Estos son los beneficios del entrenamiento de fuerza que pasamos por alto

Existe evidencia científica de que el ejercicio, específicamente el entrenamiento de fuerza, puede ser positivo incluso en los casos más severos de depresión, aunque hay que también hay que evitar hacer esta afirmación sin más, como si hay algo mágico en ello. La mejora del estado de ánimo a corto plazo, tanto durante como después del entrenamiento, se debe a su capacidad para liberar epinefrina , norepinefrina y dopamina . Además de aumentar tu optimismo y vitalidad. Además, aunque resulte contraintuitivo, hacer ejercicio te hará sentirte con más energía.

El entrenamiento de fuerza habitual también afecta las hormonas sexuales como la testosterona , el estrógeno y la progesterona , cuyas funciones vitales son importantes y variadas.

Para personas propensas a la ansiedad, el levantamiento de pesas proporciona una forma de dirigir esa energía a una actividad que literalmente fatiga el sistema neuromuscular: una receta perfecta para evitar el ataque de ansiedad y sentirse más a gusto. Lo más importante a tener en cuenta cuando se está en un estado de ansiedad es el sobreentrenamiento, que de hecho podría ser una consecuencia de dicha ansiedad.

En un estado de depresión, lo más difícil será conseguir que la persona empiece. Una vez que la intensidad adecuada desencadena las liberaciones bioquímicas dentro del cuerpo, todo irá mucho mejor. Podéis consultar con cualquier médico especialista ya que saben que incluso se necesita menos dosis de medicación, y es más efectiva, si el paciente hace ejercicio (esto va para fans de las pastillas y nada más).

Confiar en nosotros mismos es algo fantástico, pero tiene sus picos y valles , depende del día y la situación tendremos un nivel de confianza diferente. La eficacia, sin embargo, es una manera de entender la confianza más estable a largo plazo. Una persona más eficaz sabe que su aspecto físico tendrá buenos y malos días. También sabe que habrá días en los que podrán realizar proezas laborales y otros en los que mejor ni intentarlo.

¿Y esto y el entrenamiento de fuerza qué tienen que ver? El proceso de mejorar tu rendimiento y el aspecto de tu cuerpo a través del acto de vencer cargas externas, es perfecto para mejorar la autoeficacia. Ese progreso demuestra que puedes mejorar en cualquier cosa en la que trabajes, siempre que dediques tiempo e intensidad. Suena a libro de autoayuda barato, pero es real. Ve al

gimnasio cinco días a la semana y concéntrate en tu entrenamiento. Objetivamente te volverás más fuerte, desarrollarás más músculo y desarrollarás otros aspectos de tu físico. Si le añades comer bien y dormir lo suficiente tus progresos serán tremendos y sentirás que nada puede impedirte lograr tus objetivos a largo plazo.

¿Qué sucede cuando tomas el control de tu salud y tu físico? Te darás cuenta de la cantidad de cosas que pones bajo control en tu día a día. Te haces cargo de tu horario de sueño, tu manera de comer, tiempo que dedicas al trabajo y las relaciones con tu pareja, amigos o familiares. Cada repetición con esa barra que no tienes ni pizca de ganas de levantar te permitirá tolerar y abordar otras cosas que tampoco te apetecen nada. Tu cuerpo se hace más fuerte no solo gracias a tu músculo, sino también a tu mente.

También puede ayudarte a que te des cuenta de que la mayoría de las cosas que suceden en tu vida sobre las que no tiene mucho control (el atasco de cada día, tu jefe, un día lluvioso, etc.) no mejorarán con quejas. Al igual que tu cuerpo no mejoró con quejas. Mejoró con la acción.

Las personas que levantan pesas se mueven mejor en general. Pueden jugar al fútbol con sus hijos o darlo todo en la pista de baile en una fiesta. Son personas menos propensas a tener lesiones accidentales mientras realizan tareas mundanas. Una persona que entrena regularmente con pesas desarrolla conexiones neuromusculares más fuertes, lo que le da más control sobre el movimiento de su cuerpo. Esto te abre la puerta a una vida activa llena de experiencias nuevas y satisfactorias repleta de recuerdos en las montañas, en una tabla de surf o en un partido de tenis el domingo por la mañana entre amigos. No solo entrenas para ser bueno en el gimnasio. Entrenas para ser mejor en la vida.

Ya lo sabemos: el entrenamiento de fuerza te dará mayor volumen muscular, quema grasa y te sentirás con más energía. Todas estas cosas contribuirán a una vida sexual más satisfactoria. Quizás no lo has enfocado así antes pero:

• Entrenar con ejercicios concretos utilizando rangos completos de movimiento puede mejorar la flexibilidad y la movilidad. Con mayor flexibilidad y movilidad ya dejamos que sea tu cabeza la que imagine.

• Entrenar con rangos de repeticiones elevados mejorará tu resistencia. A mayor resistencia, más asaltos en el ring.

• Sin confianza cuesta quitarse la ropa. Entrenar ayuda a que esto ocurra mucho menos.

En general si te sientes bien con tu cuerpo y todo lo que puede hacer, podrás disfrutar de tu vida con mayor plenitud en lugar de concentrarte en tus propias inseguridades. No andarás por el mundo a la búsqueda de un ‘me gusta’ en redes sociales o de un mayor número de seguidores. Tu autopercepción mejorará y todo por hacer entrenamiento de fuerza. Si nada de esto te vale, siempre puedes volver a los clásicos de la evidencia científica: es una actividad fundamental para tu salud musculo-esquelética y tu autosuficiencia llegados a la tercera edad.