Castigarte para motivarte: por qué no debes creer en esta máxima perversa

Cuando nos planteamos algún cambio sabemos desde alguna parte de nosotros que es algo que necesitamos. Bien porque hemos detectado más fatiga de lo habitual, un incremento del estrés, que la calidad del sueño ha empeorado o porque necesitamos seguir aprendiendo sobre algún tema o idioma. Es entonces cuando nuestro «yo sano», esa parte de nosotros que nos guía hacia el bienestar, se convierte en una voz interna amable que nos conduce a un nuevo planteamiento, un cambio en nuestros hábitos.

Y aquí arranca nuestro entusiasmo. Nos imaginamos nuevas metas y objetivos. Nos proyectamos haciendo más ejercicio, empezando a meditar o mejorando la práctica de algún idioma. Todo empieza bien y se mantiene con muy buenas intenciones. Nos compramos una agenda para organizar el tiempo de cada tarea, una nueva libreta para escribir deseos o nuestros diálogos internos y, de repente, un día en el que apenas fuiste consciente, te das cuenta que el hábito se desvaneció, que ya no queda nada de él. Y aquí inicia la lucha entre la exigencia rígida «si es que no eres capaz de programarte, tienes que ponerte más dura contigo misma», el catastrofismo «no soy capaz de hacer nada bien» o el autoengaño y postergación «esto no está hecho para mi. Más adelante lo haré».

Pues bien, si has llegado a esta parte de la caída del hábito, no te preocupes. Es mucho más importante ocuparte de nuevo de él que quedarte en el sinfín de rumiaciones y diálogos internos que solo harán que enredarte. Para ello, te comparto algunos pasos que te ayudarán a hacerlo, pero recuerda, no te critiques ni seas duro o rígido contigo, acompáñate de forma amable, desde una intención bondadosa que te siga impulsando a mejorar. La motivación por castigo no te llevará más lejos.

Y sí, quizá puedas pensar que es complejo, pero también es cierto que muy gratificante. Sabemos que aprender a dirigir nuestro camino hacia el bienestar interno y el crecimiento y desarrollo deseado puede marcar la diferencia en la calidad de tu vida. Así que, si deseas iniciar un nuevo hábito, te animo a que lo hagas de esta manera, acompañándote. La motivación rígida que te castiga cada vez que caes, solo empeorará tu malestar y causará más daño. Puedes caer, como a todos nos sucede, y también puedes contemplar que no fue fácil, y que seguirás adelante. Que no hay mejor momento que ahora.

Y si deseas implementar algún nuevo objetivo, te invito a tomar unos minutos para conectar contigo y darle un significado personal a este cambio que deseas. Te comparto sobre estas líneas una meditación guiada para que, en 7 minutos, puedas contemplarlo de forma clara, desde la calma de tu mente. Y si es útil para ti, podremos encontrarnos cada domingo en este blog, donde te compartiré una nueva meditación y reflexiones para que sigamos entrenando juntos.

Podemos encontrarnos cada domingo en ABC Bienestar (te pongo aquí el listado de las meditaciones guiadas). Además puedes saber más sobre mi trabajo en torno a los beneficios de la meditación en el libro 'El poder sanador del silencio' (Grijalbo) y en la cuenta de instagram: @belencolomina.