Cuidados
Cómo saber si un lunar es maligno
La exposición a la radiación ultravioleta y los factores genéticos son determinantes a la hora de que nos salgan lunares malignos o melanomas
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Iniciar sesiónEncontramos lunares miremos por donde miremos en la geografía de nuestro cuerpo. Incluso en el rostro, orejas y cuero cabelludo encontramos estas (casi siempre) pequeñas marcas con o sin relieve en tono amarronado. Y aunque aparentemente se trate de signos inofensivos en la ... piel, pueden desencadenar en problemas mayores, como cáncer de piel.
La Dra. Andrea Combalia ( @pielsanaincorporesano ), autora de 'Piel sana, incorpore sano', incluye en su libro un puñado de páginas para hablar de estas manchas marrones que tenemos en la piel y a las que, en líneas generales, no prestamos el tiempo que merecen, sin pararnos detenidamente a mirarlas para conocer su grosor, diámetro, si han cambiado de tamaño o de color en los últimos meses...
«Al igual que vamos al ginecólogo una vez al año debería irse al dermatólogo también para que nos revisen y nos digan que todo está bien», aconseja la experta. Al parecer, tal como cuenta, el dermatólogo tomará nota de los lunares que presenta nuestro cuerpo y se mirará si son o no malignos . Sin embargo, si no puedes ir con la frecuencia que quisieras a que un experto te revise, la dermatóloga Combalia conoce algunas pautas para que cada uno pueda observarse.
«Tenemos que tener mucho cuidado porque a veces un melanoma no viene de un lunar que tenemos»
Andrea Combalia
Dermatóloga
Cuándo preocuparse
Y lo primero que hay que entender es que un lunar porque sea grande no quiere decir que sea malo, al igual que uno pequeño no es sinónimo de que sea benigno. Según la doctora Andrea Combalia, hay personas con lunares grandes, otros que los tienen más pequeños, más o menos oscuros... «Es fundamental revisar los lunares al menos una vez al año. Si esto no es posible, hay que tener en cuenta la regla ABCDE , que consiste en acudir a un especialista si alguna de estas características se cumple».
A, de asimetría : cuando una mitad del lunar no es como la otra.
B, de borde : cuando los bordes del lunar se ven borrosos y son irregulares.
C, de color : cuando el color del lunar varía, presentando diferentes tonalidades.
D, de diámetro : al parecer, un lunar con un diámetro mayor de 6 mm es señal de tener que acudir a un dermatólogo, aunque si fuera un poco más pequeño también es motivo para que un especialista lo vea.
E, de evolución : cuando cambia de forma, tamaño y color.
Al parecer, las personas de piel clara y ojos claros, los pelirrojos, los que se queman con facilidad , los que tienen antecedentes familiares de cáncer de piel o melanoma y las personas que están mucho tiempo al sol tienen un mayor riesgo de sufrir este tipo de cáncer, por lo que deben visitar al dermatólogo para revisar los lunares.
Factores a tener en cuenta
Aunque la aparición de lunares malignos o melanomas puede llegar por casualidad, sí que existen algunos factores a tener en cuenta, tal como dice Andrea Combalia.
Exposición a la radiación ultravioleta . Ocasiona mutaciones en nuestras células que pueden incrementar el riesgo de tener cáncer de piel. Nuestro organismo tiene una capacidad de eliminar estas mutaciones, aunque a veces el sistema se agota y cuando el daño es mayor que la reparación puede aparecer un cáncer de piel o un lunar que se vuelve maligno y se trata de un melanoma. «Tenemos que tener mucho cuidado porque a veces un melanoma no viene de un lunar que tenemos, sino de un lunar nuevo», advierte.
Factores genéticos . Nos dan el tono de piel, el color de los ojos, el del pelo... y eso va a hacer que tengamos más o menos riesgo intrínseco de quemarnos más con el sol o desarrollar una lesión cancerígena a largo plazo. «Aquellas personas cuyo tono de piel es más claro tienen en este caso menos cantidad de melanina y es de peor calidad (ceomelanina). Esta melanina no protege tan bien como la que encontramos en pieles oscuras y se encuentra en más cantidad (eumelanina)», comenta.
«Existen factores que incrementan el riesgo de los melanomas tales como ser usuario de cabinas de bronceado o haber padecido quemaduras solares recurrentes»
Ángeles Florez
Dermatóloga
Otra de las cosas que indica la genética es el número de lunares que tenemos de base . Dice Andrea Combalia que se ha visto que aquellas personas con un mayor número de lunares y además un mayor número de lunares grandes con formas diversas, tienen mayor riesgo de que a largo plazo alguno de ellos malignice. «Cada vez más conocemos ciertos genes que predisponen el cáncer de piel. Suelen estar presentes en personas que presentan un melanoma a una edad bastante precoz y en verdad no les ha dado tiempo a que ese melanoma haya sido inducido solo por la radiación solar, sino que hay un factor genético».
Qué saber de los melanomas
Los lunares malignos , o melanomas, se caracterizan por tener comportamientos variables en función del subtipo y del momento en el que se diagnostiquen. En todos los casos lo ideal es hacer un diagnóstico precoz para poder extirparlos en fases iniciales de su desarrollo y evitar que sean agresivos localmente o a distancia. Cuando el melanoma se disemina a otras partes del cuerpo el pronóstico del paciente empeora considerablemente; por suerte en estos estadios avanzados la terapéutica ha mejorado mucho en los últimos años, sobre todo gracias a la inmunoterapia y a las terapias dirigidas.
Dice Ángeles Florez, dermatóloga de la AEDV y una de las coordinadoras de la campaña Euromelanoma de la Fundación piel sana de la AEDV, que lo habitual es que empiece como una lesión en la piel de color negro, o marrón, «que crece y cambia generalmente con rapidez». Puede provocar picor y con el tiempo ulcerarse y sangrar y también hay variantes con poco pigmento, pero la clave es consultar siempre que haya cambios.
«Existen factores que incrementan el riesgo, tales como ser usuario de cabinas de bronceado, haber padecido quemaduras solares recurrentes, especialmente en la infancia y adolescencia, tener antecedentes familiares de melanoma o ser pelirrojo. De todos modos es importante dejar claro que el melanoma puede afectar a cualquier persona», cuenta la experta.
La dermatóloga Ángeles Florez advierte de que debemos estar atentos a lesiones de reciente aparición que crecen, cambian de forma y de color, se ulceran y cubren con costras, pican o sangran. «Como comentaba, es importante estar atentos a los cambios que ocurren en la piel, incluyendo genitales , palmas y plantas, espacios interdigitales y también en las uñas. Tenemos la ventaja de que las lesiones están expuestas y pueden ser identificadas por el paciente y su entorno», concluye.
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