Buenas noticias para conformistas: las mujeres necesitan la mitad de ejercicio que los hombres

En términos de longevidad, el máximo beneficio se produce con 300 minutos a la semana de ejercicio moderado a vigoroso en el caso de los hombres. Con esta cantidad el riesgo de mortalidad era un 18% menor que el de hombres inactivos. Si hablamos de las mujeres, para obtener esa reducción del riesgo de mortalidad la cantidad de ejercicio era solo 140 minutos a la semana. Haciendo 300 minutos a la semana, obtendrían un 24 por ciento de reducción del riesgo de mortalidad.

Es el momento de parar y dejar de leer porque ¿te conformarías con un 18% pudiendo obtener un 24%? Estos datos son los que justifican que no sea conveniente leer simplezas que solo animan a la gente a hacer cada vez menos actividad física, porque los beneficios óptimos del ejercicio hacen normalmente referencia al punto en el que obtendríamos la máxima rentabilidad (vamos a llamarlo así) de aquello que hacemos, lo cual no quiere decir que dejen de aumentar los beneficios al incorporar más tiempo entrenando, simplemente los incrementos a nivel salud serán menores, pero existen.

El estudio está hecho en los Estados Unidos, donde solo alrededor de una cuarta parte de los adultos cumplen con las pautas mínimas recomendadas de actividad física de al menos 150 a 300 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada y dos sesiones de entrenamiento de fuerza a la semana. Un auténtico drama en el que los hombres son más propensos que las mujeres a cumplir dichas las recomendaciones de actividad y además ocurre en todos los grupos de edad.

Para llegar a estas conclusiones el estudio analizó una muestra de más de 400,000 adultos estadounidenses que completaron diferentes cuestionaros sobre actividades de tiempo libre entre 1997 y 2017 y compararon esos datos con los registros de defunción. Durante el período de seguimiento se produjeron casi 40.000 muertes por todas las causas, incluidas aproximadamente 12.000 muertes por incidente cardiovascular. Pero al observar las diferencias entre hombres y mujeres, quedó claro que las mujeres obtenían mayores beneficios de longevidad con el ejercicio.

Todo indica que la explicación es tan sencilla como las diferencias en el tamaño físico que, de media, requeriría mayor duración el entrenamiento en los hombres si quieren conseguir una activación o trabajo global de igual impacto que el de una mujer. Estas conclusiones hay que tomarlas con mucha precaución ya que alguien podría entender que si es de constitución muy delgada o menuda necesitaría una cantidad todavía menor de ejercicio para 'sentirse en zona segura', y nada más lejos de la realidad.

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Una limitación importante de este estudio es que no se realizó un seguimiento de la actividad física de los participantes y, por lo tanto, los investigadores no pudieron contrastar los datos que ellos mismos completaron en las encuestas que, además, solo tenían en cuenta la actividad física en el tiempo libre, así que no se contabilizó de ninguna manera trabajos de importante demanda física u otras actividades diarias que son 'obligatorias' como caminar a la oficina o pelear con los niños para conseguir que se vistan para ir al cole.

El mensaje es que por poco que hagas, el ejercicio cuenta positivamente para tu salud. Si quieres encontrar artículos que aparentemente demuestren que con muy poco ya vale, los hay a puñados, pero todos tienen letra pequeña y no deben confundirte: aumentar la cantidad de tiempo que dedicas a la actividad física, mientras que no busques el rendimiento de alta competición por encima de la salud, siempre será positivo para tu vida tanto cualitativa como cuantitativamente.