Beneficios de ir a un concierto: escuchar música en vivo puede reducir tu estrés

«Siempre se ha dicho que la música relaja, pero realmente esta afirmación está respaldada por un estudio científico. Escuchar música en directo puede provocar un efecto medible en la neuroquímica de las personas que la escuchan», expone Asensio. En este caso, es el cortisol , también denominada hormona del estrés, la que muestra una mayor reducción.

Según explica la psicóloga, un estudio que elaboró un equipo de investigadores del 'Centre for Performance' y fue publicado en la revista científica Public Health demostró la evidencia científica de los efectos de la música en directo de quienes la escuchaban independientemente de sus gustos musicales.

Para el estudio –continúa la psicóloga– se cogió la saliva de 117 participantes antes de empezar un concierto y durante el descanso del mismo. Los participantes pertenecían a diferentes grupos de gente: músicos, gente que acudía muy frecuentemente a conciertos y otros que no iban casi nunca. «Los resultados revelaron un descenso de los glucocorticoides , incluyendo una reducción significativa en el cortisol y la cortisona tras escuchar música en directo».

Si a los beneficios que supone escuchar música en vivo le sumamos aquellos que genera sobre el cuerpo la naturaleza y su contacto con ella, tenemos la combinación perfecta. Así, el hecho de disfrutar de un concierto al aire libre y rodeado de naturaleza supondrá un impacto positivo en nuestro bienestar físico y emocional.

Puedes disfrutar de todos estos beneficios un año más en las Noches del Botánico, en Madrid. La sexta edición de este festival comenzó el miércoles 8 de junio de la mano de Fangoria y las Nacys Rubias.

Julio Martí, director artístico de las Noches del Botánico, señala que lo que diferencia a este festival de otros es que se lleva a cabo en un espacio natural y reducido, con una capacidad máxima de 4.000 personas. Es una forma de que un público más adulto (la media de edad está en los 40 años) pueda disfrutar de conciertos al aire libre sin tener que aguantar 12 o 14 horas de pie.

Una de las claves que destaca el director artístico es que «en un espacio como el de Noches del Botánico, el sonido es perfecto, no tiene ningún tipo de rebote y llega con total y absoluta limpieza; se escucha prácticamente igual en todos los sitios». En cambio, en recintos como un estadio, la calidad del sonido será peor en las zonas cercanas a la cubierta.

Martí afirma que el entorno produce un bienestar que se trasmite tanto al artista como al público : «Generalmente, se produce una química que se intercambia del escenario al público y todo el mundo disfruta mucho. Además, el público tiene toda una parte del jardín para su disfrute y los músicos tienen un backstage ajardinado».

Como anécdota, Martí añade que a los músicos les encanta disfrutar de la noche en el jardín. Tanto es así que a pesar de que los artistas siempre tienen mucha prisa y enseguida se tienen que marchar, en este festival se han llegado a quedar hasta las 3 o las 4 de la mañana, aprovechando el bienestar que les transmite el entorno.

«Todavía no tenemos ningún artista que se haya ido del botánico diciendo que no ha sido una experiencia positiva. El feedback siempre es bueno», manifiesta el director artístico.