener una vida más bonita.