Pablo Ojeda explica si es verdad que las aceitunas engordan y cuáles son las mejores para incluir en la dieta: «No todas sirven»

Sin embargo, este tentempié tampoco se libra de los mitos y es que históricamente se ha creído que las aceitunas engordan. La realidad es que son ricas en grasas y por ello muchos las ven como un peligroso alimento a evitar. Ahora, el popular nutricionista Pablo Ojeda ha querido hablar al respecto y confirmar o descartar si es así o si, por el contrario, son más saludables de lo que se cree.

«Si eres de los que piensan que las aceitunas engordan tengo una buena noticia», empieza él comentando en una de sus últimas publicaciones en sus redes sociales. Allí, el experto nutricional saca a la palestra todas aquellas características que nadie cuenta de las aceitunas y que también hay que tener en cuenta.

«No solo no engordan, sino que pueden ayudar a tu digestión pero... ¡Ojo! no todas sirven para ello», asegura él. Así, Pablo expone que las «aceitunas de toda la vida», es decir aquellas que están fermentadas con salmuera (una concentración de agua con sal), «tienen probióticos buenísimos para la macrobiota».

Sin embargo, el nutricionista avisa de que «muchas de las que se venden por ahí están pasteurizadas», algo que incide en que no es malo pero que «matan todos esos bichitos buenos». Por todo ello, Pablo recomienda fijarse bien en las aceitunas seleccionadas y ofrece a sus seguidores tres trucos para elegir las mejores.

Así, es interesante que la etiqueta especifique que son aceitunas con «fermentación en salmuera» y también confirmar «que no tengan conservantes súperraros ni acidificantes». Finalmente Ojeda aconseja fijarse en el líquido de los tarros porque si está «algo turbio es buena señal, ahí hay vida''.

«Si las comes por gusto como yo, pues te vale cualquiera. Pero si también quieres ese extra de probióticos como yo también, ve a las fermentadas sin pasteurizar: tu barriga lo va a agradecer», sentencia Pablo, que remarca que teniendo en cuenta esto las podrás «seguir disfrutándolas sin culpa» de que engorden.