Efecto placebo o la historia de los pacientes que mejoraban con el color verde

Se puede atribuir el efecto placebo al contexto terapéutico general y a diferentes mecanismos como por ejemplo la expectativa de mejoría o el condicionamiento clásico, además de las características del paciente, del profesional sanitario, de la relación entre ambos y de la apariencia de los procedimientos médicos o de terapia.

Cuando hablamos del efecto placebo es importante hacer referencia a las expectativas y al modo a través del cual acciones sugestivas, como las palabras de ánimo, el contexto terapéutico como un hospital o una consulta, las instrucciones verbales que anticipan un beneficio, junto con la administración de un placebo, pueden desencadenar una respuesta fisiológica que logra modular la intensidad de una respuesta dolorosa. También el s esgo de confirmación o evidencia o la profecía autocumplida está modulando la acción del placebo. Esto es que si creemos que algo nos funcionará buscaremos toda la evidencia existente para confirmar esto y no nos fijaremos en aquellas pruebas que desacreditan nuestra teoría.

La revista 'Scientific Reports', publicó un estudio de la Universidad de Basilea a cargo de los investigadores del equipo del psicólogo clínico Jens Gaab, en el que se ponía de manifiesto el efecto placebo en las terapias de psicología . En este estudio, los investigadores usaban el color verde como placebo, con la instrucción de que este color calmaba los estado de malestar e irritación, mientras utilizaban una terapia narrativa. Además, mientras realizaban las terapias, el experimentador se mostraba amable y cercano con los participantes.

Los resultados del estudio mostraron que el placebo , el color verde, tenía un efecto muy positivo y muy duradero en el bienestar de los participantes cuando se utilizaba junto con la terapia narrativa y en el contexto de una relación amistosa.

La existencia de este fenómeno hace que pongamos el foco en la ciencia y en los tratamientos que han sido científicamente validados a la hora de confiar nuestra salud, tanto física como mental, ya que las ganas de mejorar pueden hacer que confiemos en tratamientos que no tengan la suficiente evidencia .