Psicología
Por qué te equivocas cuando dices que hay que «salvar la Navidad»
La socióloga y experta en neurolingüística Alicia Aradilla da las claves para usar las palabras más adecuadas que nos permitan «proteger» y «protegernos» en una Navidad diferente
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Iniciar sesiónLas palabras importan. Mucho. El lenguaje que usamos para referirnos a las personas, a las cosas o a las situaciones que forman parte de nuestra vida crea, construye, configura, contiene, alberga y da forma a esa realidad que estamos viviendo, tanto en nuestra ... cabeza como a nivel colectivo. Por eso es tan importante cuidar y mimar las palabras que usamos pues, tal como propone la socióloga y experta en neurolingüística Alicia Aradilla, ser conscientes de nuestro lenguaje supone una oportunidad para vivir la realidad como deseamos.
A lo largo de este año se han ido introduciendo en la sociedad nuevos términos en un intento por reflejar las nuevas circunstancias . Así, en febrero la OMS cambió la expresión «Coronavirus de Wuhan» para referirse al «Covid-19» con el propósito de evitar estigmatizaciones.
Pero no todas las expresiones usadas en estos meses fueron acertadas, pues la socióloga Alicia Aradilla advirtió del peligro de utilizar el término «nueva normalidad». Ese concepto inundó durante el período de desescalada no solo los medios de comunicación, sino también las conversaciones del día a día. Pasó a formar parte de nuestra vida casi sin darnos cuenta y, según explica la experta, no fue una expresión acertada porque nos hizo confiarnos y fue el germen de la segunda oleada.
«Los rituales grupales como la Navidad están tan asentados en la sociedad que tienen garantizada su supervivencia por encima de las circunstancias puntuales»
Algo similar es lo que, según alerta, está sucediendo con las referencias a las fiestas navideñas. La expresión «salvar la Navidad» está circulando tan alegremente como lo hizo en su día el concepto «nueva normalidad» y eso puede llevarnos a tropezar con la misma piedra. « Volvemos a caer en términos inapropiados, ineficientes y peligrosos desde la mirada de la sociología (como grupo) y desde el ámbito de la neurolingüística (como individuos) pues este concepto está sujeto a interpretaciones muy diversas en función de los intereses y las motivaciones de cada uno», revela.
Así, ella explica que cada uno puede interpretar ese concepto en función de aquello que necesita, aquello que le ha hecho sufrir o quiere cambiar o aquello que tiene «más fresco» o «más candente» en su mente de modo que habrá personas que necesiten vender porque tienen un negocio, personas que tengan muchas ganas de fiesta porque «ya toca» y personas que intenten propiciar a toda costa los reencuentros familiares. Y todo eso, según alerta Aradilla, creará una multiplicidad de situaciones de riesgo que puede llevar a que «salvar la Navidad» signifique de todo menos «salvar la vida», que es lo realmente importante.
Por eso cabe preguntarse qué quiere decir realmente «salvar la Navidad». ¿Salvar la situación económica? ¿Salvar un ritual milenario? ¿Realmente pensamos que si este año no celebramos la Navidad «como siempre» corremos el riesgo de perder esa tradición? Tal como explica la socióloga, si pensamos en la Navidad como ritual simbólico lo cierto es que «no hay nada que salvar» pues, según aclara, los rituales grupales como la Navidad están tan asentados en la sociedad que tienen garantizada su supervivencia por encima de las circunstancias puntuales.
Es más, según vaticina, el próximo año es probable que se produzca una cierta exaltación y exageración tanto en las celebraciones navideñas como en las compras, el consumo, los viajes, los encuentros familiares y de amigos... « Se producirá una especie de exageración por compensación. Por tanto parece algo absurdo pensar que la Navidad va a dejar de celebrarse porque un año no lo hagamos como siempre», comenta.
Si de lo que hablamos cuando decimos «salvar la Navidad» es «mantener las estadísticas de consumo» y hacemos referencia a este término desde una perspectiva económica, Aradilla cree que sería más apropiado usar un lenguaje económico específico y descriptivo y no alegórico o metafórico.
«Salvar la vida», un concepto más apropiado
El mensaje que resulta «neurológicamente» más adecuado no siempre cumple los requisitos de lo políticamente correcto. «Nadie se atreve a dar el mensaje directo y se usan metáforas, pero ante los posibles riesgos que conlleva una tercera oleada habría que ser más valiente a la hora de comunicar los mensajes de forma adecuada desde los medios de comunicación y desde la clase política», aclara Aradilla.
En definitiva, la socióloga asegura que se ha usado de un modo un tanto «perverso» la expresión «salvar la Navidad» cuando en realidad lo que debería usarse es la expresión «salva la vida en Navidad» . «La idea que debería subyacer para evitar una tercera ola de esta pandemia es procurar celebrar la vida en Navidad desde la distancia, de modo que no sean fechas en las que se propicien riesgos para la salud», argumenta.
Si yo digo «salva la vida» estoy estimulando esos caminos de motivación intrínseca y de conexión con nuestra parte más reptiliana (búsqueda de supervivencia física) que son tan necesarios en este contexto. Pero si decimos «salva la Navidad» estamos usando una metáfora tan cargada de significación social, tan amplia y con tantos matices que nuestra mente colapsa.
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