Cómo hablar claro y defender tus ideas sin dejar de ser uno mismo
Aurora Michavila, experta en comunicación verbal y no verbal, revela en su obra 'Supercomunicadores' cuáles son los 7 superpoderes para ganarse la confianza ajena desde la autenticidad y la habilidad para conectar
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Iniciar sesión¿Sientes a menudo que los demás no entienden lo que intentas explicar? ¿Evitas dar tu opinión porque crees que no tienes nada interesante que aportar? Aprender a hablar claro y defender las ideas sin dejar de ser uno mismo es especialmente relevante en un ... contexto en el que casi todo es susceptible de automatización. La capacidad de aportar valor con las ideas resulta imprescindible para la supervivencia profesional , la diferenciación personal y para crear vínculos de confianza . Con estos mimbres la experta en comunicación verbal y no verbal, conferenciante y consultora estratégica, Aurora Michavila , teje con su obra ' Supercomunicadores ' (Destino) un tratado práctico, útil, retador y transformador que persigue ayudarnos a entender, aplicar y practicar los 7 superpoderes que nos convertirán en supercomunicadores . Desde la fuerza de la autenticidad hasta la gestión de los nervios al hablar en público, pasando por la valentía de formarse una opinión o la lucidez para saber leer cómo nos escuchan. Vemos con ella las claves de su obra...
¿Por qué insiste en que es importante mirar hacia dentro antes de hablar hacia fuera?
Porque la comunicación es un medio para relacionarnos con los demás y con nosotros mismos que bebe de lo que uno lleva dentro: percepción de uno mismo y de los demás, sesgos de los que no somos conscientes, creencias acumuladas, valores... Lo que llevamos dentro nos permite interpretar lo que vemos, lo que escuchamos y lo que sentimos. Si no hay un proceso previo de autoconocimiento , estaremos echando balones fuera todo el tiempo porque no nos responsabilizaremos de nuestras interpretaciones ni de otros factores que intervienen en la comunicación. Es importante hacer ese trabajo previo si queremos que la comunicación sea una pista de patinaje fantástica y no una carrera de obstáculos.
La autenticidad es uno de esos superpoderes a los que hace referencia en su obra. Pero, ¿qué es realmente ser auténtico? ¿Tiene que ver con ese «yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré» que reza la canción de Alaska o es más bien todo lo contrario?
La autenticidad a veces se confunde con ese cheque en blanco que se promueve en el ámbito del desarrollo personal al calor de la frase: «me conozco y me acepto». Pero no es un cheque en blanco, ni tampoco se trata cambiar lo que no se quiera cambiar, pero sí que se debe entender que no vivimos aislados del contexto y que esa autenticidad no puede impedir que nos relacionemos con personas diferentes a nosotros por su forma de sentir, pensar, por su momento vital o por cualquier otra circunstancia. La autenticidad tiene que ver con un proceso al que uno llega cuando se reconoce y logra identificar las cosas que le mueven, le motivan o le dan miedo. Cuando se identifica qué partes de uno salen de forma orgánica en función de los diferentes contextos y nos damos permiso para que esa parte esencial no se pierda nunca, es cuando podemos decir que somos auténticos. En definitiva, ser auténtico es tener autoconocimiento y darse permiso para ser como uno es, no solo para expresarse, en circunstancias muy diferentes.
A la hora de comunicarse invita a conectar la autenticidad con la asertividad... ¿cómo se debe hacer correctamente?
La asertividad se confunde a veces con una actitud de determinación e incluso en algunas personas evoca un tinte de agresividad. Pero eso no es asertividad. En realidad es una forma de poder relacionarnos con los demás de forma equilibrada. La asertividad permite decir aquello que quieres decir (y eso incluye un «no» o los puntos en desacuerdo) pero haciéndolo de forma que cuando eso se exprese no vaya en detrimento de la otra persona en ningún sentido. Pueden expresarse necesidades, deseos, emociones, ilusiones, miedos... de forma clara y directa, pero entendiendo que la otra persona tiene derecho a no sentir, ni pensar ni estar en el mismo momento y lugar que tú y que así lo vas a aceptar. Por tanto es hablar de forma abierta pero desde la aceptación . Si te sientes incómodo, con miedo o con tensión cuando te comunicas de este modo significa que no te sientes legitimado para ello. Pero la asertividad debe tener ese equilibrio, ya que la persona debe tener claro que se puede sentir así y que tiene el derecho a expresarlo.
Pero qué pasa cuando no se entiende así o cuando esa supuesta asertividad no funciona...
Las cosas tienen un contexto . Y a veces no es momento de decir determinadas cosas, ni con asertividad ni sin ella. Hay conversaciones que no se deben tener en determinados espacios o momentos. Y por eso a veces la gente practica la asertividad y no le sale bien. Tal vez no sea el momento ni el lugar adecuado.
Asegura que la vulnerabilidad nos hace más fuertes y es algo que puede costar entender. ¿cómo reciben los interlocutores la exhibición de nuestros puntos débiles?
Es una moneda de dos caras. Lo que recibe y te devuelve el otro cuando te ve vulnerable tiene que ver con la conexión porque esa persona también se habrá sentido vulnerable en alguna ocasión. Nadie tiene una estructura interna tan férrea que haga que nunca se haya tambaleado. Por eso cuando compartes algo así la persona que lo recibe está viendo que tenéis más puntos en común de lo que sois capaces de verbalizar y te tenderá una mano porque esa apertura tuya le recuerda que no pasa nada por compartir lo que no es tan ideal o tan perfecto. Te mirará con ojos de grandeza. Pensará que tú te has atrevido y que él no o sentirá que, aunque no lo parezca, tenéis cosas en común. Son momentos en los que se muestran verdades humanas transversales que son las que nos unen. Mostrarte vulnerable te hace sin duda más fuerte ante los demás, pero no todo el mundo se atreve a hacerlo.
Pero además hace que nos sintamos más fuertes nosotros mismos porque nos ayuda a abrazar eso de nosotros que no queremos aceptar o que no nos gusta o hubiésemos deseado que no hubiese pasado... Pero cuando te das cuenta de que todo eso es parte del proceso y que la vida es crecer y aprender y que no se trata de que no sepas algo, sino de que no lo sabes todavía, también te sientes más fuerte porque creces.
«Mostrarte vulnerable te hace sin duda más fuerte ante los demás, pero no todo el mundo se atreve a hacerlo»
Nos explica en su obra que el cuerpo nos delata, ¿podemos intentar ser amables y cariñosos con el otro y que descubra que no estamos siendo sinceros?
Si, nuestro cuerpo nos delata a veces, aunque no queramos. Piensa que nuestro cerebro tiene una misión, que es la supervivencia y que además necesita ser eficiente y siempre busca atajos para tomar decisiones lo más rápido posible. Recibe millones de piezas de información que pasan al trastero de nuestro inconsciente y toda esa información le ayuda a asegurarse de que todo está bien a nuestro alrededor. El cerebro escanea constantemente y muchas de esas cosas que nos delatan son casi imperceptibles, incluso algunas tienen más que ver con las vibraciones o la energía que emanamos que con la postura corporal, la expresividad facial o lo que decimos. Nuestro cerebro registra información por muchas vías y con todo eso toma sus decisiones respecto al otro.
¿Es posible controlar las emociones a la hora de comunicarnos?
Prefiero hablar de gestionar emociones, en lugar de controlarlas. Si nos viene pronto emocional porque hay algún detonante que lo activa, podemos intentar indagar para descubrir de dónde viene ese disparador... Porque a lo mejor eso sí se puede trabajar, reinterpretar o entender. Lo que sí que podemos trabajar es cómo reaccionamos cuando nos viene ese impulso emocional. No es fácil porque es probable que esa emoción nos invada, pero se puede lograr.
Ser consciente de lo que nos provoca esos pensamientos en espiral puede ayudarnos a frenarlos.
Somos opinólogos por naturaleza pero en su libro apunta que un buen comunicador «piensa bien para no opinar antes de tener opinión»... ¿cómo se puede empezar a pensar bien?
La clave para frenar esa incontinencia verbal que a veces tenemos a la hora de dar opinión sobre algo es la curiosidad . Y eso está relacionado con la capacidad de hacernos preguntas y de no 'casarnos' con respuestas que alguien nos pone en bandeja. Ser curioso es tener la capacidad de observar desde un lugar que nos permita neutralizar lo que vemos y hacer más preguntas para aclararnos, cuestionar o ver lo que se nos ha quedado fuera. Es imprescindible alimentar la curiosidad en la vida. Y aunque tenemos una curiosidad innata es algo que se va atrofiando. Primero desde el ámbito educativo en el que se premian más las preguntas que las respuestas y después desde nuestra propia experiencia pues llega un día en el que no se pregunta porque nos da vergüenza o apuro.
Preguntar y ser curioso es un hábito pero cuando realmente necesitamos nos damos cuenta de que es un músculo que no está entrenado. Hay que entrenar la curiosidad porque cuando llegue el momento en el que tengas que formarte una opinión tendrás más vías para obtener esa información sobre la que debes reflexionar.
Con la expresión «lo que no aporta no importa» hace referencia a la genialidad de hablar claro... ¿qué premisas debemos tener en cuenta para hablar claro y que se nos entienda?
Si en tu cabeza no tienes claro lo que quieres decir, tampoco se verá claro cuando lo verbalices. Puedes contar cosas e incluso puede que estén bien hilvanadas pero no quedará claro a dónde quieres llegar... Siempre se dice que cuando uno cuenta algo al otro lo aprende dos veces porque es tu oportunidad para darse cuenta de si lo ha aprendido o no realmente: explicarlo nos fuerza a ordenarlo, a entenderlo y a dar la importancia justa a cada cosa.
También es importante tomar la decisión entre dos factores que están en juego: contar algo desde la exactitud o desde la accesibilidad . Lo exacto significa que te voy a tener que contar todos los detalles y momentos, pero aunque sean veraces y exactos, tal vez no se entiendan, pues podemos hacer que nuestro interlocutor se pierda con tanta información. He trabajado con científicos que se han prestado a sacrificar mucha información y muchos detalles para primar la accesibilidad y que el mensaje se entienda. En nuestro día a día el exceso de exactitud no hará que se entienda algo mejor, sino todo lo contrario.
Atención y escucha, dos palabras fundamentales en la comunicación, ¿se pueden entrenar?
No estamos entrenados para escuchar y tampoco nos ayuda este momento actual en el que prima la inmediatez, la respuesta rápida, la atención super dividida o la multipantalla. La gente se cree que tiene superpoderes y puede hacer multitarea pero se equivoca. Como mucho se consigue que el cerebro cambie de una tarea a otra de una forma más ágil pero en realidad solo hacemos multitarea si tenemos alguna acción muy automatizada como caminar, por ejemplo.
La cuestión es que tampoco entrenamos esa curiosidad por escuchar al otro . En lugar de eso hacemos eso a lo que hace referencia Carl Jung con su frase: «Pensar es difícil, es más fácil juzgar». Y sí, pensar es un proceso demandante de energía y de muchas cosas más. No escuchamos para descubrir sino que a veces lo hacemos con la intención de validar, de modo que escuchamos de forma sesgada o incluso lo hacemos pensando que en realidad no nos importa lo que escuchamos porque «hemos venido a hablar de nuestro libro».
La escucha está también condicionada por lo que llevamos dentro, esos miedos, sesgos y valores sobre los que hablábamos al principio de esta conversación. En definitiva, a veces no escuchamos bien porque no queremos saber.
Sobre la autora
Aurora Michavila (Barcelona, 1969) es experta en comunicación verbal y no verbal y conferenciante internacional. Acumula 25 años de experiencia en el mundo de la comunicación, a lo largo de tres vidas profesionales: como consultora estratégica de marca, actriz y formadora.
Colabora en proyectos divulgativos con el fin de hacer accesibles recursos y prácticas efectivas a personas de todas las edades. Dentro de los más recientes, se encuentra la plataforma #mejorconectados, de Telefónica. Además ha creado el primer método para enseñar en España a hablar en público en la escuela, de la mano de BBVA Aprendemos juntos.
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