Trucos para saber si un melón está dulce sin abrirlo: color, textura, sonido, aroma y tacto

Hidratante, saciante y repleta de nutrientes esta fruta es una de las estrellas del verano, pero para elegir el melón más maduro sin abrirlo se necesitan cuatro de los cinco sentidos

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La naturaleza es sabia: estas son las frutas que hay que comer en julio y agosto

Melones en el supermercado. Adobe stock

25/07/2023
Actualizado a las 17:51h.

Rico en agua y fibra, el melón es una de las frutas favoritas del verano. Pero no sólo por su capacidad para mantenernos hidratados en los meses más calurosos del año, sino porque, como explica la nutricionista y farmacéutica Mireia Benlliure, ... aporta además antioxidantes como el betacaroteno y el licopeno, que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres; minerales como el potasio y vitaminas A y C, que son importantes para la piel, el sistema inmunológico y la visión.

Otros atractivos del melón son su baja densidad calórica (28 calorías por cada 100 gramos, según datos de la Federación Española de Nutrición), su versatilidad culinaria y el hecho de que viva de julio a septiembre su etapa óptima de maduración que hace que desarrolle ese sabor y aroma dulce tan particular. De hecho, ya lo dice el refrán: «Hasta San Bernardo (20 de agosto), el melonar, lo que tenga bueno es lo que te da».

Eso sí, elegir un melón con el dulzor que caracteriza al punto perfecto de maduración puede ser una tarea complicada, si no se conocen los consejos de Rosa Bosch, responsable de calidad de Frutas Bruñó, quien explica así lo que se debe tener en cuenta para hacerse con el melón piel de sapo, una de las variedades más consumidas en España, más dulce del supermercado:

- Al cogerlo se debe notar que el melón está compacto y que guarda un equilibrio entre el tamaño y el peso.

- Si al tocarlo la textura de la corteza es blanda o se nota un excesivo aroma, eso quiere decir que está excesivamente maduro.

- Un melón maduro o «hecho» suena fuerte al darle ligeros toques porque está lleno. La explicación está en que el espacio hueco que hay en el interior es mínimo. Sobre este punto la experta de Bruñó recuerda que basta con un ligero toque con la palma de la mano para apreciar si el melón está compacto y guarda un equilibrio entre el tamaño y el peso.

- Otro signo de punto óptimo es atender al color amarillo dorado de la cama del melón. Cabe recordar que el melón piel de sapo se caracteriza por su color verde oscuro, con ratos o manchas más oscuras, casi negras, y de forma ovoide.

- Que sea ligeramente escriturado, es decir, que tenga estrías en la corteza, es una señal de calidad gustativa.

Lo que sí se debe avitar, tal como añade Benlliure, es adquirir aquellos que tengan manchas o decoloraciones muy marcadas.

El peso de la pieza también es para la nutricionista un dato relevante para elegir el más dulce pues, según explica, un melón maduro debe ser pesado en relación a su tamaño, ya que esto indica que tiene una buena cantidad de jugo, zumo y dulzor.

En cuanto al aroma, Benlliure revela que si se huele el lado opuesto al tallo del melón y el aroma es dulce, eso será un signo de que está maduro.

Versatilidad culinaria y conservación

Una vez que se ha elegido la pieza correcta en la frutería también es importante conservarlo bien para que dure más tiempo. Así, según explica la experta de Bruñó, referente en la producción de melón, sandía y cítricos de origen español, puede conservarse en perfectas condiciones durante 15 días siempre que se conserve en un lugar fresco y seco en el que no tenga cerca ninguna fuente de calor, ya sea el sol o algún electrodoméstico que provoque una concentración de altas temperaturas.

Además, una de las formas de identificar la procedencia del melón es la que se indica en los datos de trazabilidad y origen que deben figurar en el etiquetado del producto, según explica Bosch, quien aclara que el melón es una fruta totalmente estacional que se cultiva en Espala en los meses de calor (primavera o verano, según las zonas de cultivo).

A la hora de mezclarlo con otros alimentos la nutricionista destaca que existen combinaciones que permiten aprovechar aún más sus beneficios nutricionales. Un ejemplo puede ser mezclar trozos de melón con yogur natural o griego pues, tal como afirma la experta, esto hace que recibamos el aporte de proteínas y calcio del yogur y las vitaminas y la fibra del melón.

El melón puede ser también un toque refrescante en las ensaladas con ingredientes como el queso feta, las nueces y la vinagreta.

Tampoco podemos combinar la clásica combinación del melón con jamón pues el dulzor de la fruta equilibra el toque salado del jamón.

En batidos o en smoothies el hecho de mezclar el melón con otras frutas o verduras puede dar lugar a una dosis adicional de nutrientes. Así, se puede combinar con espinacas, plátanos, piña o pepino.

En salsas o aderezos puede usarse en platos de marisco o pollo a la parrilla, especialmente si se crea una salsa a base de melón con limón, menta y un toque de aceite de oliva virgen extra.