Cuidados de la piel

El uso continuado de la mascarilla produce estos efectos en tu cara

Picores, rojeces, aumento de eczemas, rosácea, mayor sensibilidad a las alergia y hasta el temido acné, que se ha rebautizado como «maskné», son algunos de los problemas dermatológicos que pueden surgir en el rostro

Para que una mascarilla proteja bien debe ser lo más hermética posible. Esto implica una disminución de su porosidad y también del espacio entre la mascarilla y el rostro. La consecuencia de esto es, según explica Meritxell Martí, farmacéutica y experta en belleza, una ... acumulación de oxígeno y dióxido de carbono que puede ocasionar sensación de ahogo, sequedad bucal y problemas cutáneos.

Además, el hecho de hablar y respirar con la mascarilla durante un tiempo prolongado y a lo largo de la jornada laboral aporta un cambio de humedad y de temperatura en ese pequeño espacio. «Esto puede provocar en la piel problemas inflamatorios, picores, rojeces, aumento de eczemas, rosácea y mayor sensibilidad a las alergias, que a su vez puede deberse a los componentes de esa mascarilla», explica. Un ejemplo de esto es el formaldehído que contienen algunos tejidos y que puede provocar alergias en la piel o una dermatitis en la zona perioral (alrededor de la boca). Además, si la mascarilla alberga pequeños residuos de suciedad pueden agravarse los casos de acné si ya se padecían o incluso pueden dar lugar a que surjan ahora debido al efecto de los cambios de humedad o del sudor de la propia persona. Es lo que se conoce como «maskné» , palabra que proviene de la unión de «mask» (mascarilla, en inglés) y acné.

Además del acné, otros problemas de piel que empeoran con el uso continuado de las mascarillas son el ezcema y la dermatitis seborreica pues con ese «microentorno» se favorece el crecimiento del hongo «Malassezia furfur», causante de esta última.

La rozadura continua (aunque sea mínima) de la máscara con la piel también puede provocar irritaciones o dermatitis de contacto si son muchas las horas que se lleva puesta. «A algunas persona les produce mayor sequedad en la piel de lo habitual debido al material con el que está fabricado la mascarilla, pues este puede reabsorber la hidratación natural de la piel», revela.

A la aparición de picores, sarpullidos, eurpciones, manchas, acné, dermatitis o piel seca se suma, en en el caso de los sanitarios que han de llevar las FPP2, la posibilidad de que se produzcan rozaduras en la zona de la nariz y las mejillas, según recuerdan Adriana Pérez Sala y Olga Puig-La Calle, fundadoras de Labeau Oganic.

¿Se engrasa más la piel con la mascarilla?

El cambio en las «micro-condiciones ambientales» (aumento de la temperatura y la humedad en ese espacio) que produce el uso continuado de la mascarilla sobre el rostro no solo puede provocar una irritación en la piel, sino que además afecta a la glándula sebácea . Según explica la farmacéutica Meritxell Martín, ésta puede alterarse y segregar más grasa. Una grasa que, por cierto, permanecerá en la piel mientras llevemos la mascarilla puesta.

¿Protege la mascarilla al rostro del efecto de la contaminación?

Si la mascarilla es de buena calidad, no dejará pasar al rostro las partículas más grandes de la contaminación ambiental (2,5 micrometros). Sin embargo, tal como recuerda Martí, debemos tener en cuenta que con una mascarilla solo tapamos el tercio inferior de la cara y la nariz y que no todas son igualmente efectivas, pues unas son más «herméticas» que otras y unas tienen mayor capacidad de filtración que otras.

Por su parte, las expertas de Labeau Organic inciden en el que hecho de que las mascarillas no protegen otras áreas del organismo expuestas a la contaminación como los ojos, los oídos o el cabello, por lo que conviene tener presente que es fundamental la higiene constante.

La limpieza y la hidratación, claves

Si antes de la obligatoriedad de usar mascarilla la higiene diaria del rostro era innegociable en cualquier tratamiento de belleza, ahora adquiere además un carácter preventivo para evitar los problemas derivados del uso de la mascarilla.

A la hora de limpiar la piel, la farmacéutica aconseja usar una espuma de limpieza suave no irritativa y aclarar con agua abundante. Recomienda también, si resulta posible, lavar la cara varias veces al día retirando la mascarilla teniendo cuidado para no tocar su parte externa y procurando cumplir los límites en sus «horas de vida» si es deshechable o las especificaciones de lavado, si es de varios usos.

También propone evitar el maquillaje y los productos que pueden ensuciar la piel y la mascarilla, así como los cosméticos que la puedan irritar como los retinoicos o los exfoliantes.

Por su parte, las expertas de Labeau Organic, recuerdan que la limpieza y la hidratación continuada serán las claves gracias a las cuáles podremos proteger el rostro de los efectos del uso continuado de la mascarilla. «La hidratación debe realizarse de forma rutinaria con ingredientes adaptados al tipo de piel y aplicarse antes de colocarse la mascarilla, mientras que la limpieza es, como mínimo, necesaria mañana y noche. Los geles limpiadores y las aguas micelares pueden ser buenos aliados en la rutina diaria», explican.

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